El Patón y Fazio a minutos de subir al avión que trasladó la selección argentina a Rusia.
RUSIA 2018

Argentina deja atrás la convulsiva etapa de preparación en Barcelona

Fueron diez días marcados por polémicas, cambios de rutina y calendario, a raíz de la suspensión del amistoso frente a Israel; y un golpe emocional y deportivo -la lesión de Manuel Lanzini- del que el técnico Jorge Sampaoli busca recuperarse en Rusia, a siete días para el debut frente a Islandia. 
Barcelona, la ciudad que idolatra al capitán de la selección argentina, Lionel Messi, y su hogar desde hace más de dos décadas, parecía el lugar ideal, una especie de paraíso para preparar el Mundial de Rusia. Sin embargo, todo se torció en cuestión de días, y las tierras catalanas se convirtieron en un inesperado ámbito de fuertes turbulencias. 
El aterrizaje de la selección nacional en la ciudad de Gaudí fue tranquilo, salvo el imprevisto que supuso el retraso del vuelo que partió de Buenos Aires, que llevó al DT de Casilda a suspender el primer entrenamiento del 31 de mayo por la tarde.
No obstante, la decisión de Sampaoli de implementar una convivencia "flexible", que comprometía a los jugadores a desayunar y almorzar en el hotel, pero que dejaba libertad a la hora de utilizar el tiempo libre, ya empezaba a hacer ruido de fondo. 
Al día siguiente, el equipo se puso a trabajar, con una planificación de doble turno, que apenas dejó margen para el debate deportivo en torno a las incógnitas sobre el once titular que tenía en mente Sampaoli para el polémico amistoso frente a Israel en Jerusalén, que en ese entonces, nada indicaba que se fuese a cancelar, como finalmente sucedió. 
Messi, el anfitrión, se encargó de que a sus compañeros de selección no les faltara nada. Tanto él como sus colaboradores del FC Barcelona hicieron lo necesario para que el equipo y el DT se sintieran cómodos en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. 
Como estaba previsto, la selección realizó un único entrenamiento matutino el sábado, y lo mismo ocurrió el domingo. Pero, aquel día, estalló la primera polémica cuando el técnico decidió liberar a los jugadores hasta el martes por la mañana, suspendiendo el doble entrenamiento que figuraba en la agenda de la AFA para el lunes. 
Algunos sectores de la prensa deportiva criticaron que se perdieran días de entrenamiento cuando siempre se destacó que el técnico corría contra el reloj para preparar la Copa del Mundo.
Pero el motivo del cambio tenía que ver con las búsqueda de un mejor rendimiento, tanto mental como físico, según explicaron desde el equipo de Sampaoli. 
El técnico había recibido la visita del mítico preparador físico del FC Barcelona, Francisco Seirulo Vargas, de la época de Johan Cruyff, y fue él quien le recomendó que dosificara y suspendiera los entrenamientos a doble turno en la etapa final de preparación. 
Mientras se discutían temas relacionados con le rendimiento de la selección, la noche del domingo cayó la primera bomba mediática, cuando el presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Yibril Rajoub, advirtió al capitán de la selección, Lionel Messi, de que los hinchas del mundo árabe y musulmán quemarían su camiseta y imágenes si acudía a Jerusalén a jugar contra Israel. 
A pesar de que se trataba de un tema de gran trascendencia, el foco quedó puesto sobre el defensor Cristian Ansaldi, que publicó una foto polémica junto a su esposa en un jacuzzi durante su día libre. 
Por eso, nadie se imaginaba que se avecinaba una tormenta como la que llegó el martes, después de que un pequeño grupo de activistas de una ONG catalana hizo llegar a los oídos de Messi y sus compañeros, en pleno entrenamiento, el reclamo de que no jugaran contra Israel porque "mancharían con sangre la camiseta". 
El cuerpo técnico de Sampaoli nunca quiso jugar ese partido, prefería evitar traslados largos y jugar un amistoso en Barcelona, mientras muchos jugadores hasta ese momento no habían reparado en las implicancias políticas de acudir a Jerusalén Este -un territorio reclamado como capital por los palentinos-, en el marco del 70 aniversario de la creación del Estado de Israel. 
Los acontecimientos se precipitaron, los jugadores decidieron que no irían a Israel y el presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, salió al día siguiente a oficializar la suspensión del amistoso por motivos de "seguridad". 
La AFA no tuvo en cuenta el contexto en el que se iba a organizar el partido frente a Israel, y la consecuencia fue que la selección se quedó sin la posibilidad de realizar un último ensayo antes del debut frente a Islandia. 
Desde el entono de Sampaoli le quitaron hierro al asunto y se centraron en planificar los entrenamientos que quedaban. 
Los jugadores se relajaron, disfrutaron de un almuerzo en el restaurante de la familia de Messi, y cuando otra vez todo parecía volver a la calma y el foco regresaba al aspecto futbolístico, se produjo un cimbronazo que dejó tocado al equipo: el mediocampista Manuel Lanzini, quien se habían afianzado como titular, se lesionó y quedó fuera del Mundial. 
La tristeza y la bronca se apoderó de los jugadores en la penúltima jornada en Barcelona, mientras el DT, que perdía a una pieza, se vio obligado a reformular el equipo a las puertas de la Copa. Tras meditar durante 24 horas, Sampaoli decidió llamar a Enzo Pérez para sustituir a Lanzini. 
Tras la agitación vivida estos días, los jugadores se despidieron hoy de la ciudad condal con un partido frente a la selección sub 20 y subieron al avión rumbo a Rusia pensando que lo peor había quedado atrás.