Luego de decretado el aislamiento social, preventivo y obligatorio, el volante Sergio Quiroga se encerró en su departamento de Junín. Comparte allí los días junto a su novia Eugenia y su perro "Bonjour". Se entrena como puede y hace lo mejor posible para mantenerse en forma.
En diálogo exclusivo con Democracia, el "Checho" habló del equipo, del polémico partido suspendido en Mendoza y también se refirió a los contratiempos que sufrió cuando le tocó renovar el contrato con el club.
- ¿Cómo estás atravesando este momento?
- Tratando de cumplir con la cuarentena, moviéndome en el espacio que tengo, junto a mi novia y nuestro perro. Tengo dos hermanos en Buenos Aires y el resto de mi familia está en el Chaco. Estamos en contacto permanente. Esperando que todo pase lo más rápido posible.
- Arrancaste con el aislamiento después del viaje a Mendoza ¿Cómo viviste la suspensión del partido?
- Antes de salir para Mendoza ya teníamos temor de viajar y que no se jugara. Estábamos muy atentos a lo que se iba dando y un poco lo esperábamos. A medida que fueron pasando las horas se iba modificando la situación y llegó un momento que ya nos costaba concentrarnos en el partido. Ya cuando dijeron que se iban a jugar los partidos del lunes y que después se suspendía, nosotros nos imaginábamos que se iba a suspender el nuestro, pero nadie nos confirmaba nada.
- Concentraron y estaban yendo al estadio ¿Fue así?
- Sí, una cosa increíble. Estábamos listos y ahí nos informaron que no se iba a jugar. Una locura. Los utileros ya habían armado todo en el vestuario, nos estaban esperando.
- Y supongo que en el hotel había mucha gente, turistas, etc.
- Sí, personalmente sentía una sensación fea, como una paranoia, había extranjeros y personas que uno no sabía de dónde venían. Era un hotel de categoría y seguramente habría personas que podían haber estado en otros países. Entonces había nerviosísimo y la verdad es que llegó un momento que quería estar lo más rápido posible en Junín. Quería estar acá y sentir que dependiera de mí porque allá estábamos muy expuestos.
- Quizás desde lo futbolístico sí les convenía jugar, pero el riesgo era muy grande. ¿Lo ves así?
- Sí, la victoria ante Douglas nos había dado un empuje bárbaro. Mejoramos desde lo anímico y la actitud era otra. Pero hay cosas más importantes. Si se jugaba no sé si íbamos a tener la cabeza en el partido. Era muy peligroso. Y los jugadores de Gimnasia tenían la misma preocupación.
- ¿Cómo haces para mantenerte en forma?
- Vivo en un departamento, de dos habitaciones, una es para cuando viene a visitarme mi familia y ahora esa habitación la transformé un poco para moverme ahí. Hago ejercicios ahí y nos vamos guiando por los trabajos que nos va dando el “profe” (Tulio Pianesi). Nos pasa algunos ejercicios y los vamos haciendo. También trato de cuidarme en las comidas porque el desgaste no es el mismo. Hay que tratar de cuidarse y para eso nos han asesorado muy bien, desde el cuerpo técnico y también contamos con los consejos de una nutricionista.
- ¿Se te hace difícil manejar la ansiedad?
- Sí, como a todos. Es una situación muy especial. Hay veces que uno abre la heladera y se quiere comer todo. Pero hay que buscarle la vuelta. Con mi novia tenemos muchos juegos de mesa, libros, miramos películas, la vamos piloteando. Y también tenemos al perro que nos vuelve locos, se llama Bonjour, es un bulldog francés.
- ¿Te podés imaginar algo de la vuelta?
- Complicada, seguro. Hay mucha incertidumbre. No se sabe cuándo se va a retomar todo. Se habla de modificar los torneos, de hacerlos más cortos, pero no hay confirmaciones. No nos queda otra que esperar. Mi opinión es que se debería terminar el torneo como está ahora, que no se toque nada, un ascenso por una final y la otra por el reducido.
- El tema también es saber si los clubes van a poder afrontar todos los costos.
- Claro, también está el tema de los salarios. Es complicado. En mi caso renové un contrato hace poco, por cinco años, y uno tiene cierta tranquilidad de que tiene trabajo. Pero el jugador se siente seguro cuando juega. Entiendo que hay gente que realmente la está pasando muy mal. Uno es un agradecido.
- Destacabas la renovación de tu contrato. ¿Cómo ves hoy, a la distancia, todo lo que se generó en su momento? Prohibición para no entrenar, etc.
- La pasé mal, realmente. Se dijeron cosas que no fueron así y uno tiene una familia detrás. Pero ya pasó. Quedó atrás. Yo hace cuatro años que estoy en el club y me pareció que no era necesario pasar por eso, pero bueno, se dio así. Hay que seguir adelante. Uno es feliz adentro de la cancha. Y la verdad es que me sirvió para conocer la verdadera cara de muchas personas. Fue una experiencia más.
- ¿Por qué crees que se dio el bajón futbolístico en este reinicio de torneo?
- Los otros equipos ya nos conocen y nos juegan distinto. Sarmiento tiene un estilo de juego y los rivales ya lo saben. Hicimos una muy buena primera parte y ahora arrancamos distinto. La pelota no entra para nosotros y sí para los rivales. Los partidos se definen en los detalles y muchas veces perdimos la calma. Pero el grupo está fuerte, a pesar de las derrotas nunca caímos. Y con Douglas demostramos eso. Fue una especie de alivio. Creo que terminamos dejando una buena imagen.
- ¿Te deja algún aprendizaje todo lo que está ocurriendo?
- Siempre hay que ser optimista. Después hoy uno valora mucho los encuentros con los amigos, la familia. Son momentos que hoy no están y que uno los extraña y valora. También en este tiempo aproveché para leer y eso también ayuda a abrir un poco más la cabeza. No leo tanto como el “Morocho” (Pablo Magnín) pero leo (risas).
- ¿Qué lees?
- En mi familia hay muchos docentes y me dan una mano con las lecturas, ahora estoy con uno de Eduardo Sacheri, "Lo raro empezó después", son cuentos de fútbol. También estoy con uno que cuenta la historia del Chaco, así que en cualquier momento te doy una entrevista en Quechua (risas), que era el dialecto de los aborígenes de nuestra zona.
- El Morocho lee filosofía y metió quince goles, ojo con ese dato.
- Es verdad, me tendría que inclinar por esa rama.
- ¿Nunca se te dio por estudiar algo?
- En el 2012 terminé la secundaria y arranqué el CBC de medicina para hacer algo relacionado a la nutrición. Yo estaba en la pensión de Argentinos Juniors y salía del CBC a las once de la noche y la pensión estaba en Flores. Tenía 30 minutos de viaje y llegaba a la pensión muy tarde. Entonces tuve que dejar. Pero por suerte pude hacer varios cursos relacionados a los idiomas inglés, portugués y un poquito de francés también.
- Lo último, ¿te ves mucho tiempo más jugando en Sarmiento?
- Yo estoy cómodo, me gusta Junín y mientras sea útil me gustaría estar.
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