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Lionel Scaloni.
ENFOQUE

Todo el año es carnaval

La posibilidad de que de todos modos las cosas salgan bien no es condición suficiente para maquillar que el manejo de las selecciones juveniles se inscribe en la AFA como todo lo demás: entre brumas, monedas al aire, tómbolas, azares y buenos o malos contactos.
Es decir, la AFA de estos días tiene toda la cara de un grondonismo sin Grondona que encima tomó las cosas donde peor las dejó el célebre Don Julio.
De hecho, ya que estas líneas van de la Selección Nacional Sub 20, nunca será ocioso recordar que la pendiente comenzó cuando sin que se supiera por qué Grondona tomó distancia de Pekerman.
De Pekerman, tan luego.
Hubo un tiempo que fue hermoso: hubo un equis momento, un año, dos, un lustro, en el que lo único que funcionaba de maravillas en la Argentina era la batuta de Pekerman.
Pero un buen día Grondona despidió al director, con el director se terminaron las sinfonías y salvo alguna que otra excepción desde entonces todo se resumió en una indigesta ensalada de improvisación, decisiones malas, decisiones peores y franco tobogán futbolístico.
De ahí mismo se deriva el flamante ciclo de Fernando Batista, ligado a la extensión del vínculo con Lionel Scaloni y asimismo al triste paso de Claudio Ubeda, de quien fue ayudante de campo cuando entre gallos y medianoche saltó por encima de decenas de carpetas de un presunto concurso limpio. 
Cierto es, nobleza obliga, que Batista, el Bocha que le dicen, dispone en su foja de algunas páginas más sustanciosas que las de su colaboración con Ubeda.
En San Lorenzo y Argentinos Juniors ha cosechado valoración y prestigio, del mismo modo que en su reciente paso por el fútbol de Armenia sumó horas de vuelo y experiencia.
Nada personal con Batista, pues quién sabe a su mando el Sub 20 no hace un gran Sudamericano en Chile y como mínimo cosecha un cupo para los Panamericanos de Lima y otro para el Mundial de Polonia.
En el plantel que el 20 de enero debutará con Paraguay en Curicó, para después vérselas el 22 con Ecuador, el 24 con Uruguay y el 26 con Perú, hay unos cuantos jugadores de los que se espera mucho: de los del medio local, Agustín Almendra, Julián Alvarez, Leonardo Balerdi, Thiago Almada, Santiago Sosa y Pedro de la Vega; y de los que pertenecen a clubes del exterior, Ezequiel Barco, Maximiliano Romero, Facundo Colidio.
Claro que hasta no hace tanto no se sabía a ciencia cierta quién sería el director técnico en el Sudamericano, que una vez designado Batista pasó en un santiamén de la lista de buena fe a la lista definitiva ("no hay tiempo para hacer pruebas", afirmó) y que una vez más, hablando en plata, al pan pan, una selección argentina saldrá al ruedo en clave de "lo atamos con alambre".

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