FÚTBOL

Rubén Rusiñol: Formador de generaciones de futbolistas

Nací en el barrio del Club Junín, enfrente, Garibaldi y 12 de Octubre. Ahí me crié hasta los 14 años. El Club, la plaza Eusebio Marcilla, las cantinas maternales donde ahora está el Marianista que venían los circos, los parques de diversiones. Fui a la escuela 24.

Parte del club Junín, parte del barrio La Loba y Sarmiento, más allá que hacías dos metros y tenías un campito para jugar al fútbol. Es un poco la diferencia con lo que se vive hoy.

Las épocas son distintas. Yo tenía 10 años y mi abuela materna vivía en Almafuerte y Malvinas Argentinas. Yo me iba caminando a visitarla, solo, inclusive a mi abuela parterna pasando las vías en Villa Belgrano.  Hoy si te descuidás no podés estar afuera.

Hice las divisiones inferiores en Sarmiento porque mi viejo tenía la escuelita de fútbol ahí. Jugué hasta los 14 años.

Hice una prueba en San Lorenzo de Almagro y quedé. Entonces mi viejo pidió traslado en el Ferrocarril a Buenos Aires y nos radicamos allá.

Estuve dos años donde me fue bárbaro. Ernesto Emilio Duchini era el director técnico, un descubridor de talentos.

Me lesioné una rodilla en un partido contra Boca Juniors en cancha de Barracas Central y en ese tiempo la kinesiología no era lo de hoy en día.

Me diagnosticaron inflamación de rodilla. Me ponían la pierna en ese famoso hornito de madera. No tuve la recuperación deseada y me dejaron libre a los 16 años, la pierna no me dio más.

A todo esto mis viejos habían vendido la casa acá y nos quedamos en Buenos Aires. Habíamos comprado en San Martín y mi hermano también estaba allá.

Mi viejo lo conocía a don Juan  Manuel Guerra y éste lo llevó a trabajar en Chacarita Juniors. Terminó dirigiendo Central Argentino, hoy Central Ballester.

Me tocó el servicio militar. Ya con 27 años me vine a Junín y mi viejo, jubilado, también.

Lo empecé a acompañar en Rivadavia de Junín que fue donde comenzó mi carrera como técnico.

Igual en mi casa la sobremesa era una pelota de fútbol y nada más, como en otras casas será automovilismo o política.

Estuve en distintos clubes, siempre con las divisiones formativas, hasta el año pasado que terminé en River Plate. Fueron 33 años que nunca paré. Me cansé. Ahora estoy en un emprendimiento familiar, con mi señora y mi hijo, voy a la cancha siempre, pero colgué los entrenamientos. Cuando yo era pibe escuchaba a la gente mayor hablar siempre de lo de antes. Lo que sí estoy convencido es que no se está trabajando de la manera correcta con los chicos.

Creo que es producto de la desaparición de muchísima gente de las instituciones y que de repente no tienen el apoyo que anteriormente había de parte de las familias, de los simpatizantes. Que a los dirigentes se les hacía un poco más fácil sostener las divisiones inferiores.

Lamentablemente a través de la falta de gente, las instituciones están medio obligadas a cobrar en divisiones inferiores.

Yo soy muy respetuoso de todo y pido que se respete también mi formación. Creo que las instituciones deben ser todas de puertas abiertas en igualdad de condiciones. Vemos muchísimos chicos que no están dentro de las instituciones. Y es producto que la mayoría de ellas cobran.

Entonces no se logra hacer un trabajo acorde a lo que la parte infanto juvenil necesita en cuanto a la formación general del chico, porque podemos hablar de la formación futbolística pero primero viene todo lo demás.

Estamos fallando mucho en esto. Por eso extraño mucho las instituciones de antes, donde realmente eran nuestra casa, donde nos formaban pero por sobre todas las cosas como personas con igualdad de condiciones.

Compartíamos con chicos de toda índole social. Estaba el hijo del médico y también el del peón. El hijo del Ferroviario y el del Industrial. No había diferencias. Lamentablemente hoy existen esas cosas y algunas entidades dejan afuera a quienes más los necesitan.

Reniego mucho contra esto. Respeto a los que consideran que hoy para hacer las cosas se tienen que manejar distinto a otras épocas. Pero no lo comparto.

Creo que las instituciones y hablo de la mayor como la Municipalidad debería arrimarse a los clubes pero no a colaborar con una pelota que bienvenida sea, sino colaborar con la parte económica. Para que los chicos estén dentro de las instituciones y puedan tener realmente  formación se necesita tener a los profesionales. Y hoy un profe, un técnico, trabaja con el reloj en la mano porque los viáticos del club no le alcanzan y para vivir tienen que hacer otro trabajo aparte. Ellos tienen que estar las horas adecuadas en la institución para formar a los chicos y cobrar bien. Y para ello se necesita apoyo oficial.

¿Maradona o Messi? En el fútbol los dos son unos fenómenos. Messi lo es. Maradona lo fue.