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Saludo entre los jugadores de Argentina y Colombia, tras el empate sin goles.
ENFOQUE

El crédito queda abierto

Está claro que cualquier consideración resultará prematura, que no es tiempo de balances definitivos ni de calificaciones absolutas. Acabamos de presenciar, a través de los dos amistosos disputados por la Selección en Estados Unidos, el comienzo de un proceso que todavía ni siquiera tiene un conductor elegido ni una base medianamente consolidada en lo que al plantel se refiere. Guatemala y Colombia significaron, eso sí, la posibilidad de evaluar a varios de los futbolistas que venían pidiendo una oportunidad a los gritos después del estrepitoso fracaso mundialista.
La esperada renovación tuvo su correlato en estos dos compromisos y ese quizá sea el resultado más auspicioso junto al hecho que –al juzgar individualidades--, fueron más los aprobados que los desaprobados. Buena orientación la que tuvo Lionel Scaloni en la elección de los protagonistas de esta transición con sabor a reconstrucción que le tocó encabezar y que se extendería, a juzgar por lo que trascendió desde la AFA, hasta el último mes del año.

Guatemala y Colombia significaron la posibilidad de evaluar a varios de los futbolistas que venían pidiendo una oportunidad a los gritos después del estrepitoso fracaso mundialista.

Hay un cambio en marcha, caras nuevas, otra actitud. Respondieron, en general, bien los defensores, se destacó como una de las figuras más sólidas Franco Armani al resolver con notable soltura situaciones dificultosas ante Colombia y quedaron algunos pincelazos para entusiasmarse con Giovani Lo Celso y Exequiel Palacios. Hubo otras individualidades rescatables, como “Pity” Martínez, Nicolás Tagliafico y Leandro Paredes, que seguramente seguirán formando parte de este proceso que se inició con dos paradas visiblemente desiguales: primero ante un rival de tercer orden y cuatro días después con el equipo “cafetero”, que aunque está en formación cuenta con futbolistas de mucho mayor roce internacional.
Dos de los más “renombrados” del grupo seleccionado por Scaloni quedaron con cuentas pendientes: Mauro Icardi y Dybala. El primero casi no gravitó con los colombianos y el ex jugador de Instituto estuvo muy lejos del que suele aparecer en pantalla de la TV durante sus actuaciones europeas.
Además, en el caso de Paulo, fue el eje de un lamentable “chisporroteo” auspiciado por su hermano Gustavo Dybala que denunció a través de las redes sociales: “Como no pueden ganar plata con vos, entonces no vas a jugar”, acusando a medio mundo por la ausencia del cotizado delantero de la Juve en la formación titular. Hasta tuvo que salir Scaloni a hablar para frenar una polémica que había cambiado el clima interno de la Selección.
Volviendo al fútbol, el proceso de cambio ya cumplió con los primeros pasos. Ahora el almanaque de la Selección tiene marcados el 11 de octubre como posible fecha para un amistoso con Egipto, y otro día para tener muy en cuenta: el martes 16 de ese mismo mes cuando llegará el clásico con Brasil en Emiratos Arabes.
La convocatoria para ambos compromisos se conocerán para los que juegan en el exterior entre el 21 y el 23 de este mes para juntarse dos semanas más adelante y cumplir un breve trabajo de preparación junto a quienes sean llamados del fútbol local.
El cambio está en marcha. El camino es muy largo, queda todavía casi todo por hacer. De algo estamos convencidos: hay mucho en juego y por eso la trascendencia de este proceso.

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