UN DISTINTO EN SU PROPIO MUNDO

Falleció Tomás Felipe Carlovich, un futbolista que solo quería divertirse

Los que lo vieron jugar coinciden en que fue un talento impresionante. Sin embargo, apenas sumó cuatro partidos en Primera “A”. Cuando Menotti lo citó para jugar en una preselección, el “Trinche” fue, pero se colgó pescando en la costanera porteña. Nunca se presentó a jugar.

Tomás Felipe "Trinche" Carlovich falleció ayer durante una intervención quirúrgica en el Hospital "Clemente Álvarez" de su Rosario natal. Al exfutbolista de Central Córdoba lo atacaron cobarde y salvajemente el miércoles en la zona de Paraná y Eva Perón para robarle su bicicleta, pero no pudo reponerse de las serias heridas recibidas durante la agresión.
Fue un mítico jugador que no llegó a conocer las luces del éxito por dos razones puntuales: su odio a los entrenamientos y a la disciplina necesaria para un jugador de alto rendimiento. Tenía 71 años.
Al igual que Horacio “Taqueta” Barrionuevo, no se llevaba muy bien con la leyenda. Odiaba hablar de sí mismo. “Acá en Rosario se han inventado un montón de barbaridades acerca de mi juego. Los rosarinos son como los cordobeses: les gusta contar cuentos. Algún caño de ida y vuelta habré hecho, pero no es para tanto. Nunca gané nada. Jugué dos partidos con la camiseta de Central y otros dos con Colón”, solía sostener ante los distintos “piropos” futbolísticos.
Aquello que muchos sostienen en Junín (entre los que se incluye en primera fila quien esto escribe), en el sentido de afirmar que el talento de "Taqueta" Barrionuevo fue superior al de Maradona, también lo dicen en Rosario, pero refiriéndose a Tomás Carlovich. 
Por ejemplo, Carlos Griguol sostiene: “Fue el jugador más maravilloso que vi en mi vida”. Ernesto Duchini, en cambio, fue mucho más allá: “Carlovich tenía condiciones técnicas de otro planeta. Un verdadero lírico de la pelota. Enfrentarlo era imposible. Desaparecía como un hechizo”.
En tanto, César Luis Menotti apuntó: "No tuvo a nadie que lo acompañara y comprendiera. Era impresionante verlo transitar la cancha con la pelota atada, gambeteando hasta los pastos. A él le gustaba divertirse y no se sentía a gusto con algunos compromisos”.
En su momento, también el "Negro" Fontanarrosa opinaba: "El 'Trinche' era un fenómeno. Hacía cosas que nadie esperaba. Era habilísimo y le pegaba a la pelota, además de fuerte, con una variedad fabulosa de golpes. Anticipó cosas que después se le vieron a Claudio Borghi. Carlovich fue un atorrante: cuando jugaba en las inferiores de Central, Ignomiriello tenía que ir a buscarlo a la casa para que fuera a entrenar. Coincido con los que dicen que fue uno de los mejores jugadores argentinos”.

"El Gitano"
La trayectoria de “El Gitano” (también se lo conocía por ese apodo), se inició en las inferiores de Rosario Central. A los 16 años va a préstamo al Sporting de Bigand, un pueblo a 70 kilómetros de Rosario, y sale campeón de la Liga del Sur.
En 1969 llegó a debutar en la Primera de Rosario Central, pero apenas interviene en dos encuentros, simplemente porque el técnico, Miguel Ignomiriello, no le dio continuidad. En 1970 se incorpora por cuatro meses a Flandria, que militaba en Primera “C”.
No llegó a enfrentar a Sarmiento en los cuatro partidos que el "Canario" de Jáuregui disputó contra el verde en ese torneo. En 1971, cuando tenía pensado largar todo, un amigo lo convence para que vaya a Central Córdoba. En 1973, totalmente identificado con los "Charrúas", sale campeón en Primera “C” y asciende a la “B”.
Ese año, el elenco rosarino derrotó las dos veces a Sarmiento, que finalizó cuarto. El 17 de abril de 1974 integra un combinado rosarino que enfrenta a la Selección que se prepara para el Mundial de Alemania. Es el único del equipo que no pertenece ni a Newell´s ni a Central.
Él y Mario Kempes son los grandes protagonistas de aquella noche y Rosario le gana al seleccionado por 3 a 1, tras un primer tiempo de 3 a 0. En 1976 pasa a Independiente Rivadavia del Mendoza y enfrenta a Godoy Cruz, donde jugaba el juninense Mariano Etcheto.
En 1977 se concreta su transferencia a Colón de Santa Fe, pero también juega solamente dos cotejos, el último el 14 de agosto frente a Vélez, ya que se rompe dos veces el aductor derecho. En 1978 vuelve a Mendoza y juega a préstamo en Deportivo Maipú y al año siguiente vuelve a Central Córdoba. En 1982 asciende por segunda vez, de la “C” a la “B”, con su entrañable Central Córdoba. En 1978 vuelve a Mendoza y juega a préstamo en Deportivo Maipú y al año siguiente vuelve a Central Córdoba. En 1983 se retira del fútbol profesional, aunque tres años después algunos amigos lo convencen para que participe en los campeonatos zonales de Rosario.
Para desazón de aquellos que se dedican a vender buzones en el fútbol, el “Trinche” fue un producto “no comercializable”. Tal vez sea por esa razón que haya sido tan valorado por los expertos, como algo que ya no se consigue tan fácilmente.

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