Luis Alberto González es el "Tití". Reconocido hincha de Sarmiento, quizás, de los más queridos. Su historia de vida emociona porque hoy, a los 47 años, le toca pelear contra una cruel enfermedad pero lo hace con una entereza admirable.
El fútbol, su pasión por Sarmiento, la familia y los amigos son claves en esta etapa. La combinación de esos elementos lo hacen fuerte para todos los días dar la batalla. Y eso solo lo siente un guerrero de sangre verde.
"Estoy pasando por un momento de salud complicado, sinceramente muy difícil. Es una lucha diaria que la afronto con las fuerzas que me brinda mi familia y mis amigos. Ahí está mi fortaleza".
- ¿Cómo nace el amor por Sarmiento?
- En la década del ochenta empecé a ir a la cancha con mi familia. A partir de esos momentos no dejé de ir nunca más hasta el día de hoy. He ido a todos lados con Sarmiento. También he tenido el honor y el placer de haber jugado en las divisiones inferiores del club y también he podido jugar en la primera amateur. Tuve como compañeros a los muchachos que después lograron el ascenso en el 91, de la C a B. Yo era pibito y nos citaban para hacer fútbol en algunas ocasiones con lo que era el plantel profesional. Hermoso recuerdo. La verdad que la mayoría de los amigos que hoy tengo son del fútbol.
- El deporte regala amigos.
- Sí, es hermoso. En la situación que hoy me toca vivir me doy cuenta de eso. Me han tocado internaciones en Buenos Aires, para seguir con el tratamiento, muy duras, pero he tenido la suerte de salir y ver a un montón de amigos que me fueron a visitar. El dolor se transforma automáticamente porque enseguida alguno tira un chiste y ya se genera un clima lindo.
- Hay muchos hinchas del Verde que están preocupados por vos, por tu salud. Te deben llegar miles de mensajes.
- La verdad que sí, emociona. A veces me supera. Yo entiendo que estuve toda la vida relacionado al club, desde los nueve años que iba a la cancha hasta hoy que tengo 47. Casi toda la vida siguiendo al Verde.
- Me gustaría que me cuentes la historia de "Che Diego", algo que también te identifica.
- Tiene que ver un poco con todo lo que estamos hablando, esto de la pasión del hincha. La marca surgió como una alternativa a lo oficial. Nosotros nos preguntábamos cómo podía ser que el hincha no tenga una alternativa al sponsor oficial. Y ahí empezaron a surgir nuestros diseños, siempre pensando en los hinchas. Nosotros siempre decimos que no hacemos remeras, expresamos sentimientos para llevar puestos. Personalizamos ese sentimiento en frases y diseños. Y por suerte nos ha ido bien. Inclusive hubo clubes que nos han contratado para hacer la indumentaria oficial. Ya llevamos quince años laburando y ahora estamos pensando una nueva línea de remeras para lanzar.
- ¿Algún adelanto?
- El hincha de Sarmiento también tiene un sentimiento especial por su barrio. Todos queremos a nuestro barrio. Somos todos hinchas de Sarmiento pero por el barrio sentimos algo especial también. Con esa historia tiene que ver lo nuevo de "Che Diego". A cada uno le gusta sentirse identificado.
- También hay una relación con la música en algunos productos.
- Por supuesto, es el otro sentimiento que nos une. El rock, el reggae, el metal, el folclore, cada cual con lo que le gusta. Nosotros te hacemos una remera con tu banda preferida y a eso le agregamos algo más. Una vez hicimos una que decía un solo amor (One lave), mezclando el tema de Marley con un escudo de Sarmiento. Por ejemplo.
- Es imposible hablar con vos y no preguntarte por el momento que estás viviendo.
- Bueno, estoy pasando por un momento de salud complicado, sinceramente muy difícil. Es una lucha diaria que la afronto con las fuerzas que me brinda mi familia y mis amigos. Ahí está mi fortaleza. Y como siempre digo, mientras mi cuerpo se banque el tratamiento y el espíritu esté entero le vamos a dar batalla; siempre con la esperanza de que si Dios quiere la vamos a sacar adelante. Estoy en la segunda etapa de un tratamiento que tiene cinco partes. Terminé la segunda y voy por una tercera. Son cinco días de internación y quince de descanso. Y ahora del 2 al 7 de agosto terminaría con esta primera. Después seguiría con el tratamiento ambulatorio. Y bueno, después se verá, si hay que seguir dando batalla se la daremos. Esto es algo de todos los días. Sé que hay que estar bien, que no hay que dormirse, que hay que hacer caso y estar tranquilo porque estoy en uno de los mejores hospitales del país y de Sudamérica como lo es el Roffo.
- Sorprendieron también las movidas solidarias para darte una mano.
- Esas son las cosas que te decía anteriormente que a uno lo emocionan. La verdad que el tratamiento es caro, pero bueno, en un momento determinado los amigos de toda la vida empezaron a organizar distintas actividades para darme una mano, la verdad que yo nunca pedí nada y de golpe había un montón de gente ayudándome.
- ¿Cuál fue tu reacción cuando te enteraste de todas estas movidas?
- Sorpresa y emoción. Increíble. Aprovecho para agradecer a todos, a la gente del hospital, de la municipalidad, del sindicato municipal, a mi familia y a los amigos. No me quiero olvidar de nadie, le agradezco a Mario Panero, del sindicato municipal; y a los muchachos que en su momento me consiguieron los pasajes para hacer algunos estudios, a los chicos de mi barrio que con la familia de Sarmiento armaron una pollada para juntar plata, a los chicos del fútbol senior de Sarmiento, a Matías Caro que organizó un torneo también para darme una mano. A las peñas de Gustavo Vigorelli y de "Tití" Mastrángelo, grandes amigos. También a la peña de Buenos Aires. La verdad me siento muy emocionado y si me olvido de alguien les pido disculpas. Gracias a Dios son muchos.
- ¿Cómo se construye la fuerza?
- Familia, amigos y hay una parte que tiene que poner uno que es importantísima. Es difícil de explicar. Hay que rodearse de la gente que a uno lo quiere y seguir metiéndole garra. El amor de la gente es importante y la fe también. Sé que hay gente que abandona la lucha, que se entrega, pero en mi caso la vengo peleando así. He pasado momentos muy difíciles aparte de la enfermedad, porque en el medio de todo esto tuve la desgracia de perder a mi hermano. Eso fue muy duro. Te diría que la enfermedad no es tanto dolor comparado con la pérdida de mi hermano. Pero bueno, acá estamos. Ahora es cuando uno puede demostrar que es un guerrero.
- En esta lucha seguramente anda dando vueltas por tu cabeza el fantasma de la muerte.
- Sí, claro. Yo digo que tengo muchos sueños pendientes, me aferro a eso. Y sería una lástima no poder cumplirlos. Pero bueno, en el caso de que llegue ese momento yo creo que la historia no se termina. Creo que la vida es una preparación para algo que viene. Duele el desprendimiento, seguramente. Pero bueno, hoy pienso en dar la pelea.
"Hay que rodearse de la gente que a uno lo quiere y seguir metiéndole garra. El amor de la gente es importante y la fe también. Sé que hay muchos que abandonan la lucha, que se entregan, pero en mi caso la vengo peleando así".
- Gracias, mucha fuerza. Lo que quieras agregar.
- Gracias a todos. No tengo palabras para devolver tantas demostraciones de cariño. A todos, a los chicos que me han ido a visitar al hospital, a los que me han llevado camisetas, a todos. A los amigos de San Luis, de Villa Lugano, a todos, de corazón. Me siento un suertudo bárbaro, he sembrado amigos por todos lados y son los que hoy me sostienen en esta lucha. Un abrazo de corazón y un agradecimiento a todos.
Así la charla se fue yendo. Las lágrimas se asoman sobre el final pero se aguantan, se quedan ahí. El destino o sabe quién lo quiso así. Le tocó a él. Pero ya no hay lamentos, eso es pasado. Ahora su meta está más que clara: luchar para vivir. Y para esa pelea "Tití" cuenta con el apoyo de todos.
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