Iván Pillud, figura de Racing.
ENFOQUE

Héroes accidentales

Entre otros personajes, la segunda fecha de la Superliga entregó dos historias que por razones diferentes destacaron de una manera específica: Iván Pillud y Nicolás Femia.
Lo de Pillud atañe a un veterano cuya cresta de la ola se conjuga en pasado y lo de Femia a un joven que estuvo en el lugar ideal y en el momento indicado. 
Lejanas ya sus horas de alto nivel (incluidos un fugaz paso por la Selección nacional y por las ligas de Italia y España) y desplazado por Renzo Saravia en el reciente Racing campeón, al parecer Pillud también será suplente del recién llegado José Luis Rodríguez Bebanz, el uruguayo proveniente de Danubio. 
Es más: el propio futbolista nacido en Capitán Bermúdez se había expresado de forma pública acerca de la necesidad de la llegada de otro marcador de punta derecho, una curiosidad que por cierto se corresponde con su aureola de profesional probo, de compañero solidario y persona noble.
Hasta el propio entrenador de Racing, Eduardo "Chacho" Coudet, más de una vez había subrayado los valores positivos de Pillud más allá de lo estrictamente futbolístico.
En ese contexto su gol del sábado a Vélez tuvo toda la cara de acto de justicia, con un añadido que desde cierta forma tiene su costado jocoso: una parte de la hinchada de Racing dispensa a Pillud sarcasmos destinados a poner de relieve su presunta tosquedad.
Y resulta que mano a mano con el arquero de Vélez el jugador de técnica negada por la diosa naturaleza resolvió con una distinción propia de un lateral brasileño, un Carlos Alberto, un Cafú, un Dani Alves.
Cerró unas cuantas bocas, Pillud.
El caso de Femia, quien el jueves próximo recién cumplirá 23 años, guarda el valor de una marca histórica. 
Hacía casi 48 años que Central Córdoba de Santiago del Estero no ganaba en su cancha un partido de Primera, desde el 21 de octubre del Torneo Nacional de 1971 y por coincidencia también a expensas de Atlético Tucumán, aunque entonces fue con una goleada de 4-1.
Surgido en las divisiones menores de Huracán y tras un tiempo en Sacachispas, donde había encontrado un buen nivel y regularidad, la de Femia es una de las incorporaciones en las que mayor confianza había depositado el entrenador de Central Córdoba, Gustavo Coleoni.
Por de pronto, el enganche zurdo surgido del "Globo" ha pagado rápido y en efectivo contante y sonante, gracias a ese remate envenenado que -con la colaboración del sol- sorprendió al veterano Cristian Luchetti.
En la lejana goleada del Nacional '71 habían convertido Pablo Díaz, José Casares y Orlando Bucci en dos oportunidades.
Y en esa misma galería, desde el sábado, consta ahora Femia, junto con Díaz, Casares, Bucci, a quienes hay que sumar a Manuel Reiniero Rojas y Marcelo Aranda, desde luego.
Los dos últimos son los autores de los goles en la Bombonera, la gloriosa tarde de octubre de 1967, cuando un equipo “Chacarero”, que así los llamaban, santiagueño y ferroviario para más datos, puso de rodillas al Boca de Roma, Rattin y Marzolini y lo venció 2-1 de visitante.