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COPA ARGENTINA DE FUTBOL

Boca recién pudo quebrar a Santamarina en los penales

Empataron 1-1 y el Xeneize se impuso 4-3 en definición desde los 12 pasos.

Contra todo lo que la enorme cantidad de público que compró su entrada para ingresar al estadio Padre Martiarena de Salta creía, Boca Juniors sólo pudo vencer en la definición por tiros desde el punto del penal (4 a 3), a Ramón Santamarina. Las primeras posibilidades de riesgo las tuvo la Cenicienta de este duelo y no el campeón del fútbol argentino. Santamarina, al minuto, llegó con un desborde y un centro rasante desde la derecha de Ermini, que el centrodelantero Michel no pudo impactar del todo bien en el primer palo. Del córner en el que derivó esa jugada, vino otra clarísima para el 9 de los de Tandil, que recibió increíblemente solo en el área xeneize y su zurdazo hizo lucir a Orión, que pudo sacarla al tiro de esquina, que nuevamente ejecutado por Zárate, el 10, encontró un cabezazo que Schiavi tuvo que sacar en la línea, cuando el 1 xeneize ya estaba vencido.
La respuesta de Boca fue a los 12, cuando un tiro de Blandi, habilitado por Riquelme, salió cruzado, no muy lejos del poste derecho de Bertoya, y desviado.
Tras el sacudón del turbulento comienzo, Boca comenzó a monopolizar la tenencia de la pelota, aunque sin generar ocasiones claras. Pero cuando nadie lo esperaba, los dos mejores jugadores del primer tiempo, sorprendieron a todos, cuando a los 45 un centro desde la derecha de Zárate encontró la cabeza de Michel, que esta vez afinó la mira y puso, para sorpresa de todos, el 1-0 para los de Tandil.
Más despierto pareció Boca al salir a jugar el segundo tiempo. Con un Riquelme más activo, primero lo tuvo Erviti y luego, por posición adelantada, le anularon un gol a Cvitanich, que también mostraba mayor movilidad.
El 10 xeneize, sobre los 15 minutos, también lo tuvo, pero su disparo, tras centro de Rivero desde la derecha, se fue por encima del travesaño de Bertoya, que todavía resistía.
El empate para los de Falcioni llegó de una vieja fórmula: un tiro libre desde la derecha de Riquelme culminó en la cabeza de Roncaglia, que de pique al suelo puso el testazo que puso las cosas 1 a 1.
Con ímpetus renovados, Boca fue en busca de la victoria, pero entre las tapadas de Bertoya, algunas posiciones adelantadas e imprecisiones propias, no podía lograr la ventaja y evitar los penales.
Pero Boca se repitió en pelotazos frontales, careció de diagonales y sorpresa arriba, Blandi se perdió la victoria adentro del área y Santamarina aguantó el empate con sus defensores y el arquero Bertoya. A los increíbles penales...
Allí, la suerte le hizo un guiño a Boca. Esa suerte de campeón, tal vez. Con aciertos de Riquelme, Chávez, Ledesma y Schiavi, y a pesar de la pifia de Somoza, el Xeneize ganó 4-3 gracias al remate en el palo de Gáspari, ya en el último de la serie de cinco.
Descargo, alivio, respiro. Boca estuvo al borde de una caída histórica ante un Santamarina que se fue aplaudido por toda la cancha. Un susto para no olvidar en lo que queda de la Copa Argentina. 

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