Gustavo Sartori
Gustavo Sartori habló con Democracia.
DETRÁS DE ESCENA

Dieciséis años cuidando el campo de juego del "Eva Perón": el silencioso trabajo de Gustavo Sartori

En una entrevista con Democracia, el actual ´canchero´ de Sarmiento compartió su biografía deportiva, destacó el lugar ocupado por Héctor Nuozzi en sus inicios y la relación que ha tenido con los diversos entrenadores.

Cotidianamente se habla acerca del plantel de Sarmiento, del cuerpo técnico o de los resultados deportivos alcanzados durante los fines de semana. Sin embargo, casi nunca tienen lugar (ni mención) todos aquellos trabajadores que forman parte de los resultados deportivos e institucionales del club. 
Desde la destacada labor desarrollada por la prensa del club, la importancia ocupada por los socios, pasando por los porteros y utileros, para arribar a quien sale a la cancha todos los días junto al primer equipo: Gustavo Sartori, quien se encarga del cuidado y mantenimiento del campo de juego y del estadio "Eva Perón".
Sartori es un hombre al que se lo puede encontrar en la cotidianeidad del club, a un costado, en el detrás de escena, realizando una silenciosa labor de lunes a sábado, y los días de competencia, para que las tribunas y la cancha estén en óptimas condiciones. Testigo del cambio de los bancos de suplentes, la construcción de los palcos, de la cabecera del estadio, del Complejo de la Ciudad Deportiva y muchos más eventos.
Es quien vela por el cuidado del campo de juego, quien fue testigo de decenas de hazañas a lo largo de la historia: desde el ascenso a Primera en 1980, o los del 2004 y 2012 a la Primera B Nacional.
Además de su trabajo en el club, Sartori es padre de familia, está casado con Verónica, y tiene cuatro hijos: Yamila, Ezequiel, Ailén y Martina. A todos ellos tiene presentes cada día que se va de su casa.
Nunca compartió su metodología de trabajo públicamente como tampoco su historia de vida ligada a Sarmiento. Prefiere permanecer en el anonimato del Verde. Pese a ello, desde este medio, posibilitamos visibilizar su historia en el primer reportaje que da.
En una entrevista con Democracia, el canchero Sartori realizó un recorrido sobre su biografía deportiva y compartió los inicios de su vínculo con el club.
"Esto es todo sacrificio y continuidad. Hay que dedicarle mucho amor y yo soy una persona que, como aprendí de él, me gusta tener todo impecable. Soy muy quisquilloso en todo sentido: me gusta que la cancha esté linda, que esté bien marcada, no solo el campo de juego, sino cuando las personas vayan a sentarse que las plateas estén limpias, el pasto corto y tener un orden", inició.
"Entré en junio de 2004, de la mano de un ascenso,  ya entré ganador. Habíamos ascendido a la B y hoy llevo dieciséis años en el club", contextualizó sobre sus primeros pasos.
Sin embargo, es imposible adentrarse en su biografía laboral sin antes hacer mención al rol ocupado por el excanchero de Sarmiento Héctor Nuozzi, quien se desempeñó en esa labor a lo largo de 22 años. "Aprendí mucho gracias a un maestro que tuve como Héctor. Es una excelente persona y le agradezco todo lo que me enseñó", indicó Sartori.
"Todo lo que sé lo aprendí de él, fue y es un referente para mí. Incluso al día de hoy, si tengo una duda lo llamo", aseguró, y agregó: "Me emociona todo lo que pude aprender de él, mi familia lo quiere mucho y ya se volvió parte de ella".


En la actualidad, Sartori continuó con el legado de Nuozzi para mantener en excelentes condiciones el campo de juego. "Él dejó en el 2016, estuve casi catorce años con él. Era como un padre para mí. Estábamos los dos solos, no había nadie que nos dijera nada, hacíamos lo que nos parecía", rememoró. 
Tan solo ha cambiado pocos aspectos respecto a la metodología de trabajo de Nuozzi: "Lo único que modifiqué fueron los riegos, que los puse más adentro, porque no se unían entre sí, y ahora logré que se unieran de manera compacta. El resto sigue todo igual, nada ha cambiado", afirmó.
Y continuó: "Quizás he cambiado la forma de trabajo en referencia al trabajo en conjunto que hacíamos con Héctor. Ahora hago lo que a mí me parece que puede estar bien. A él no le gustaba cortar a la mañana porque el pasto está mojado, se apelotona y se ensucia la cancha. Tiene razón. Yo, dependiendo el clima, lo hago a la mañana porque hace calor y ya queda impecable para la tarde".
Sin embargo, es Sartori quien encabeza al grupo de trabajo que se aboca al estadio en la actualidad. Al respecto, expresó: "Siempre tenemos cosas para hacer, ahora estamos pintando los paredones que dan a la calle Gandini. Todo lo hago yo junto con Darian Olivetti y Silvio Lago".
En torno al "equipo" detrás de escena, comentó: "Si hay que pintar las plateas también lo hacemos, las tribunas, arreglar los alambres. Nosotros hacemos tareas múltiples acá. Si bien estoy abocado a la mantención de la cancha, estoy donde me requieran".
Sobre lo que son sus tareas en el Verde contó: "Si bien la mantenemos durante todo el año y lo que dure el campeonato, cuando este termina, ahí es cuando empieza nuestro trabajo. Primero, hacemos un control de malezas, después seguimos con una aireación, que consiste en hacer agujeros en la cancha con una máquina sacabocados; luego con el sembrado, tenemos que arenar la cancha". 
"El club ha hecho una buena inversión en comprar una máquina arenadora, si no lo teníamos que hacer con pala y carretilla", valoró.
Y sintetizó: "Se le tira fósforo, potasio. Después es corte, riego, corte, riego y fertilizantes".
Respecto a los cortes de pasto que tiene el Eva Perón, mencionó: "Por lo general tiene tres cortes semanales. Acostumbro a cortarlo el día anterior al partido. Corto y marco. La mañana siguiente, es decir, la mañana del partido, la roleo para que esté parejita".
Es tal la labor que ha desarrollado en el club que ha establecido una grata relación con los teros que sobrevuelan una de las tribunas laterales del estadio. "Hace mucho que están, de hecho pusieron huevitos atrás del arco de Gandini. Yo les ayudo con los nidos así no los matan con un pelotazo", contó.

La relación con los técnicos
Además de los dieciséis años trabajando en el club, Sartori ha sido testigo de los diferentes entrenadores que pasaron por el plantel superior de Sarmiento, experimentando distintas relaciones con cada uno, con un factor en común: "Los días de partido soy el primero que viene y el último que se va", aseguró.
Al hacer referencia a los pedidos generales de los entrenadores contó: "Siempre se basan en la altura del pasto por la clase de jugadores que tiene cada equipo. Después, en general, nunca tuve problemas con ningún entrenador. En alguna oportunidad, como cuando jugaban con Brown de Adrogué, me pedían que se las hiciera más angosta para acostumbrarse al rival. La achicábamos a las medidas que tienen en su estadio".
En torno a pedidos explícitos que recibió, recordó: "Sergio Lippi fue un gran técnico y persona. A él siempre le gustaba que regáramos la cancha antes de los partidos. Marcelo Fuentes me pedía lo mismo, que la mojara antes de los encuentros".
Pero al momento de hacer referencia a la relación entre un DT y el canchero, explicó: "Eso varía en cada uno. Con (Sergio) Lippi, con Jorge y Martín Funes nos sentábamos a comer juntos pero con los otros no".

El comentario sobre la gestión deportiva
Casi dos décadas acumula el canchero Sartori vivenciando el día a día del Eva Perón, paralelamente a la comisión directiva. De hecho, él ingresó durante el primer mandato del presidente Fernando Chiófalo en Sarmiento. Sobre la evolución del club, indicó: "Es una gestión muy buena la que ha hecho (Fernando Chiófalo), no solo por construir la tribuna detrás del arco, sino porque ha sido el precursor del Club de Campo, la Ciudad Deportiva, entre otras tantas cosas".
Los avances en la infraestructura no solo posibilitaron mayores comodidas para los hinchas y simpatizantes del Verde, sino también para los trabajadores del club. "Al hacer la tribuna nos facilitó nuestro trabajo porque ahí era antes todo pasto. A ese sector ya no lo tenemos que cortar más. Del otro lado, lo que sería la platea visitante, era todo tierra y ahora está todo asfaltado", explicó.
"Ahora es todo mucho mejor, y eso que falta hacer el piso en lo que es la platea techada y la descubierta. De a poquito se van a ir haciendo las cosas", comentó.
Asimismo, adelantó para este medio uno de los proyectos en los que trabaja desde su lugar como canchero: "La idea a futuro, si se llega a pavimentar ese sector, es hacer como tiene la cancha de Racing y dibujar canchitas debajo de la tribuna. Ojalá lo pueda llegar a hacer yo".

Las mejores canchas del país
Sartori ha recorrido las distintas categorías junto con el Verde: B Metropolitana, B Nacional, actual Primera Nacional, y la Primera A. Por ello, sabe identificar rápidamente a las mejoras canchas a nivel nacional.
"Gracias al ascenso con Sarmiento a Primera, recorrí un montón de canchas. Entre ellas, las más importantes de la Argentina: Boca, River, San Lorenzo y Racing", expresó y se lamentó: "Me faltó la de Independiente". 
Sin embargo, al momento de elegir a una destacó: "Me gustó mucho la de San Lorenzo. Aparte tuve la suerte de vivirlo dentro del campo de juego al partido, y se da la casualidad de que la persona que estaba a mi lado era mi colega. Le pregunté un montón de cosas, pero esa charla me la guardo para mí".
Y añadió: " Siempre me gustaron las dos de Rosario, impecables".
Pese a la jerarquía de los clubes citados, la de Sarmiento es una de las canchas más utilizadas para los encuentros de Copa Argentina entre equipos de diversos sectores del país. En lo que respecta a la Primera Nacional, Sartori la reconoció como una de las mejores. Al respecto, consideró: "Es uno de los mejores de la categoría, está entre los cinco primeros".
Por otro lado, no es simpatizante de los halagos. "Quizás más de uno me ha felicitado pero yo no lo veo así. Que alguien le diga a otra persona: ´Mirá cómo está la cancha´, eso sí me hace sentir bien".
Su silencioso trabajo se extiende a lo largo y ancho de la ciudad, ya que también ha asistido a aquellos clubes y cancheros que lo consultasen. Sobre estas experiencias dijo: "Más de un club me ha pedido asesoramiento, he ido y se lo he dado: Villa Belgrano, Rivadavia, Mariano Moreno. De la zona, fui a Viamonte, River y Alsina. Incluso me vinieron a ver los muchachos del Club de Campo porque tienen una peña y organizan partidos. Yo trato de orientarlos y si tienen los insumos lo harán".
Muchas veces, los clubes liguistas no poseen las condiciones ni infraestructura para abastecer toda la demanda futbolera que tienen desde las numerosas categorías juveniles. Es una realidad que Sartori conoce y por eso manifestó: "Si bien están mejorando mucho las canchas locales, a los directivos les cuesta. Van mejorando paulatinamente y me pone contento eso a mí. Sarmiento porque es un club profesional".
Y continuó: "Esta es la mejor época, cuando viene la gramilla, que es un pasto hermoso. El secreto es corte bajo y agua. También el tema del cuidado, traten de practicar una o dos veces por semana en el terreno de juego. Pero hay clubes que no tienen esa posibilidad y lamentablemente no la pueden cuidar. Pero, para los que sí, de esa manera viene la gramilla de una forma impresionante".

Su biografía deportiva
Al momento de indagar en torno a su biografía deportiva, contó: "Hice las inferiores en Independiente, pero no llegué a jugar en Primera. Trabajé siempre en la construcción y como mozo, hasta que un día fui a hablar con (Mario) Meoni y él me ofreció esta posibilidad y no dude en aceptarla. No lo dudé y acá estoy".
Acerca de sus cualidades como futbolista expuso: "Yo jugaba de tres pero era muy áspero. Si te tengo que decir uno en concreto al que me asemeje podría ser con Yamil Garnier, pero en otra posición".
A esta altura, se ha convertido en un referente en lo que es la mantención de la cancha y el estadio a nivel regional, pero fue también su hijo Ezequiel quien le reconoció el lugar ocupado como padre y como canchero del Verde.
"En una oportunidad, mi hijo me dijo que quería estar trabajando conmigo. Le dije que no, que él necesitaba algo mejor. Si bien este es un lindo trabajo, uno como padre siempre aspira a que el hijo tenga algo mejor", reflexionó.
Sarmiento no es únicamente una institución con varias disciplinas deportivas o un mero trabajo para Sartori, sino que ha trascendido la esfera laboral para convertirse en algo más. "Lo es todo. Cuando empecé era un pibe, me crie en el club. Más allá de esto, mi papá (Ramón Sartori) me traía a la cancha y trabajó de mozo cuando la sede del club estaba en calle Lebensohn, mi tío (Carlos Mario Verón) fue utilero en la época del 80 u 82", afirmó.
Por último, al momento de definirse, Sartori no vaciló y dijo: "Soy una persona normal, de familia, que le gusta trabajar. Amo lo que hago, me encontré un rubro que no conocía y no sabía que me iba a gustar".
Sin dudas, está escribiendo su propia historia en el club, la cual se ve reflejada en cada fin de semana en que Sarmiento juega de local y en cada momento en que un hincha se sienta en una tribuna del Eva Perón. Además, se dirige a alcanzar las dos décadas como canchero del club y es un experto en la materia. Sin tener un reconocimiento mediático, como pueden tener los futbolistas, el silencioso trabajo de Sartori es efectivo y queda reflejado en cada rincón del estadio.

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