RESEÑA HISTÓRICA

El Rojo, un siglo de historia

El Club Atlético Independiente cumplió un siglo de vida, cien años de historia en los cuales miles de hombres y mujeres dieron su trabajo, su esfuerzo, su creatividad y parte de su existencia para fundar y sostener a esta querida institución, que cobijó y cobija en sus entrañas los sueños de tantas almas, muchas de las cuales hoy no están, pero viven en el reconocimiento y el recuerdo de las nuevas generaciones. 
Este club, como tantos otros, surgió por el espíritu de lucha y la necesidad de construir comunidad social que trajeron los inmigrantes, esos que llegaron en los barcos, huyendo de las guerras, de la pobreza infame, y que encontraron -en la coincidencia que otorgan los ideales- el sitio donde soñar con la hermosa aventura de volver a compartir, de disfrutar de la libertad y de poner en práctica la misión de hacer para uno, pero también para los demás. 
Así nació en 1921 -vaya paradoja- un Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, este club de camiseta roja, color que identifica, que define, que califica, que dice, que es como la sangre que corre tumultuosa sin detenerse y que da vida, que es imagen y retrato de principios sin claudicaciones, de esfuerzo compartido, de solidaridad y de firme compromiso social.
Sin embargo, por esos avatares del destino y por las sucesivas y recurrentes crisis que azotaron al país, en 1936 fueron vanos los intentos por sostener a esta entidad, que desapareció de la actividad por unos pocos años, hasta que un 22 de diciembre de 1944, un grupo de deportistas decidió restaurar ese sueño inicial que se interrumpió temporalmente y el Primero de Mayo de 1945 constituyeron nuevamente al Club Atlético Independiente, manteniendo siempre el emblema de la camiseta roja.
Con impulso y entusiasmo renovados, bajo la presidencia de don Pedro Castro, recobró su trayectoria esta entidad, de origen humilde, de patrimonio pequeño y espíritu gigante, que con el correr del tiempo albergó tantas actividades deportivas y sociales, que marcaron un camino dentro de la sociedad juninense.
En el club, además del fútbol, se practicaron en distintas etapas atletismo, bochas, se alentó la disputa de inolvidables competencias de ciclismo, en su sede social se hicieron torneos de billar, ping pong y otros juegos de salón, encuentros artísticos, también se fundó la biblioteca “Delio Destéfani”, que entregó libros a los chicos cada Día del Niño, y se instaló en la sede la Escuela para chicos y adultos analfabetos, que se mantuvo por varios años.
Es indispensable admitir que el club atravesó otros momentos de dificultades a lo largo de estos cien años, y en muchas ocasiones encontró una tabla de salvación en un hombre incansable, como fue Carlos Castro. El querido “Negro Castro”, además de conformar equipos de divisiones inferiores durante décadas, hasta imponer una supremacía absoluta en materia futbolística, con reiterados títulos de campeón en todas las categorías, fue quien entusiasmó a ex jugadores para sumarse a las distintas comisiones directivas, cuando los dirigentes escaseaban.
De todas maneras, a lo largo de la historia, hubo otros tantos dirigentes y colaboradores de enorme relieve, pero nombrar en esta apretada síntesis a todas las personas que hicieron su enorme e invalorable aporte por el Club Independiente sería imposible sin incurrir en omisiones y olvidos provocados por el paso inexorable de los años. Del mismo modo ocurriría si se pretendiera hacer referencia a las figuras que brillaron llevando estos colores en las distintas actividades deportivas, sociales y culturales.
Por eso, en representación de todos ellos, de quienes lucharon con fervor y honestidad para que el club tenga en la actualidad un nombre que genera respeto y posea instalaciones que otorgan un espacio para la práctica deportiva y la reunión de la familia, es esencial nombrar a algunas de las personas que ocuparon la presidencia a lo largo de la historia, como don Pedro Castro, Raúl Azpelicueta, David Santos Bozzo, Salvador Siriani, Juan Carlos García, José Ruiz, Tomás Bolado, Moisés Lebensohn, Santiago Soldatti, Constantino Álvarez, Patricio Manifesto, José Salomone, Eduardo Mattiazzi, Ramón Castro, Juan Gutiérrez, Luis Giagante, Luis Berindelli, Rubén Artime, Alfredo Fossas, Rafael Tesoro, Pedro Taborda, Carlos Garbe, Jorge Castelao, Oscar Sardi, Roberto Badino, Juan José Ale, Nicolás Sardi y Gabriel Gómez.
Todos ellos entregaron tiempo, sangre, sacrificio, sudor y lágrimas, aunque también muchas alegrías por los amados colores. Es que este club no es solo un sentimiento, porque los sentimientos pueden ser buenos o malos, esta es una institución que genera un profundo sentido de pertenencia en quienes poseen sensibilidad social y sienten en la piel y en el corazón el color rojo, símbolo de Independiente.

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