Sarmiento desnudó las carencias de River.
Sarmiento desnudó las carencias de River.
PUNTO DE VISTA

La idea es el resultado

"Nunca negociamos la idea", es una de las frases más rei-teradas por los entrenadores más renombrados en el fútbol nacional e internacional de los últimos tiempos.

Marcelo Gallardo de River, como Pep Guardiola del Manchester City o Jurgen Klopp del Liverpool aparecen hoy como los ejemplos más distinguidos por quienes llevan adelante la responsabilidad de la conversación pública sobre el fútbol.

Se trata de un discurso que se ha legitimado en los años recientes en la medida en que los tres DT consiguieron anexar triunfos y vueltas olímpicas con "la primacía de la idea".

Esto es, ciertos pilares fundamentales de la táctica y la estrategia que se sostienen a rajatabla, incluso por encima de intérpretes y contextos.

Pero el fútbol mundial asiste a una época de cambio: ya desde hace algún tiempo el discurso y el diseño estratégico no son acompañados por los resultados deportivos. En la Liga de Campeones de Europa, la propuesta futbolística de Guardiola y Klopp continúan siendo merecedoras del reconocimiento de la crítica. Sin embargo, al final del recorrido, el trofeo quedó en manos de sus rivales de turno, el Chelsea de Thomas Tuchel y el Real Madrid de Carlo Ancelotti, respectivamente.

Gallardo, por su parte, no goza desde hace varias temporadas de mejor suerte. Lejos de los primeros planos de la Copa Libertadores de América, su River debió contentarse el año pasado con celebrar el título doméstico. En la temporada actual, hay serio riesgo de que ni siquiera pueda pelear la corona local y, consecuentemente, quede al margen de la edición 2023 del máximo torneo continental.

Lejos de la Capital Federal, Israel Damonte sigue conviviendo con las críticas que se viralizan en las redes sociales por su propuesta defensiva en Sarmiento. El DT del Verde lo reitera cada vez que tiene la oportunidad de comparecer ante la prensa local: se ajusta al material que tiene a disposición y busca la manera de obtener resultados en función de las cualidades de su plantilla.

Sin titubear, admite que no le seduce la posesión de la pelota como en fin en sí mismo y hasta reconoce sentir preocupación cuando su equipo "la tiene demasiado". En cambio, encontró en la talla de sus delanteros y la precisión en la pegada de sus arqueros una vía rápida para llegar al gol y consiguió mecanizar la aplicación de la fórmula, sobre la base del trabajo en los entrenamientos.

Anoche, el Sarmiento de Damonte dejó una vez más al desnudo las limitaciones de un River que, desde hace largo tiempo, no encuentra su mejor versión. Sin deslumbrar en el plano de lo estético, y más allá de algunos puntos que dejó en el camino, su recorrido en la campaña continúa siendo altamente efectivo. Y no hay contradicción alguna en su entrenador. Para él, como para sus dirigidos, la idea es el resultado.

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