FÚTBOL

Raúl Alberto “El Corto” Petraglia

Varias veces campeón con las inferiores de Mariano Moreno. Fue dirigente Aurinegro en distintos períodos y luego técnico de fútbol.

Nací en Mendoza el 24 de diciembre de 1943 a las 8.25, mismo horario que falleció Eva Perón. El 25 fue feriado y el 26, primer día hábil posterior, mi tío en Junín me había hecho socio del club Mariano Moreno.
De ahí nos volvimos a Villa Mercedes, San Luis, porque estábamos radicados ahí, dado que mi viejo era Ferroviario. Mi vieja fue a tener familia a Mendoza. Hice primero inferior en Villa Mercedes, se enfermó mi viejo en 1950 y nos vinimos a Junín. Fallece papá en el ´51 y nos quedamos acá. Hice primero superior, pero mi vieja se quiso ir con los hermanos a Mendoza y allá salimos con todos los bártulos. Hice segundo y tercero en Mendoza. A todo esto mi hermano con 15 años tenía posibilidades de entrar al Ferrocarril y era en Junín. Y a mi hermano Juan Carlos lo sacabas de Junín y lo destruías. Tal es así que se lo querían llevar a jugar al fútbol a Independiente de Avellaneda y no quiso ir. Lo vino a buscar tres veces un tal Cubelo que era protesorero del Rojo. Hice cuarto, quinto y sexto en la escuela 3 de Junín. Hice luego 3 años en el Industrial.
En ese tiempo teníamos el fútbol y nada más, no había otra cosa. Cuando cayó Perón en el ´55 se hizo el primer torneo de fútbol de once jugadores en la cancha de Hockey del club BAP. Cada club puso un equipo. El nuestro se llamaba Dale Moreno, el de Independiente “Los Diablos Rojos” el de Ambos Mundos “Los Itálicos”, el de River “La Loba”, el del BAP “Casualidad” . Ahí con once años jugué con la camiseta de Mariano Moreno. Salimos campeones ganándole por un punto a Casualidad. Era el equipo de BAP que jugaban entre otros el Colorado Bisio que luego se fue a Chacarita, el Negro Spadaro.
En 1956 se crea en Junín la sexta “B” (había sexta, quinta, cuarta B y cuarta A de preliminar de la primera). Ahí arranqué oficialmente con Mariano Moreno. Salimos campeones en todas las divisiones inferiores. El último campeonato jugamos una final contra Sarmiento en 1964 y le ganamos 7 a 2. Ya estaba el túnel en la cancha de Sarmiento. Ya no estaba la inscripción de Eva Perón en el estadio porque la habían volteado en 1955 cuando cayó Perón. El canchero en ese momento era Israelí Ferrari y a él le ordenaron que vaya a destruir las letras porque estaba la revolución del ´55 en pleno apogeo.
En primera jugué tres partidos en 1965 porque anduve por la zona. Yo trabajaba en Girardi y ganaba 1200 pesos y en el campo, la Liga Independiente por Rafael Obligado, eran 300 pesos por partido o sea que tenía otro sueldo… y había que ayudar en casa.
Nunca fui de entrar en la contra fervorosa con Sarmiento, siempre prioricé la amistad. Un día había ido a acompañar un amigo que fue a entrenar a Sarmiento y como faltaba uno para el picado, me invitaron a jugar. Para qué… mi tío Oscar –venenoso de Moreno- me llamó que quería hablar conmigo. Cuando fui se lo llevaba el viento del odio que tenía. “Que cómo me iba a ir a Sarmiento”. No había manera de hacerle entender que era un picado informal y que faltaba uno y me invitaron. “Ah, bueno, bueno, porque si te vas a Sarmiento, ésta casa no la pisas nunca más”.  Antes era terrible lo de Moreno y Sarmiento.
Antes se hacía muchos goles. Soy un convencido que el fútbol cuando más táctico es, más desagradable es para los que lo miran. Limita al jugador. Hoy Messi es el mejor del Mundo pero tiene su quintita para jugar. No hay más Maradona que armaba el equipo y hacía goles.
Fui directivo de Mariano Moreno en 1972-74. En el ´82 cuando Moreno jugó en el Nacional, también formé parte de la comisión. Y en 1991 estuve con Sebastián Demaría, Rubén Di Cicco.
La cancha de Moreno estaba entre Winter y Guido Spano, después se trasladó enfrente del Molino Tassara allá por el ´27 y en el ´40 compraron el terreno actual para trasladarla en 1942. Antes se podía.
Estudié de técnico y me recibí con el carnet 31303. Fue en 1994-95. Estudiaron conmigo Alberto De Tomaso y Javier Fontanés. Fueron a dirigir BAP y me llevaron. Nunca sabía que iba a terminar dirigiendo porque estudié para saber algo más. El curso de técnico me enseñó muchísimo. Entre ello, dos cosas fundamentales que es a ver el partido, los dos equipos, y la parte psicológica. Porque uno está en un grupo de 30 que opinan de distinta manera y hay que amalgamarlo.
Dirigí en BAP con este trío que teníamos cuarta, quinta y primera. Pasamos a Newbery, nos fuimos con De Tomaso, pero Javier Fontanés me llamó para seguir con él. Salimos campeones en 1998, perdimos un torneo por diferencia de goles. Dirigiendo la cuarta también fuimos campeones.
Tuve un corto paso por Mariano Moreno con Alberto De Tomaso, pero no fue muy fructífero y me abrí. Sigo sosteniendo que el fútbol es el mejor deporte del mundo. Hoy no salen tantos jugadores porque las escuelitas de fútbol nunca suplantaron al campito. De arranque entrenar martes y jueves de 7 a 8. Antes salíamos de la escuela directo al campito y te venían a buscar con una varilla  porque era de noche y seguías jugando.
Siempre dije que los mejores técnicos deben estar en las inferiores, para que enseñen fundamentos. Hoy se ven jugadores de primera que paran la pelota y se le escapa tres metros. Eso es falta de campito. Al arquero le exigen jugar con los pies, pero debe pegarle con los dos pies. Hay 9 que son zurdos o derechos. Entonces le exigen al arquero que le peguen con las dos piernas y los jugadores usan una sola. Es una locura. Es porque abajo no se lo enseñaron.
En 1968 vino el presidente de la AFA, Raúl H. Colombo, a dar una charla al Círculo Médico. Lo trajo el Dr. Pajoni. No aceptaba diálogos. Pero en un momento dado no niega el pizarrón pero no lo da fundamental sino como una ayuda. Un muchacho al lado mío lo quiso interpelar y el Dr. Pajoni no lo dejó. Pero Colombo lo habilitó a hablar y dijo “Le vi ganar a Estudiantes  con dos goles de dibujados en el pizarrón y llevados a la cancha contra San Lorenzo”. Colombo le dijo: “Tiene razón, pero si usted no tiene el jugador inteligente y hábil para hacer esa jugada, el pizarrón no le sirve de nada”.
¿Maradona o Messi? Los dos. Vi a Pelé, a Distéfano, otros grandes. Maradona de la mitad de la cancha hacia arriba un genio, por lo simple que hacía las cosas. Messi arranca de más adelante y es un monstruo. Distéfano arrancaba en el área del Real Madrid y hacía el gol de punta a punta. Soy un convencido que no se pueden comparar. Son distintas las épocas.

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