MANO A MANO

Matías Fischer: "Cuando debuté en Boca me vino a la cabeza todo el sacrificio que hice"

Es el actual goleador de Sarmiento y a pesar de su corta edad, sumó mucha experiencia en su paso por Boca, club en el que hizo todas la inferiores y debutó en Primera. También tuvo un paso importantísimo en el Bolívar: fue campeón y goleador.

Tiene apenas 22 años y seguramente muchos goles vendrán en todo el camino que aún le queda por recorrer. Pero, aún siendo tan joven, fue mucho el trayecto que ya trazó a fuerza de sacrificio, humildad y, sobre todo, goles, que le han dado la posibilidad de vestir la camiseta de uno de los clubes más grandes del mundo como Boca -algo que no muchos pueden lograr- o ser, con sólo 19 años, campeón, goleador y figura del Bolívar.
Las cosas de la vida lo cruzaron con dos grandes golea-dores que lo marcaron en su senda futbolística e hicieron crecer a este "Lobo" que tiene como hábitat natural el área. Uno fue Carlos Bianchi quien lo subió a primera y otro, Miguel Ángel  Brindisi, que lo hizo debutar un 31 de octubre de 2004 frente a Instituto en la mítica Bombonera. "De chiquito andaba todo el día con la pelota, tenía cuatro años y mi papá ya me llevaba a la escuelita de BAP", cuenta orgulloso el actual goleador de Sarmiento.  

-¿Siempre fuiste delantero?
-Primero jugaba de diez o volante por la izquierda, pero me dí cuenta que no era lo mío. Después empecé a jugar arriba y por suerte me quedé ahí.

-Cuándo te vinieron a buscar de Boca, ¿cómo fue ese momento?
-Al principio me sorprendió mucho. Lo hablaba siempre con mi viejo. No era muy común irse a los 14 años y lo teníamos pensado para más adelante y a lo mejor no a un club tan grande e importante como Boca. Mi familia como siempre me alentó y me apoyó en todo: fui, quedé y estuve seis años aprendiendo muchas cosas que me sirvieron mucho para mi carrera como futbolista y como persona.

-¿Cómo es el trabajo en la inferiores de un club tan importante?
-Muy completo: te forman mucho en todos los aspectos. Se preocupan mucho por vos, no sólo en lo deportivo, también en lo personal, que estés bien, que no te falte nada. Salís muy bien formado y se trabaja con los mejores elementos. Además, estás con entrenadores que saben mucho como Jorge Griffa o "He-ber" Mas-trángelo. Te ensañaban todo, cada práctica aprendés algo nuevo y te sirve mucho para cuando te vas.


-Te fuiste de chico a Buenos Aires, ¿se extrañaba un poco o te contenían bien?
-No, extrañar era lógico porque era muy chico pero lo normal, estaba muy bien allá. Jamás pensé en volverme ni nada de eso porque me trataban muy bien y me sentía muy cómodo.

-¿Es verdad que en una de tus primeras prácticas con el plantel profesional le pegaste un pelotazo a Carlos Bianchi?
-Sí (risas). Estábamos haciendo trabajos con pelota y quise hacer un cambio de frente y le pegué en la cabeza a Carlos. Me miró, se dio vuelta y no me dijo nada, por suerte. Yo era un pibe que recién empezaba y me quería matar (risas).

Su debut en Primera con la "azul y oro"

El 31 de octubre de 2004 no fue un día más en la vida del "Lobo". Con 18 años se daba el gusto de debutar en Boca y compartir la delantera con Martín Palermo. "Era algo soñado", recuerda.


-¿Debutar en la cancha de Boca que significó?
-Muchísimo. Me agarró medio desprevenido porque Brindisi me dijo que iba a ir al banco el domingo y jugaba Ariel Carreño de titular. Después, el viernes, cuando paró los once, le avisaron que Carreño tenía cinco amarillas: se me acercó y me dijo: "Mirá que el domingo vas de titular". Tenía mucha ansiedad ese día, pero traté de calmarme y estar de la mejor manera porque era algo soñado. Trataba de pensar que era un partido más en mi vida.


-Cuándo saliste del túnel y viste la cancha con la gente, ¿qué pasó por dentro tuyo?
- De todo. Cuando vi llena la cancha me pasaron muchas cosas por la cabeza: todo el sacrificio que había hecho para llegar a ese momento junto a mi familia. Después cuando llegás a la mitad de la cancha y empieza el partido dejás un poco de lado el entorno y te metés en el partido, pero no deja de ser algo hermoso y gratificante.


-Compartiste el plantel con grandes delanteros, Palermo, Guillermo Barros Schelotto, Palacio, ¿qué pudiste aprender a su lado?
-Más que nada la manera de desenvolverme en un grupo, a saber manejarme. Ellos desde su experiencia siempre me hablaban y me aconsejaban de cómo me tenía que mover dentro y fuera de la cancha.

Su estadía en Bolivia

Llegó al Bolívar en febrero de 2005 y su paso dejó una huella muy importante en los hinchas que lo adoran por sus 28 goles, que llevaron al equipo de La Paz a ser campeón. Además, disputó la Copa Libertadores y la Sudamericana con la camiseta de "La Academia".  


-De tu experiencia en Bolívar donde saliste campeón y goleador, ¿qué te quedó?
-Las cosas futbolística-mente me salieron muy bien por suerte. Lo tomo como una gran experiencia y me sirvió para crecer en mi carrera.
No sé si volvería a jugar allá, la forma de vida es muy distinta y además pasé algunos momentos no tan lindos como estar cinco meses sin cobrar o convivir con un estado de sitio. Cosas que te hacen pensar bien antes de volver. Pero me traje el cariño de la gente.


-Jugaste con el Bolívar la Copa Libertadores y la Sudamericana, torneos que antes veías por televisión…
-Sí, no me imaginaba que iba a jugar esos torneos tan importantes enfrentado al Santos de Brasil, a Liga Deportiva de Quito y otros equipos muy significativos. También fue algo que me tomó por sorpresa porque no pensé que en un club extranjero me iba a pasar algo tan lindo en mi carrera, pero por suerte tuve esa sensación que no es fácil de olvidar.


-¿Tu paso por Sarmiento es agarrar continuidad y volver a primera?
-Sí, necesitaba agarrar volumen de juego que hacía mucho no tenía y seguir aprendiendo. Luego una cosa lleva a la otra. Por mi parte vine a sumar y brindarme al grupo al cien por cien. Por suerte, encontré en plantel muy humilde, con ganas de conseguir cosas importantes y ojalá que podamos lograr el objetivo de todos que es el ascenso.

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