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Walter Montillo.
ENFOQUE

Montillo: viejos son los trapos

Otoñal, bastante más cerca del retiro que del apogeo, así y todo Walter Montillo es hoy uno de los jugadores más destacados de la Superliga y genuino estandarte de la remontada de Tigre desde que es guiado por Néstor Gorosito.
Es difícil establecer dónde empieza un fenómeno y termina el otro, o quién tiene una influencia más decisiva, pero lo cierto es que con "Pipo" Gorosito fuera de la cancha y Montillo adentro hay en Tigre una impronta robusta en el juego y en los resultados propiamente dichos.
Es cierto, cómo, que ni el director técnico hace los goles ni los evita; ni tampoco Tigre es Montillo contra los once adversarios.
Hay dos centrales rocosos y con contagio del bueno, como Gerardo Alcoba y Néstor Moiraghi; otros mediocampistas sazonados con experiencia, entendimiento y fervor, como Sebastián Prediger y Jorge Ortiz, y otro de muy buenas condiciones, como Lucas Menossi, más un delantero, Federico González, con unas cuantas materias aprobadas en el arte de convertir.
Pero la línea articuladora de Tigre, su concepción del juego, su estructura ósea y el fluido sanguíneo por donde pasan sus vigores y sus destrezas, dependen de Montillo y en grado sumo.
Depende de un futbolista, que sea dicho de una vez, al que buena parte de la comunidad futbolera había dado por terminado o le había perdido el rastro, lo mismo da.
No está de más, pues, desandar el camino de quien allá lejos y hace debutó en la Primera de San Lorenzo con flamantes 18 años y el periodista Walter Nelson bautizó con un apodo que persiste: “La Ardilla”.
El roedor Montillo es el mismo que devino trotamundos y pasó por las ligas de México, de Chile, de China y de Brasil por tres, con las camisetas de Cruzeiro, de Santos, de Botafogo.
En Chile fue ese “Buque Insignia” al que un director técnico apegado al trazo grueso y al trazo fino del pizarrón, el uruguayo Sergio Markarian, dio las llaves de la Universidad de Chile que ganó un título en 2009.
Y es el mismo Montillo por el que Cruzeiro desembolsó casi cuatro millones de dólares, en 2010 fue considerado el mejor jugador del Brasileirao y al cabo devino máximo anotador extranjero en la historia del club.
Campeón en cuatro ligas (Argentina, Chile, Brasil y China), convocado por Alejandro Sabella para la Selección Nacional en las Eliminatorias del Mundial 2014, hay en Montillo, y todavía en su naturaleza nutricia, la cepa de los profundos conocedores de la quintaesencia de un partido de fútbol
A menos de un mes de sus 35 abriles, Montillo hace gala de la lozanía que más cuenta: panorama, pase, gambeta, interlocución fecunda y la a veces vapuleada regla de oro de que la pelota debe de correr más que el jugador.

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