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Juan Carlos Montes.
UN ENTRENADOR DE GRAN PERSONALIDAD

La “Canción” de Juan Carlos Montes seguirá sonando en los corazones verdes

El ídolo de Newell´s fue DT de Sarmiento en cuatro ocasiones, con dos ascensos: 1978, 1980, 1990/91 y 1993/94.

“El visionario es el único verdadero realista”. Esa frase del creador italiano Federico Fellini parece encajar perfectamente con la trayectoria de Juan Carlos Montes, exentrenador del primer título en la historia de Newell´s Old Boys (1974) y DT de Sarmiento en dos ascensos (1980 y 1990/91), además de otra célebre apuesta:  hizo debutar a Diego Maradona en Argentinos Juniors el 20 de octubre de 1976, a los 15 años. “Canción”, como se lo conocía en el ambiente futbolístico, falleció ayer en su ciudad adoptiva, Rosario. Había nacido en Bella Vista (Buenos Aires), el 28 de setiembre de 1942. Tenía 77 años.
Fue una de las grandes glorias del rojinegro. Montes comenzó su carrera futbolística en San Telmo, luego vistió la camiseta de Chacarita Juniors (1967-68, 55 partidos, 5 goles) y en 1969 llegó a Newell's (1969/73). “Canción”, que jugaba de mediocampista y exhibía un notable manejo del balón, estuvo en la Lepra hasta 1973. Disputó 134 partidos y convirtió 11 goles.Y como técnico, dirigió a Newell's entre 1974-76 y 1981-84.
El romance de Juan Carlos Montes con Sarmiento y Junín comenzó el 13 de mayo de 1978, cuando debutó en el estadio Eva Perón ante Defensores de Belgrano, reemplazando a un ex jugador del club: José Domingo Marino. Fue convocado de apuro, ya que el equipo había perdido la brújula y peligraba su estabilidad en la “B”, categoría que le había costado horrores conseguir, después de muchos años en la “C”. Lo cierto es que bajo su conducción, el elenco verde empezó a tener una mejor fisonomía, al extremo de ubicarse en el quinto puesto. En ese momento, a cuatro fechas de la finalización del campeonato y con Sarmiento sin peligro del descenso, Montes decide irse a San Martín de Mendoza, llevándose a tres figuras del equipo: Rodolfo Pezzatti, Luciano Polo y Pedro Coronel.
El segundo idilio de Montes continúo dos años después, en aquel inolvidable 1980. Suplantó en la dirección técnica a Oscar Cadars en la fecha 14ª, cuando le ganó a Estudiantes de Caseros por 1 a 0, con gol del Toti Iglesias. A partir de allí, Sarmiento se mantuvo invicto tras largas fechas, iniciando así el camino hacia la gloria máxima.
Pero recordemos aquellos momentos. El 8 de noviembre de 1980, Sarmiento lograba por primera vez en su historia el ascenso a la “A”. Y la ciudad no durmió la noche previa. Mil duendes vestidos de verde, con Alejandro “Pancho” Melatini a la cabeza, recorrieron las calles de Junín y del cielo, bailando hasta el amanecer, abrazados a un mismo grito. Más tarde, en la cancha, con un “herido” Chacarita como adversario, se repitió la ilusión del hincha, en una sinfonía afónica de bombos y sirenas. Y así toda la tarde. Hasta que el pitazo final de Juan Carlos Demaro transformó en delirio la emoción juninense y decretó el descenso del guapo y corajudo equipo de San Martín. Sarmiento ya era domingo. Ya pertenecía al “círculo privilegiado”. Ya estaba en Primera... ¡sí, en Primera! Los jugadores se fueron a festejar al alambrado y de arriba bajaban los hinchas. El alambre cedió y la invasión fue inevitable. Entonces, el festejo se transformó en vuelta olímpica confusa con jugadores semidesnudos y fanáticos vestidos de verde.
En rigor, Montes tuvo bastante que ver en aquella heroicidad, aunque a los jugadores, luego campeones, los hubiese elegido ese caballerazo de Oscar Cadars. Lo dicho: el rosarino por adopción asumió en la fecha 14ª y manejó al equipo durante 23 emotivas, trajinadas y ardientes jornadas. Allí siguió su apasionado enamoramiento con Sarmiento.
El recuerdo de aquel maravilloso 1980 permitió que Juan Carlos Montes vistiera por tercera vez el buzo de técnico. Tampoco fue en un campeonato entero. Apenas un tramo del torneo de la “C” de 1990/91, que ganó Defensores de Cambaceres. Una franja decisiva, donde a través del octogonal, la entidad verde regresó a su primera novia: la Primera “B”. “Canción” fue tentado por los dirigentes para seguir adelante con el proyecto futbolístico, pero prefirió irse otra vez, acompañado por las hermosas mieles del éxito, ahora a El Salvador.
Finalmente, llegó la cuarta experiencia, ocurrida en la temporada 1993/94, reemplazando a Mario Finarolli. No tuvo buenos resultados (sobre 34 puntos posibles Sarmiento logró 16). Esta vez sucedió exactamente al revés de otras ocasiones. Montes, pese a la magra campaña del equipo, era proclive a quedarse en el cargo, tratando de remontar los escasos resultados logrados durante su desempeño. Pero esta vez Sarmiento fue quien pegó el portazo, dando lugar a un exjugador: Carlos López. Evidentemente, como decían nuestras abuelas, hay cariños que matan.
Con el fallecimiento de Montes, desaparece un entrenador muy reconocido por sus pares y respetado por todos los jugadores que tuvo a su cargo. Y como si todo eso fuese poco, generó muchas cosas positivas en Sarmiento y su gente. Hizo que en Junín el fútbol trascendiera más allá de las sacrificadas categorías del ascenso.
Anoche, con motivo del partido entre Newell´s-Godoy Cruz, por la Superliga, los jugadores rojinegros saltaron al campo luciendo un brazalete negro. Además, antes de iniciarse el juego, se hizo un minuto de silencio en homenaje a la memoria de “Canción”. Un cerrado aplauso, que brotó de los cuatro costados del Parque, cerró ese reconocimiento. Luego, en el minuto 74 (el año del primer título leproso), quedó paralizado el encuentro y en el mismo momento, por los medios audiovisuales del estadio, se pudieron ver las mejores imágenes de aquel torneo.

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