Messi, más natural que nunca, en un mural suyo de Rosario
LA PULGA SORPRENDIÓ AL BARRIO CUANDO SE HIZO PRESENTE

Messi, más natural que nunca, en un mural suyo de Rosario

Además de festejar la Navidad como uno más se hizo presente donde pintaron un paredón con su imagen

Es una costumbre de la familia Messi pasar las fiestas todos juntos en Rosario, pero aún sabiendo que la estrella del Paris Saint Germain (PSG) y capitán de la Selección Argentina, nunca falta, siempre termina sorprendiendo. Y Lionel Messi, sorprendió el último fin de semana a los vecinos del barrio Presidente Perón de Rosario cuando posó unos minutos delante del mural pintado en el monoblock ubicado en las calles Azara y Buenos Aires.

Allí, frente al salón de cuarto grado que cursaba cuando iba a la Escuela 66 General Las Heras, los vecinos se emocionaron con lo que vieron. El mejor jugador del mundo, como un pibe más, de bermudas enormes y muy cómodas, remera y zapatillas, se hizo presente para todos ellos. Bajó de un auto importado y posó para una foto delante del mural en sus distendidas vacaciones rosarinas.

Fue entonces que se saludó con los pocos vecinos que se dieron el gusto de verlo otra vez en el lugar al que llegaba todos los días desde el vecino barrio La Bajada, su lugar natal.

La Escuela Las Heras atesora en su pared del campito de la calle Azara uno de los primeros murales de Messi con la camiseta de la Selección, y a la que el futbolista le donó el equipamiento del laboratorio de ciencias.

DE PARÍS A ROSARIO
Messi llegó a Rosario el jueves pasado en su avión privado, en vuelo desde París, y bajó con su termo y su mate en el Aeropuerto Islas Malvinas, que todos los rosarinos siguen llamando Fisherton, junto a sus compañeros Angel Di María, Mauro Icardi y Leandro Paredes.

Antonella Roccuzzo, su esposa, lo pasó a buscar ese día en un auto y se fueron a la casa de Fighiera, junto al Paraná, donde en las fiestas se los vio bailando cumbia, y otro día contrataron a Los Palmeras, que tocaron “El bombón asesino” en medio del parque, con la pareja bailando al lado de los músicos. Esa imagen recorrió el mundo y lo mostró como una persona sencilla y lejos de los lujos que atesoran otro tipo de futbolistas de su estirpe.

Messi aún tiene pendiente una visita al último mural suyo, que aparece en el barrio Martin, a dos cuadras del Monumento Nacional a la Bandera, pero fiel a sus costumbres eligió visitar primero el de La Bajada. Al otro iría en las próximas horas.

Los recuerdos y las historias de Leo siguen ahí, intactas. Como cuando con su vecina y amiga Cintia Arellano se colaban por un hueco del alambrado y cruzaban el campo del Batallón 121 para ir a la Escuela Las Heras, pero un militar los obligó a volver y a dar toda la vuelta manzana de cuatro cuadras. Esas pequeñas cosas, siempre hacen que Leo vuelva a su barrio y vuelva a disfrutar de esa vida con los vecinos de siempre.

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