Agustín Lescano: el "10" fue capitán de la Reserva.
PRIMERA NACIONAL

La historia de Agustín Lescano, el enganche que Iván Delfino convocó a la pretemporada

Tiene 21 años y su zurda destella magia. Es de Junín, jugó en Mariano Moreno y hoy forma parte del plantel profesional de Sarmiento. En diálogo con Democracia, el "10" habló de su vida, se refirió a sus problemas de alimentación y confesó sus ilusiones de debutar en Primera.

Agustín Lescano presenta una vida de superación. La creatividad de su pie izquierdo le permitió eludir los infortunios y llegar a un buen presente. Hoy forma parte del plantel profesional de Sarmiento y se ilusiona con debutar en Primera.
El camino recorrido no fue para nada fácil y por eso este buen momento lo disfruta mucho más. En diálogo con Democracia, el enganche que Iván Delfino convocó para la pretemporada contó su historia. Recordó sus inicios en Mariano Moreno, se refirió a sus problemas alimenticios y confesó sus sueños. 
Según un reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), del total de futbolistas que se inician en novena división, tan solo entre un 2 y 3 % logran firmar contrato como profesional. El resto – un 97 y 98 %- quedan libres y deben optar por otro estilo de vida.
Para poder formar parte de ese mínimo porcentaje, Agustín tuvo que cambiar muchas cosas. La implementación de un plan nutricional para aumentar de peso y las jornadas de doble turno de entrenamientos, acompañadas de su forma de juego, fueron hechos vitales para ser considerado por Delfino.

Mi objetivo es tratar de hacer una buena pretemporada y hacerme un lugar en el plantel.

Llegó al Verde a través de un histórico futbolista del club, Juan Manuel García. Y al respecto, contó: “Me vieron jugando para Mariano Moreno, en el torneo 4 ligas. Se contactaron con mi papá, a través del ´Pepo´, y le sugirieron que vaya, que estaba bien visto y me gustó la idea de probar suerte”.
El juvenil de Sarmiento arribó al club con 17 años (en el 2016) para sumarse a la quinta división, conducida por Walter Nievas, bajo la coordinación de Juan Carlos Pirez.
Sobre su llegada, recordó: “Las dos cosas que noté cuando pasé a Sarmiento fue el ritmo futbolístico que me imponían. Los primeros dos meses llegaba a los 50-60 minutos y no daba más. La segunda es en cuanto al físico, por masa muscular. Tuve que mejorar mucho porque todos iban al choque y los golpes me dolían al no tener una preparación física como ellos”.
En la actualidad, Agustín realiza seis comidas en el día y ha tenido que excluir las gaseosas, las golosinas y las frituras, adquiriendo una gran rigurosidad en el horario de las ingestas alimenticias. Este cambio lo implementó a partir del año 2016, desde que asistía al colegio. 
“Cuando iba a la escuela pasé de no desayunar a llevarme seis empanadas en un tupper para comer como correspondía. Todos los días llevaba un tupper con comida y una fruta”, remarcó.  
De esta forma alcanzó los 57 kilos y va por más. Al respecto, indicó: “Tengo que llegar a los 60”. Dos años después de iniciarse en el banco de Reserva, Agustín pensó en el rol de Patricio Hernández y analizó: “Le terminé dando la razón porque me di cuenta de las cosas. Lo que hacía era para cuidarme y que aumente de peso”.
Se convenció del lugar pedagógico del ex entrenador del club porque en algún momento se sintió condicionado por su físico, encontrando la respuesta en el cambio de hábitos. Todo esto sumado a la habilidad con que se desempeña en la cancha, al punto de decir qué cosas le podría aportar al juego de la Primera: “Le podría dar juego asociado y desequilibrio por las bandas. Una vez que controlo la pelota y veo el espacio me gusta encarar y meterle para adelante. En ese sentido le podría aportar vértigo”.

Los que llegaron
Lescano está dentro de ese reducido 2 % que logró la firma como profesional.  Pese a ello, no esquivó a la realidad de muchos futbolistas juveniles y analizó: “Es jodido el fútbol profesional. Me pongo a pensar y estuve cerca de setenta compañeros en el plantel y seguimos dos nada más, junto a Javier Arias”, y recordó: “He visto cómo chicos que vinieron de Formosa o Chaco con 12 o 13 años llegan a los 18, los dejaban libres y se les venía el mundo abajo”.
Javier Arias es el otro futbolista promovido desde Reserva que en la actualidad integra el plantel verdologa. Juega de delantero y es otra de las cartas ofensivas que contará el director técnico Delfino.

Así juega el "10"
“Soy un futbolista que se sacrifica, que le gusta mucho el juego simple y jugar para el equipo. No me gusta gambetear innecesariamente pero sí estar en contacto con la pelota y distribuir el juego”, se autodefinió el “10” y al mismo tiempo explicó: “Jugar simple es hacerlo a uno o dos toques, dársela al que tengo más cerca y, de mitad de cancha para adelante, arriesgar. Me gusta que la pelota llegue segura a los compañeros”.
“Lesca”, como le dicen sus amigos, con 21 años es uno de los futbolistas más jóvenes en el plantel actual de Sarmiento. La característica que lo diferencia del resto es su porte físico: mide 1,64 m. De hecho, a quien admiraba de pequeño era a Javier Saviola. Se sentía identificado con él por la forma de jugar y por el estado corporal, aunque se diferencia: “A mí siempre me gustó más asistir que hacer los goles”.
Además de su empeño personal, el apoyo de su representante y de su padre, otra de las personas que estuvo presente fue el extécnico del club, Patricio Hernández.  
“Me acuerdo que habíamos perdido un partido por 5-0 y Patricio me llamó y dijo que le gustaba que yo me tirara atrás y pidiera mucho la pelota. Después de ese entrenamiento se convenció de que vaya a Reserva y empecé a escalar un poco más”, rememoró, aunque también compartió los sinsabores que implicó ese cambio: “Cuando subo de categoría  pesaba 49 kilos. Tuve una charla con Patricio y me dijo que si no llegaba a los 55 kilos no iba a jugar con él. Estuve seis meses viajando a todos lados, en todas las concentraciones y haciendo todas las entradas en calor de Reserva sin jugar al menos un minuto”.

Su evolución 
Sobre sus comienzos en la décima división de Mariano Moreno, recordó: “Empecé de lateral y me fueron subiendo de a poco porque me mandaba muchas macanas cuando intentaba salir jugando. Me pasaron de volante y terminé jugando de enganche. Recuerdo que, en mi primer partido en cancha grande, le tiré un caño en nuestra área a un delantero y casi me mata el técnico. A partir de ahí me empezaron a subir porque me gustaba gambetear y me pusieron más arriba”.
Recorrió todas las divisiones juveniles en Moreno hasta llegar a la Primera. A los 17 años, y con el objetivo de iniciar una carrera universitaria-  la de nutrición era la elegida-  pensó en dar un paso al costado de su proyecto como futbolista profesional y abandonar la práctica. Sin embargo, el arribar a un club como Sarmiento le renovó sus ambiciones personales y le presentó la oportunidad de vivir del fútbol.
Así se fue superando hasta llegar a ser una de las promesas.  Desde el hecho de quedar a través de una prueba, iniciarse en quinta, pasar a reserva, aumentar de peso, llegar a firmar un contrato como jugador profesional y desear sumar minutos. “Mi objetivo es tratar de hacer una buena pretemporada y hacerme un lugar en el plantel. Necesito tener minutos y lo mejor que me puede pasar es sumar desde la pretemporada”, declaró.
Mantiene la esencia de “potrero”, como cuando se inició en Moreno, y cuenta: “Algún que otro caño se me escapa, dependiendo la zona, porque en Primera hay un margen de error menor y si te la quitan puede terminar en gol”. 
En definitiva, los sueños del pibe que viste la "10" comienzan a cumplirse. La peleó, hoy tiene un lugar y se ilusiona más que nunca con debutar en Primera.

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