Nací en Lincoln en el ´72. Viví en el campo, y viajaba todos los días en colectivo a la ciudad para ir a la escuela 1, que está en la entrada.
La infancia la compartí entre el campo y Lincoln porque tenía una abuela cerca y después del colegio me quedaba allá. Con mis hermanas los fines de semana nos volvíamos al campo. Estábamos sobre la ruta 50 y en ese tiempo pasaba el colectivo de Laiolo que iba de Arribeños a Lincoln y nos dejaba justo en la entrada del campo.
Se jugaba al fútbol. Hasta en los cumpleaños que se hacían en la época, en el parque, se jugaba hasta que anochecía. No existían las escuelas de fútbol. Empecé a jugar con un primo de mi viega, Grillo Pivato –que después fue técnico. Organizó un torneo de Baby fútbol en el club Rivadavia, pero con equipos que se armaban en los barrios. Integré un equipo con chicos que íbamos a jugar a la canchita del Materno en el año ´81. Luego Grillo Pivato con Gastón Amiano empezaron la escuelita de fútbol en Rivadavia que fue lo primero que se armó para chicos.
Había torneos provinciales porque íbamos a jugar a Bragado, Alberti, hasta tres partidos por día. Una locura. Hasta en la escuela jugábamos que había una canchita atrás donde era hasta ocho y ocho. Y cuando la escuela estaba cerrada pasábamos por las rejas y entrábamos igual. Había torneos intercolegiales.
Hice todas las inferiores en Rivadavia hasta que a los 16 años me promovieron a primera. Estaba José Móbile, de General Pinto, con técnico.
Hubo un par de años, desde el ´87 en adelante, la situación económica no era de las mejores y Rivadavia tuvo que recurrir a todos los chicos del club. Ahí salió la camada con Fabio Schiavi, Sergio Allemand, Fernández que había venido de Bayauca. Luego se sumó Julio Roríguez. No fue fácil porque la primera de los clubes de Junín era muy buena, con gente experimentada. Por ejemplo en Rivadavia de Junín estaban Fabián Lamónica, Tobalina, Benítez, Banegas.
En un año peleamos el descenso con Mariano Moreno y zafamos. En 1992 llevaron a Lincoln a Marcelo Catamarca, Walter Tamer, atajaba Darío Mundo y salimos campeones. Este torneo nos llevó a jugar el regional y por la Liga de Lincoln había clasificado El Linqueño. Hacía ocho años que no jugaban entre sí los clubes de allá y nos enfrentamos en la misma zona. Fueron dos clásicos a cancha llena. Rivadavia había llevado a Rodrigo Burela, que venía de River de Buenos Aires, fue Hugo Neculpán, Claudio Cernadas. Se armó un gran equipo. Pasamos la primera fase y en la segunda quedamos afuera con Argentino de San Nicolás que fueron los que terminaron jugando contra Sarmiento y ascendió finalmente Sarmiento en el ´93 al Nacional “B”.
De ahí quedamos todos los del club. Teníamos en promedio veinte años. Llevaron a Héctor Silva como técnico y salimos campeones tres años seguidos de la Liga Deportiva del Oeste: ´92 ´93 y ´94. Se arregló con lo que estaba en el club y promovió a los de abajo. Estaban Darío Mundo como arquero, que se lesionó y terminó atajando Mariano Núñez de ahí, Sergio Allemand, Julio Rodríguez, Chato Segurola, Sandro Manino, Daniel Zalazar.
Y eso que la Liga de Junín era muy fuerte, con equipos tremendos. Y a nosotros venir de Lincoln a jugar cada quince días no nos era fácil.
Los tiempos cambiaron, hoy no salen tantos jugadores porque un poco se perdió el incentivo. Antes estabas esperando con ansias jugar en primera y hoy como que es un paso más llegar a primera.
Antes en la primera estaban tipos formados entre 24 y 27 años que había que sacarle el puesto. Un año vinimos a jugar contra Independiente donde jugaban Falabella, Walton, Rabadán, Garbe y eran los mismos todo el año. Hoy cambian a los jugadores a cada rato. Nosotros teníamos 18 o 19 años contra 25 o 27 de ellos. No era mucha diferencia, pero eran tipos hechos.
Llegué a jugar contra Miguel Ángel Álvarez, que fue cuando debuté contra Defensa y ellos salieron campeones. Estaba también Raúl Montenegro, la Chueca Villarreal. Ese choque generacional hoy no se produce más. Antes tenías 16 años y te decían a mitad de semana que el domingo te tocaba jugar en primera. Era todo un acontecimiento que hoy no se produce. Estas cosas se perdieron.
Lo que más me dejó el fútbol fue una legión de amigos que hoy en día nos seguimos juntando para despuntar el vicio.
Solamente vine un año a jugar a Mariano Moreno, el regional, y quedamos afuera con El Linqueño. Habíamos pasado dos fases de grupo. Fue en 1995. En realidad no había problemas en Lincoln porque siempre un mango te daban. Por eso no se iban mucho a la zona.
¿Maradona o Messi? Generacionalmente Maradona. Messi es un fuera de serie. Pero no se pueden comparar.
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