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Plantel y cuerpo técnico de Mariano Moreno, campeón liguista 1981, equipo que integró el “Pálido” Kenan.
“EL PÁLIDO” OBTUVO CINCO CAMPEONATOS SUPERIORES

Murió Ángel Kenan, un grande del fútbol local

Brilló con la casaca de Mariano Moreno durante casi veinte años, y siempre se destacó por la belleza de su juego, su alto compromiso y el amoroso trato con la pelota. Todo un crack, de esos que surgen de tanto en tanto, dignificando la disciplina.

El fútbol juninense y en particular el vinculado estrechamente al Club Atlético Social Mariano Moreno, está de duelo tras la muerte de un singular crack de la entidad blanquinegra, triste episodio ocurrido ayer: Ángel Darío Kenan. Tenía 63 años.
Fue el último de los jugadores “distintos” de los tantos que aportó Moreno con sus divisiones inferiores. Un romance que duró casi dos décadas, con logros deportivos importantes, entre los cuales figuran campeonatos de todas las categorías, menores y mayores. Hasta un Regional de la A.F.A., previo a su participación en el torneo Nacional.
Se inició de la mano de Héctor “Chiche” Tablada, que lo hizo debutar en Primera en 1973. Al año siguiente, obtuvo su primera  vuelta olímpica, con el torneo Nocturno, felicidad que repetiría en 1981 y 1986. 
Pero su éxito más clamoroso lo consiguió hacia finales del ´81, cuando Moreno logró ingresar al Nacional de la AFA, cuando derrotó a Olimpo de Bahía Blanca en la cancha de Sarmiento, el 20 de diciembre. 
En ese Regional compartió plantel con ´Manolo´ Sanz, Carlos Ceratto, Daniel Carpanetto, Sergio Lippi, Rubén Gallego, Walter Gatti, Jorge Castro, Ricardo Lumini, Daniel Di Gilio y Walter Raspo, entre otros, con la dirección técnica de Raúl Azconzábal y la preparación física de Héctor Alcolea. 
Previamente a esa hazaña, también en 1981, el elenco del barrio El Molino había obtenido el oficial de la Liga Deportiva del Oeste, con otros dos legendarios compañeros de la casa, como DT: Abel Pardini y José Luis Herrera. 
En ese plantel, Kenan estuvo acompañado por Héctor Italia, Carlos Ceratto, Carlos Rosales, Bernardo Martiarena, Jorge Castro, Hugo López, Rubén Gallego, Rodolfo Pesaresi, Daniel Carpanetto, Miguel Ángel Morán, Miguel Romero, Adalberto Bonópera y Horacio González, entre otros.
El título conseguido en 1987 tuvo para “El Pálido”, como lo habían apodado sus amigos y allegados, un sabor muy especial. 
El hecho de cortar cuatro temporadas seguidas (desde 1982 a 1986), en las cuales los equipos de Lincoln (Rivadavia y El Linqueño) se habían adueñado de los certámenes de la Liga juninense. 


Ese grupo, dirigido por Héctor Silva, se completaba con Gastón Caresani, Rubén y Daniel Gallego, Claudio Alberti, José L. Sosa, Mario Pettinarolli, Edgardo y Daniel Carpanetto, Fernando Bonatti, Carlos Mecherques y Hugo Mendoza.
´Angelito´ fue protagonista de otro hecho histórico. Además de jugar varias veces el clásico más emblemático del fútbol juninense, como Moreno-Sarmiento, también lo hizo en el profesionalismo, cuando esas dos divisas, tan caras al sentimiento local, se enfrentaron en 1982 por el Torneo Nacional de la AFA
En el primer partido, Moreno formó con Carlos Pérez; Ferrari, Córdoba, Lippi y Kenan; Rosetti, Di Gilio y Hugo Mendoza (Vega); Del Pópolo, Martignoni y Oscar Más (Raspo). 
En el segundo, lo hizo con Pérez; Ferrari, Córdoba, Sanz y Kenan; Di Gilio (Suseret), Rosetti y Lippi (Martignoni); Del Pópolo, Oliver y Oscar Más. En ambos encuentros triunfó Sarmiento por el mismo marcador, 4 a 1. 
Seguramente, muchos hinchas de Moreno y de otros clubes no han visto jugar a ´Angelito´, a raíz de pertenecer a generaciones distintas o por la propia sinrazón del almanaque. 
Pero aquellos que tuvimos el privilegio de presenciar su categoría en una cancha, sabemos que dignificó el buen fútbol en muchos sentidos. 
¿Sus características?: Fue uno de los mejores números 3 de las últimas décadas.  ¿Por qué? Porque reunía condiciones integrales para la función: buen marcador, vivo para apretar sobre la raya al habilidoso derecho y quitarle el balón con su diestra cuando el adversario intentaba internarse en diagonal. 
Cuando su equipo tenía la pelota, era la salida clara, pulcra, incisiva por su gran manejo y vocación para dominar su lateral de ida y vuelta. Los esquemas tácticos de Moreno, al margen del DT del momento, tenían grabado a fuego una variante básica: la trepada de Kenan. 
Ocasionalmente y muy de vez en cuando, jugó de volante ofensivo por izquierda y sobre el final de su carrera llegó a ser ´cuevero´. Pero lo suyo era el lateral, para cerrarlo o transformarse en fuente creativa.
En muchas ocasiones, con amigos comunes ligados al fútbol, nos hemos puesto a cavilar sobre la larga nómina de jugadores locales con proyección, que no llegaron a Sarmiento, quizá por diferentes razones, como sí lo fueron otros exponentes de enorme brillo que sobresalían en otras instituciones juninenses
Uno de los casos, es el de Angel Kenan, como lo fueron los de Félix Tobalina o de ´Peteca´ Molina, por nombrar sólo a tres. 
Simplemente una estadística, un detalle en medio de tanta tristeza. Qué pena enorme no haberlo disfrutado con la casaca verde adherida a su pecho. Con seguridad,  hubiese trascendido lo meramente vernáculo para transformarse en un producto nacional.
Desde hoy, “El Pálido”, el distinto, el ´Angelito´ de la pelota y de los amigos, empezó a ser recuerdo. Por eso será otra leyenda genuina dentro de lo más lindo de la historia de Mariano Moreno. 
Porque sintetizado en él, el potrero seguirá vivo, aunque cada vez queden menos espacios para que los pibes tengan su mundo para compartir con la pelota, en abierta lucha con la web, las tablets y otras lindezas modernas de la era digital.

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