Lionel Scaloni
Lionel Scaloni, DT de la Selección Argentina.
OPINIÓN

Scaloni, el “paracaidista”

Muchos le achacan a Lionel Scaloni, que no tiene los suficientes “pergaminos” para dirigir el seleccionado argentino. Puede ser, ya que en el curriculum personal cuenta con una casi nula carrera como entrenador; pero también hubo “grandes técnicos” que llegaron a sentarse en el banco del equipo nacional que fracasaron rotundamente. Y otras de las críticas con que también lo apuntan es que Scaloni llegó a hacerse cargo del seleccionado argentino de “manera trapera” y prácticamente lo tratan como un “okupa” del banco de albiceleste tras el alejamiento de Jorge Sampaoli, ya que formaba parte del cuerpo técnico del seleccionado argentino del actual entrenador de Olympique de Marsella. ¿Pero es uno de esos famosos “paracaidista”? 
Luego de la salida de Sampaoli, tras el rotundo fracaso en el Campeonato Mundial de Rusia 2018, Scaloni se quedó para dirigir el Sub 20, junto a Pablo Aimar, en el torneo de L’Alcudia de Alicante, España, por un pedido exclusivo del presidente de la AFA. Y el propio, Claudio “Chiqui” Tapia luego le ofreció dirigir dos partidos al seleccionado mayor de forma interina para ir “ganando tiempo” con el fin de conversar con los “elegidos” para ser el entrenador del conjunto nacional. 
Entre los “candidatos” estaban el “Cholo” Simeone, Mauricio Pochettino y el propio Marcelo Gallardo, que ahora se “autopostuló” para ser el entrenador del equipo albiceleste en un futuro. Luego de la ida de Alejandro Sabella y la muerte de Julio Humberto Grondona, las aguas estaban turbulentas y la dirigencia de calle Viamonte no daba pie con bola en la elección del entrenador del seleccionado. A todo esto, Scaloni, un desconocido para muchos, que había surgido de las inferiores de Newell’s para después vestir la camiseta de Estudiantes y seguir su carrera en La Coruña de España, West Ham, Racing de Santander, Lazio, Mallorca y Atalanta, dirigió los dos partidos amistosos frente a Guatemala (3-0) y Colombia (0-0). 
En tiempos de arcas flacas de la AFA, se dice que el propio “Chiqui” Tapia comenzó a intuir que Scaloni “tenía algo” que le permitiría llevar adelante las riendas de la Selección mayor: la buena relación que mantenía con el plantel y sobre todo con Messi, el perfil bajo, el conocimiento que tenía del fútbol europeo, ayudaron a que la dirigencia afista tomara la decisión de seguir dándole la confianza para que continuara al frente del equipo nacional. Y de a poco ese pensamiento se fue afianzando y después de varios partidos amistosos como interino, Scaloni fue confirmado en el cargo de técnico.
 Se supo rodear de sus “mosqueteros”: Pablo Aimar, que ya venía trabajando desde el Sub 20, Walter Samuel y el Ratón Ayala, referentes de la Selección y conocedores como pocos del vestuario del equipo argentino y de un preparador físico de su confianza con lo es el profe platense, Luis Martín. Dentro del actual plantel, comandado por Messi, hay un enorme respeto por los integrantes del cuerpo técnico. La llegada de Scaloni también coincidió con una renovación obligada, renovación que había que hacer en el equipo por una cuestión generacional. Aunque ahora parezca natural, de a poco se fueron haciendo comunes y conocidos nombres que no estaban en el radar de los futboleros: “Cuti” Romero, Guido Rodríguez, Nico González, “Dibu” Martínez entre otros, empezaron a sonar en la formación titular, siendo gratas sorpresas. Todo mérito al actual técnico. Además, otra medalla que se puede colgar el entrenador es que a Messi se lo observa feliz dentro y fuera de la cancha como hace mucho que no sucedía con la Pulga vistiendo la casaca albiceleste. 
Quizá, Scaloni no sea el “Gran DT”, pero por lo observado sabe conformar y manejar bien los grupos. Por ahí también lo ayuda la edad (43), que por ejemplo lo separan nada más que 11 años de Messi. Además, los entrenadores por el formato de las competencias y el hecho de no tener a la mayoría de los futbolistas en el país se han convertido más que nada en “seleccionadores”, ya que no están en el trabajo del día a día. Eso no significa que no se actualice y trabaje con sus colaboradores para luego imponer sus ideas a la hora de jugar. Scaloni se encargó de calmar las aguas y el puesto de técnico ya no entra prácticamente en discusión. Con méritos y capacidad se ganó la confianza, pero ese “paracaidista” cayó en el lugar y en el momento indicado.

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