FÚTBOL

Roberto Néstor “El Pato” Zamparolo

Campeón del nocturno con Mariano Moreno en 1959. Jugó en varios equipos de la zona.

Nací en Pellegrini al fondo, dos cuadras y media antes de Primera Junta, cerca del club Los Andes.  Después se extinguió y al tiempo nació el club Gimnasia y Esgrima.
Después me vine a vivir frente a la plaza Alem. Fui a la escuela número 3. Mi hermano había empezado el colegio ahí y por ende a mi me mandaban con mi hermano, todos los días.
Pero a los cinco años mis viejos se vinieron a vivir al barrio El Molino.  Se jugaba al futbol todos los días. Había que hacer la pelota de trapo. Se conseguía una media vieja y se rellenaba. No había pelotas, solamente la de tiento que era la profesional del momento.
Con esa pelota los corners había que patearlos en dos etapas. Cuando se mojaba pesaba tres kilos.  Y cuando venía en el aire había que calcularle el tiento, para esquivarlo porque te hacia bolsa la cabeza. Ni hablar si te agarraba el ojo. Porque el tiento iba atado y se lo cruzaban por adentro a la pelota. Por ahí de tantos golpes, se soltaba y te daba en ojo. Era casi una ciencia cabecear en esos tiempos.
Después en el barrio se jugaba en la calle, porque eran de tierra. Desde que salías de la escuela, hasta que la luz no daba más. Por ahí eran las ocho de la noche y jugábamos en las esquinas, con la única luz que había en la calle.
Después empezó la pelota de goma. Ahí fue cuando los exquisitos de antaño agarraban tanta ductilidad con la pelota. Era una víbora. Picaba y saltaba. Había que tener habilidad para pararla. Y las canchas no eran un billar como ahora. Antes pegaba en los bordes, tenías que calcular donde iba a rebotar, etc.
Fiché en Mariano Moreno en la quinta, a los doce años. En esa época íbamos con los pibes a la cancha y estaban practicando los Tablada, Tata Gnazo, Caporaletti, Tomeo. Luego hice cuarta, cuarta especial, la reserva y la primera.
Cuando iniciamos en primera el técnico era Tatá Gnazo. Que en  realidad se llamaban delegados, no técnicos.  Gnazo había estado jugando en Uruguay. Nos dirigía y nos formaba. En esa época nos hacia pegar la pelota de goma contra un frontón, una pared hecha de madera. Te hacía pegarle de derecho y de izquierda. Un adelantado para la época. Conocía mucho de futbol. Te enseñaba a pararte, a recibir la pelota, a pegarle, a pararla, a triangular una cancha.
Debuté en primera cuando Moreno perdió contra Sarmiento y los echaron a todos sospechados de ir para atrás. Fue en 1959 contra Villa Belgrano. Jugaban Reyna-Zamparolo-Zamparolo-Pardini y Guzmán, arriba. La defensa la dejaron: Ferrari, Rebeco y Bruno. Al medio: Alberti, Caporaletti y Celis. Ganamos el campeonato nocturno.
En 1960 perdimos la final contra Sarmiento, en cancha de ellos. Ahí la comisión directiva nos dejó a pie y  nos vinimos todos caminando, silbando bajito. Ahí me fui a jugar a Ascensión, al Singlar. Fueron el Gallego Enrique, Cirillo, Nievas, Proglio, Leiva, Vilaplana y Real. Salimos campeones en 1961.
En 1962 fuimos con mi hermano a River, en un canje que hizo Moreno por Contreras. Estuvimos dos años pero no pudimos salir campeones.
Yo había comprado un negocio enfrente del hospital en 1965.  Ya no jugué más oficialmente acá. Un año nos fuimos con Pinocho Ciarapica a Morse y no jugué más.
Hoy los chicos no están bien formados. No los dejan desarrollar la riqueza que tiene cada uno. Los presionan con la preparación física, correr y correr. Pero al fútbol se juega con la pelota que es redonda. No se le puede pegar de punta y para arriba, porque no es cuadrada. La pelota se hizo redonda para que circule. No entiendo cómo se pueden chocar dos jugadores de frente, no me entra en la cabeza.
¿Maradona o Messi? Taqueta Barrionuevo. Un monstruo, mejor que todos. El súmmum del fútbol.  Sin desmerecer a ninguno de los dos. Maradona, un grande. Messi un gran jugador.