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MANO A MANO

Javier Capelli, el juninense que jugará en la primera división del fútbol chileno

El ex jugador de Atlético de Agustina, Mariano Moreno y Sarmiento logró un histórico ascenso con el Rangers de Talca. En diálogo con este medio el “Gallo” repasó sus comienzos, el presente y un futuro repleto de ilusiones.

La vida de Javier Capelli es una película. Nació en Agustina, tiene 26 años y desde 2006 hasta 2011 su profesión fue en ascenso.

Su carrera futbolística comenzó en Agustina, pasó por Mariano Moreno y formó parte del plantel profesional de Sarmiento hasta fines de 2010. 

En el 2011 aterrizó en Chile para vivir en Talca y jugar en el Rangers. Del “Verde” pasó a vestir el “Rojo y negro”. En el barrio dicen que “allá, la rompió”. Por su parte los diarios chilenos aseguran que Capelli fue un jugador clave para que su equipo logre el ascenso.

Lo cierto es que DEMOCRACIA se enteró de que el “Gallo” andaba por Junín y lo contactó. “No le gusta dar notas, no sé si va a querer”, anticiparon desde su circulo familiar. Pero él atendió el llamado, hizo visible la humildad que lo caracteriza y aceptó el mano a mano. “Bueno, ahora paso”, dijo el viernes. Al rato cumplió con su palabra y se hizo presente en la redacción de este diario. Se anunció, aguardó unos minutos y subió al altillo. 

Se encendió el grabador y la conversación se incrustó en el siguiente registro:

- ¿Qué recordás de tus comienzos? 

- Yo soy de Agustina y empecé desde muy chico. Tendría 7 años. Jugué hasta las inferiores en el Club Atlético Agustina. Se hacían jornadas deportivas donde jugábamos con clubes de la zona. Todo se hacía en un mismo día. Después me fui a Moreno y ahí aprendí mucho. Jugaba de delantero, pero también jugué en otras posiciones. Después en Agustina reorganizan las inferiores y vuelvo. Jugué con Martin y Mauro Navone, ellos se fueron a Sarmiento y me decían que vaya a probarme. Pero yo no quería porque me gustaba mucho la tranquilidad de Agustina. 

- Pero finalmente llegás a Sarmiento. 

- Tengo entendido que había un árbitro, de apellido Vanella (Darío), que me recomendó. Fue raro porque era un árbitro que me echaba siempre. Yo no tenía una buena relación con él pero parece que me vio condiciones. Me enteré de esto mucho tiempo después, porque a mí me fueron a buscar los dirigentes. Yo tenía 19 años y ya en Agustina venía jugando de 5 o de enganche. Pero mi puesto natural, o en los lugares que más cómodo me siento son de marcador central o de volante central. Así llego a la amateur de Sarmiento. Me animé a venir a Junín y gracias a Dios me fue bien. 


Su etapa en el “Verde”


- ¿Cuándo formás parte del plantel profesional de Sarmiento?

- Llegó Fabián Nardozza y tuve la suerte de subir. Fue todo muy rápido. Cuando yo llego no alcanzo a estar ni un año en la amateur. Jugué algunos partidos y con Nardozza me suben a la primera profesional y eso fue una gran alegría. Fue algo soñado. Cuando era chico soñaba con el profesionalismo y por suerte se dio. Encima ahí, yo ya era hincha de Sarmiento porque cuando jugaban Mauro y Martin (Navone) yo seguía a Sarmiento. Entonces cuando me tocó estar la alegría fue doble. 

- Imagino lo que habrá sido el debut. 

- Fue contra Deportivo Español. Me tocó entrar con el partido empatado. Y ese momento no te olvidás más en tu vida. Después de eso fue muy duro todo porque estuve como tres años sin jugar. Alternaba y esa falta de continuidad me generó cansancio. Ya había decidido irme pero llegó un cambio de técnico, llegó Mario Rizzi y me dio la oportunidad de jugar. Y ahí arrancó mi carrera. 

- ¿Cómo describirías la sensación de ser titular en Sarmiento?

- Es una prueba permanente. Sobre todo porque en los planteles que estuve yo había mucha competencia, todos queríamos jugar y trabajábamos mucho para ganarnos un lugar. Siempre en buena ley. 

- ¿Sentías el reconocimiento de la gente?

- Cuando hicimos buenas campañas sí. Pero la verdad que mucho no me daba cuenta, porque mi felicidad siempre estuvo al lado de mi familia y de mis amigos. Entonces cuando tenía un día libre trataba de irme para Agustina porque ahí está mi familia. 


El apoyo familiar y el viaje a Chile


- ¿Cómo repercutió tu crecimiento en la tu familia? 

- Tengo tres hermanas que son más grandes, también están mis padres y con ellos siempre trato de disfrutar los mejores momentos. Para mi papá también es una gran alegría porque él también jugaba al fútbol. Jugaba de tres, era un rustico, pero sé que está muy contento. Y con mi vieja también, me acuerdo cuando volvía dolorido de algún entrenamiento, ella siempre me bancaba y me daba palabras de aliento. Por eso gracias a ellos hoy estoy donde estoy, sino seguramente que estaría trabajando en el campo como lo hice en un principio.     

- ¿Cómo se da tu pase a Chile?

- Me quedaban seis meses de contrato en Sarmiento, ya estaba en la etapa final del contrato y ofrecen comprarme el pase. El pase le convenía al club y a mí, entonces partí. Y parecido a mis comienzos en Sarmiento en Chile fue una historia similar. Llegué a la ciudad de Talca con millones de expectativas y al mismo tiempo muchos miedos. Ayudó que éramos seis argentinos. 

- ¿Muchas diferencias culturales?

- La ciudad era como Junín y la gente muy apasionada pero no tanta como los argentinos. Las comidas también son muy diferentes. Pero gracias a Dios en la vida social me pude adaptar bastante bien. Por ahí me costó en lo deportivo porque apenas llegué me tocó sufrir una lesión. Llegué en enero de 2011 y después de hacer una buena pretemporada me lesioné, a dos semanas de que comience el campeonato me fracturé el quinto metatarsioano y me tuvieron que operar. Así que me tocó mirar desde afuera los primeros partidos. Después cuando me recuperé pude ganarme la titularidad. Primero jugué de marcador central y terminé jugando de volante central. 


El ascenso y una nueva ilusión 


- ¿Cómo fue el partido por el ascenso?

- Fue una película. Llegar a la final fue algo soñado. Primero jugamos de local y empatamos 1 a 1. Entonces estábamos obligados a definir en cancha de Everton. Había quince mil personas más o menos. Arrancamos perdiendo 1 a 0, empatamos y al rato volvemos a perder por 2 a 1. Volvemos a empatar y con ese resultado pasábamos nosotros. Pero faltando 20 minutos nos marcan el 3 a 2 y encima nos echan al arquero. Pero faltando 10 minutos, llego hasta el área no sé cómo y pateo al arco. El arquero da un rebote y el delantero nuestro la empuja y es gol. Empatamos 3 a 3 y no nos quedó otra que aguantar el empate. 

- Y ahora tendrás la posibilidad de jugar en una primera división. 

- Increíble. Es algo soñado. Empecé el año lesionado, terminé jugando y ahora voy a tener la posibilidad de jugar en una primera división. Y por supuesto que las expectativas sieguen creciendo. Así que nos estamos preparando para eso, ahora arrancamos el 3 de enero con la pretemporada. Tuve un mes un pico de vacaciones que estoy disfrutando mucho. Siempre con la familia y visitando a los amigos.

- ¿Cuántas cosas habrás pensado en esa vuelta olímpica?

- Muchísimas. Interminable. Te acordás de todos y al mismo tiempo con la euforia estás ciego. Pero cuando te tranquilizás te ponés a pensar en el apoyo que uno ha recibido de la familia, de los amigos, de los compañeros y de mucha gente. En estos días tuve la posibilidad de agradecerles a muchos amigos de mi pueblo. Uno nunca se olvida de eso ni tampoco de la gente de Sarmiento ni de Moreno, porque salí de ahí. A Sarmiento no quise ir a verlo en estos partidos porque le está yendo bien. Mirá si pierde cuando voy, después me van a decir que soy mufa. 

- ¿Está en tus proyectos jugar en la primera del fútbol argentino?

- Me hubiese gustado seguir en Sarmiento y lograr el ascenso. Pero eso no se dio. Me encantaría seguir creciendo acá en Argentina y si tengo la posibilidad seguramente la voy a aprovechar al máximo.

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