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FÚTBOL

Dionisio Arturo “El Reca” Traverso

Jugó en Sarmiento, Jorge Newbery y otros clubes del interior.

Nací en Junín, en el barrio Padre Respuela. Tenía cinco campitos para jugar al fútbol. Uno en la esquina de casa, dos más allá, otro en el ahora Barrio Militar.

Iba a la escuela número 1 con Guillermo Muscariello, los mellizos Demaro, Mario Bustamante. Salía a las 12. Colgaba el guardapolvo y me iba a jugar al fútbol. Me iba a buscar mi vieja.

Empecé a jugar en Defensa Argentina. Me llevó el Moro Ale. Un sábado jugué un partido en quinta con Jorge Julio como técnico. Hice dos goles y me sacó. Tenía quince años y no entendía nada. Ni sabía lo que eran los zapatos de fútbol.

Al rato me dijeron que al día siguiente tenía que ir a la cancha de Rivadavia porque jugaba en primera. No hice inferiores.

Debuté contra Rivadavia, que tenía un equipazo. Jugaban Salamone, Nievas, el Mencho Martínez, Walton, Varela, Tobalina. Lo encaraba a Nievas, que le pegaba a todo el mundo, y me decía “jugá tranquilo nene que yo no te pego”. Nunca me tocó.

De ahí no paré más. Hice tres años en Defensa. Me fui a Sarmiento con el Sapo Guzmán para jugar la B. Estaba Coco Malegni como técnico.

Un día Taqueta Barrionuevo le dijo al Coco “tiene que jugar el Reca, como no lo ponés”. Sacó a Oyarzábal y debuté en la cancha de Argentino de Quilmes en la fecha 12. Sarmiento había perdido todos los partidos, solo tenía dos puntos. Hice dos goles y ganamos dos a cero. Fue el campeonato más largo de la historia de la B. 46 partidos se jugaron. Un año entero.

Después me pidieron de Morón, fuimos con el Bocha Corro en 1967. Pero no nos pagaban. Un día fuimos con el Bocha a comer a una pensión y vino una señora que nos dijo que no había comida porque el club no le pagaba.

El Bocha se vino, yo me quedé un tiempo más. Me fui hasta el centro, hablé con el Pato Pastoriza que estaba en Futbolistas Agremiados y se vino conmigo en su coche. Llegamos a la cancha, lo encaró al tesorero y no sé de dónde salió la plata pero me pagaron y me vine a Defensa en 1968.

Taqueta Barrionuevo me mandaba todas las semanas una postal de Niza, Francia, donde estaba jugando. Me mandó a decir que rescindiera contrato que venía para las fiestas y me llevaba a jugar allá. Cuando vino a Junín me dijo que no podía volver, porque había vendido el pase y se vino. Lo mismo que hizo Orteguita con los Turcos.

Me fui a Mendoza con Omar Giménez y la China Ayala. Después cayó Cambareri, el Loro Allende, éramos una parva. Fui a Palmira a jugar la Copa Argentina. Me encontré con el Polaco Semenewickz que venía de ser campeón con Independiente en la Libertadores, que me recriminó por qué me había vuelto que su mamá me quería mucho y que hubiese ido a vivir a su casa.
Eliminamos con Palmira a Independiente. Entramos para jugar los cuartos del Nacional y perdimos con Gimnasia.

Me compró Independiente Rivadavia de Mendoza. Estaba de técnico Mumo Orzi, también lo tuve al Cholo Converti. De ahí a la selección de Mendoza donde fuimos campeones en Mar del Plata. Estuve hasta casi 1975 porque terminaba el campeonato en Mendoza y me venía a jugar a Huracán de San Luis. Me pagaban una fortuna para la época. Un año íbamos punteros y me pidió Jorge Newbery, porque estaba Raúl Azconzábal como técnico. Me fui a hablar con la gente de San Luis y en vez de enojarse hasta me regalaron un par de zapatos de fútbol para que me vaya bien. Fue un sábado y abrieron la Liga el domingo para que entrara el pase a Newbery. Fue para el nacional de 1975 y estuve ocho años. Agarré la era de los últimos cinco títulos seguidos y ya tenían tres anteriores. Atajaba Alfredo Mariano Gironacci. Jugaban: Juan Carlos Vilchez, Solía -que había venido de Argentinos Juniors-, Zubialde que yo había traído de Mendoza, y Pondal. Manceda, Hugo Spadaro y yo. El Colorado Cabaña, Lucho Avilés y Peteca Molina.

Un día vino Arguindegui como técnico. Nombró el equipo y me dejó afuera. Se lo querían comer.

No jugué más a ese nivel. Anduve con el Equipo de las Estrellas ocho años. Estaban: Vieytes, Guzmán, Vicente De la Mata (hijo), Novello, Villagra, Telch, Albrech, Potente, Rojita, el Negro Ortiz. Jugué hasta casi los cuarenta. Anduve por todo el país, andábamos en dos trafics. Un día jugamos contra Douglas y me pidieron dos jugadores. Llevé a Olivier y Manolo Sans. Por ahí entró un gordito al vestuario que quería jugar. Era el Mono Verti, de Newell’s. Ganamos dos a cero y me dejaba la pelota con el arco libre para que la empujara.

Estuve por la zona, con Singlar de Ascensión. En Teodelina con el equipo de Coego, el dueño de Sofama. El técnico era el padre de Diego Buonanotte. Pero pegaban demasiado. Un día le hundieron la cabeza al pelado Massari. No fui más a jugar. Recalé en Alumni de Vedia y después dejé de jugar.

La falta de campitos es el problema que no salgan jugadores. De mi barrio salieron un montón: La china Ayala, Omar Giménez, Aldo Corriani, Ramón Álvarez.

¿Maradona o Messi? Messi. Es completo, un fuera de serie.

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