Diego Ponce entrenador
Diego Ponce entrenador de arqueros.
FÚTBOL LOCAL

"Cuando me llamaron de Defensa no lo dudé", aseguró el entrenador de arqueros Diego Ponce

En diálogo con Democracia, el exjugador juninense compartió su llegada al Canalero y contó cómo fueron sus inicios en el triatlón. "Mientras más entrenadores haya, mejores arqueros habrá", reflexionó.

Junín ha sido (y continúa siendo) un gran semillero de futbolistas y de entrenadores a nivel local, regional y nacional. Uno puede encontrar varios casos que ejemplifiquen la premisa: desde los entrenadores locales como Oscar Tuso, el DT Sergio Lippi, pasando por el Vasco Juan Manuel Azconzábal y llegando a la máxima figura en Osvaldo Zubeldía.
Frente a este panorama, el fútbol local se posiciona como una gran escuela formadora que contiene a personas calificadas para desempeñar las funciones de formadores, en las categorías infanto-juveniles, y directores técnicos en la Primera.
Un caso de ellos es el de Diego Ponce, el nuevo entrenador de arqueros de las divisiones juveniles del Club Atlético Defensa Argentina, quien se sumó al proyecto deportivo de la institución Canalera.
En diálogo con Democracia, el entrenador juninense Ponce compartió la forma en que llegó al C.A.D.A. 
Al respecto, contó: "Arranqué a principio de año, en marzo. Me llamó la directiva, me presenté y nos pusimos de acuerdo en varios puntos. Por el tema de la pandemia, se suspendieron todos los entrenamientos y había quedado todo en la nada". 
E indicó: "Estábamos frente a un contexto de día a día, sin saber qué iba a suceder. Ahora, por suerte, se levantó el tema de los entrenamientos locales y podemos practicar con grupos reducidos".
En torno a la actualidad del Canalero señaló: "Ya va a ser el quinto entrenamiento que estoy con los chicos de Quinta y Cuarta. Esto recién arranca y vamos a seguir con los chicos que formen parte".
Respecto al escenario que se encontró en Defensa comentó: "Hay de todo un poco: hay arqueros de muy buen nivel, con un buen porte, y otros que aún le falta, pero me inicié acá para dar una mano y vamos a trabajar sobre ello". 
Sin embargo, guarda una gran relación con la institución donde trabaja, ya que fue la cuna de su formación. "Es el club donde mi inicié, en el que jugué por primera vez en mi niñez, al que me llevaba mi mamá. Cuando me llamaron ni lo dudé, en especial porque se busca una clase de arquero y, como era muy serio el panorama, les dije que sí", expresó.
Con relación a su forma de trabajo, resalta que "muy importante la técnica y la táctica. Lo recomendable es trabajar debajo de los tres palos, haciéndoles entender las medidas del arco: 7,33 de ancho por 2,44 de alto. Es muy importante la ubicación del arquero para resolver cualquier jugada, también el agarre de la pelota, tener personalidad para dirigir el área y ser consciente de que el arco es una gran responsabilidad".
También destacó que "los chicos están muy desenvueltos. Antes, te tiraban una pelota atrás y se te quemaban los papeles. Los chicos vienen con otra mentalidad y eso ayuda muchísimo".

Nivel nacional
No hay un arquero de referencia. Creo que todos los arqueros tienen cosas positivos. Me gusta ejemplificar con el caso de la Selección, se entiende que ahí están los mejores y los que nos representan. Franco Armani y Esteban Andrada se han vuelto los dos principales. Detrás de ellos hay otros que se pelean el puesto y que son muy buenos. Es un puesto que está muy bien cubierto, sumado a los juveniles que vienen de abajo y piden pista.
Mientras más entrenadores haya, mejores arqueros habrá en los clubes y en la selección Argentina
También hay que tener presente a Sergio Romero, que fue un referente y creo que no hay que perderlo de vista porque ha dejado una huella muy importante en la Selección.
Soy clase 79, así que tengo varios que me identifican. No me puedo inclinar específicamente a uno. Siempre admiré por la actitud a Germán Burgos; también a José Chivalert por la pegada y la personalidad; y por último a Oscar Córdoba por la potencia de piernas.
De todos ellos he sacado algo y lo he llevado a la realidad para emplearlo y utilizarlo con los chicos.
Hoy, me quedo con Armani. Me parece un referente muy firme.

Sus inicios como arquero
"La pasión la encontré en el barrio. Siempre jugábamos barrio contra barrio. Viví en el campo La Cruz hasta los 12 años, cuando mis padres se vinieron a trabajar acá. El primer equipo al que fui fue a Defensa", indicó.
También recordó que "a los 14 debuté en Primera y al año siguiente me fui a Ferrocarril Oeste. Tuve una experiencia muy buena, siendo muy joven y creo que me faltó un poquito de madurez para seguir. Es un mundo que es día a día, tenés que crecer mental y físicamente todos los días, con mucha competencia, y cuando alguno te supera, te dejan libre".
Y reconoció que "al principio me enojé, pero después la entendí. Me pareció justo porque me faltó esa madurez que, hoy como entrenador, la veo y la analizo. Trato de sugerirles y hablarles mucho a los chicos".  
"Mi categoría era la de Islas: lo enfrenté a él jugando para Argentinos y yo para Ferro. Me comparé y me di cuenta que me faltaba muchísimo", indicó.
"Pegué la vuelta a la ciudad y me fui a Sarmiento, jugando para la Reserva y alternando entrenamientos con la Primera, que se ubicaba en la Primera B, pisando el Nacional B", resaltó.
Sobre esta etapa, recordó que "con 18 años aún me faltaban algunas cositas y me dejaron libre. Ahí me dediqué a trabajar y un poco a estudiar, mientras jugaba en equipos de la zona como Belgrano de Arenales, Deportivo Alberdi, equipos donde salí campeón, y en Yrigoyen de Alem. En Junín estuve en los más grandes: Newbery, Villa Belgrano, "La Loba" y en Defensa".
Pero más tarde, "en el 2000 pegué un salto relámpago en México, donde estuve casi dos años: cuatro meses en Puebla Fútbol Club y una mini-campaña en Queretaro Fútbol Club, conocido popularmente como Gallo Blanco. Fue un paso muy importante para mí, un antes y un después. Me vine decidido para ser entrenador".
Y recordó "uno no debe apresurarse en las decisiones. Me había puesto mal porque no me renovaban el contrato y por no aguantar unos meses me vine. Cuando uno es adolescente es complicado, tenés que tener a gente muy copada alrededor". 
Sobre tu retiro, indicó que "en 2012, con 32 años, dije basta. Me sentía bien físicamente como para seguir, pero me fui por el lado de entrenador de arqueros porque quería colaborar con los chicos y darles una mano".

1+10 Fuerza Básica
Sobre su actividad de entrenador de arqueros, recordó que "en 2013 tuve a Matías Caro como entrenador de arqueros en La Loba. Siempre hablábamos de fútbol y del tema de los arqueros, y surgió la idea de formar una escuela para colaborar con los chicos. Hemos formado la escuela de arqueros "1+10". Él no pudo continuar y yo seguí trabajando y hoy en día hace siete años que estoy al mando. La he modificado un poco, como por ejemplo el nombre. Ahora se llama "1+12 Fuerza Básica", donde he sacado la parte de "escuela" porque esa etapa ya la hemos pasado". 
Pero "estuvimos en actividad hasta hace quince días, cuando regresé a Defensa y ya no me daban los tiempos".

La pasión por el triatlón
"Cuando dejé el fútbol me incliné por el lado del atletismo, por mis hermanos (Patricia y Octavio), hasta que llegué al triatlón que fue amor a la primera vista. Es una disciplina de resistencia, se arranca nadando, se pasa por la bicicleta y se termina corriendo. Son varias distancias según el nivel de competencia, de hecho, uno se entrena en torno a los objetivos", indicó.
Y subrayó que lo "atrapó por el tema de la resistencia. Siempre me gustó entrenar esa faceta, lo que es el sacrificio, me gusta ir hasta el límite y ver hasta dónde aguanto. El arquero tiene una psicología muy especial, trabaja con mucha intensidad y potencia. Me pareció una conexión entre los entrenamientos de arqueros a los del triatlón". 
Por último, resaltó orgulloso que forma parte de una familia de deportistas.
"El atletismo siempre me gustó, el ciclismo también, disciplina que mi tío (Taconau Ponce) practicaba y la natación era nueva. Aprendí a nadar hace cuatro años y fue lo que más me costó. Hoy en día puedo nadar en término medio.
"Mi papá (Rodolfo) fue boxeador de toda la vida.
"Mi sobrino Alejo Oviedo es atleta a nivel juvenil y nacional que está muy bien en el ranking y promete.
"Mi sobrina Antonella Fernández, está en el grupo de Galas de atletismo".

COMENTARIOS