Mientras tienen la cabeza puesta en preparar su partido más importante del año por la definición de la Copa Libertadores, River y Flamengo no pueden dejar de mirar de reojo el conflicto social que vive Chile, el país que fue elegido por Conembol como sede de la primera final única de la historia del certamen continental.
A través de una cadena nacional, el presidente chileno Sebastián Piñera informó que decidió cancelar las convenciones del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que iba a realizarse el 16 y 17 de noviembre, y de la Conferencia de las Partes (COP25), programada para desarrollarse durante diciembre.
Ante este panorama, costaba creer cada vez más que Santiago de Chile sería el escenario de la final. Mientras tanto, desde Conmebol esperaban que el gobierno chileno tome una decisión y lo se informó que Cecilia Pérez, ministra de deportes chilena, convocó a una conferencia de prensa.
Tras la misma, la mandataria confirmó que la capital del país trasandino está en condiciones de llevar adelante el evento, en tanto los organizadores del torneo acepten hacerlo en dicha ciudad. Ahora, la decisión pasó a manos de Alejandro Domínguez y el resto de la dirigencia del ente sudamericano, que tras un mensaje en Twitter, ratificaron la decisión.
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