FÚTBOL

Luis Alberto Forzano: “Hacedor de ilusiones”

Sacó campeón a B.A.P. del torneo clausura de la Liga Deportiva del Oeste después de 20 años de sequía.

Nací en el barrio de Villa Talleres, pero al tiempo nomás me mudé al barrio del club BAP. A los 6 años directamente me mudé a la vuelta del club. Fui a la escuela 12, en Pringles y Pellegrini, con Darío Romano, Miguel Rebollo, Néstor Aparicio, Ariel Baldaso, Cecilia Manzur, Elena Inés Piedrabuena, Sandra Gralatto, Marisa Godoy, entre otros.

El secundario lo hice en el Colegio Comercial. Fui bastante vago. Pero perdí la camada de la escuela 12 que fueron muchos más al Nacional. Tuve que hacerme de otros amigos, gracias a Dios tengo un recuerdo muy lindo del secundario.

En el barrio se jugaba al fútbol todo el día. Había muchos campitos, pero estaba el club que para muchos era su segundo hogar.  Mi papá falleció cuando tenía 3 años, mi vieja laburaba y yo estaba la mayor parte del tiempo solo. Entonces cuando nos mudamos a la vuelta del club, éste pasó a ser como mi primera casa. BAP me dio mucha contención, amistades buenas y eso hizo que yo sienta por el club lo que siento ahora.

Conocí a Juan Torelli, el Sordo Ramos, Dionisio García. Tuve mucho tiempo de técnico a Miguel Marengo, el Lobo Contreras. Hugo López, Juan Torres que con 17 años me hizo debutar en un torneo nocturno, Alberto de Tomaso.

Pero curiosamente me fiché en Independiente. Yo estaba jugando en el campito de Irigoyen y La Plata cuando paró el Negro Castro. Inmediatamente me fichó en Independiente, pero solo un año. Me vine enseguida a BAP. Empecé en la octava y en la séptima ya estaba con la azul puesta.

Independiente en esa época era muy fuerte, uno de los imbatibles de Junín. Tuve la suerte de jugar con grandes valores como el Lechón Clara, Daniel Ferreyra, Chicharrón Fernández, Raúl Lucci, el Turco Betros, Daniel Figgini el Gordo Lamadrid, jugadores que marcaban una diferencia y que muchos terminaron yendo a Buenos Aires.

No tuve suerte de ser campeón con BAP en las inferiores. Sí gané un nocturno en la cancha de Villa con el Negro Carnigno, Gustavo y Norberto Ruiz, Cococho Rodríguez, Sergio Ferreri. También llegué a jugar con la famosa defensa que integraron Barrios, Toseto, Guruceaga y Ferreri. Jugué con Hugo López, Hugo Basso, Omar y Juan Frías, Cachi Capogrosso, Walter Destéfani. Era uno de los chiquitos que tenía cabida, porque antes el técnico y los mismos jugadores no te daban lugar.  Confiaban mucho en los jugadores grandes.

Después jugué en Mariano Moreno. Luego en Social de Ascensión, La Angelita, Alumni de Vedia, Leandro N. Alem, Vélez de Mercedes, Centenario de Venado Tuerto.

Dejé de jugar a los 33, con algunos problemas de familia de por medio, como la mayoría de las familias de clase media. Salí adelante y tuve la suerte de volcarme un poco al club BAP, a devolverle un poquito todo lo que el club me dio.

Empecé trabajando con Samuel Tonarelli en las formativas, un año. Luego me recibí de técnico y me ofrecieron para dirigir varias categorías. Con Tona sacamos campeona a la octava, el primer año. Después llevo casi diez campeonatos ganados con las divisiones formativas del Ferroviario.
 
El título reciente
Fue un campeonato durísimo. Tuvimos muchas lesiones complicadas, algunas graves. Doble fractura de cúbito y radio de Manteca Martínez, que recién pudo volver hace poco. Braian Rosales se rompió el peroné y recién ahora volvió a trotar. Estoy hablando de lesiones del mes de agosto, desde el primer partido con Mariano Moreno que se rompieron los dos.

Después un desgarro de Darío Aldersisi, luego se volvió a desgarrar.

Tuvimos lesiones severas de tobillo, de rodilla. Eso hace que en un momento tuviéramos ocho jugadores que no los podíamos usar.

Por eso fue muy duro. Ayer (por el martes) antes del partido pensaba en todos los inconvenientes que tuvimos, la mala fortuna de los chicos, y razonaba que por algo nos pasó todo eso. Para mí nos probaron y vieron que el grupo estaba fuerte, que nunca aflojamos, que siempre seguimos para adelante. Que agarramos siempre la soga que nos tiraron y tratamos de ser siempre protagonistas y eso hizo que tuviéramos como resultado la obtención del título.

Hacía 20 años que BAP no salía campeón. Fue en 1997 y pasó mucho tiempo.

No salieron campeones los once ni los 18. Tenemos la suerte de ser hasta más de cuarenta por entrenamiento.

El campeonato lo gana el grupo y el grupo se arma desde un montón de años atrás.

Hoy en primera de los 18 que están hay cinco jugadores que los tengo desde hace 7 años. Tomás Alemi, Iván Viale, Matías Forzano, Sebastián Pereyra, Agustín Di Pietro, entre otros que son categoría 97-98 que los vengo dirigiendo desde la octava donde fueron campeones.

Los chicos te van conociendo con el paso del tiempo y yo también voy asimilando lo que da cada uno para tratar de sacarle su máximo provecho. Es una simbiosis que por suerte nos dio resultado y nos llevó al título de la Liga Deportiva del Oeste.

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