BOXEO

Omar Daniel “Lelé” Barrera

Boxeador de los ´80 y ´90 con 62 peleas y solamente dos perdidas. Deja un mensaje de reflexión sobre este deporte.

Nací en la ciudad de Junín  en el barrio de San Cayetano. Una barriada espectacular, gente humilde, sencilla, laburadora.

Fui a la escuela 18 con Facundo Greco, Gabriel Álvarez, Graneros.  En ese tiempo se jugaba a la bolita, las escondidas, el ring raje y el fútbol.

Lo más grave del ring raje era que te agarraran y le dijeran a tus viejos. Ahí se ponía bravo a la vuelta a casa, o al otro día. Había que aguantar a los viejos. Y lógicamente, si era molestar a los vecinos, no tenía otra razón de ser.

Terminé el secundario en la escuela número 40, porque hubo que salir a laburar. Hacíamos pan casero con mi viejo y salíamos a vender. Pero yo le había hecho la promesa al viejo que lo iba a terminar. Después de grande las cosas se van complicando. Pero lo cumplí y cuando me entregaron el diploma lo llevé a mi padre en silla de ruedas al acto, más allá que ya no conocía.

Había campitos por todos lados. A la vuelta de la iglesia de San Cayetano, uno importante. Y en el hospital Ferroviario, hoy por hoy la Unnoba, había otra cancha de fútbol muy linda.

Se jugaba todos los días. Primero en casa había que lavar los platos y después mi vieja me daba permiso para ir a jugar al fútbol. Otra época, mucho más sana que esta.

Yo que soy padre de hijos adolescentes veo que se divierten con un teléfono. Antes no nos alcanzaban las horas para jugar a las payanas, bolitas y cualquier otra cosa de la época.

Al fútbol nunca jugué profesionalmente.

Mi viejo tuvo una trayectoria en el boxeo, inclusive llegando a pelear en el Luna Park con Mario Omar Guillotti, y me inició en este deporte.

A pesar que nunca quiso que peleara profesionalmente, me saqué el gusto de hacer 62 peleas y después dejé.
Practiqué en el gimnasio de Arano Box, también en el club Los Indios con Miguel Medina Burgos, con Canilla García. Estuve en varios lugares.

Mi primera  pelea fue en la ciudad de Lincoln con un tal Pedro Notti y me fue bien.

En realidad de las 62 peleas perdí las últimas dos por nocaut ya en el profesionalismo. Nuca me tumbaron, perdí de pie. El resto fueron ganadas y empatadas.

Fueron dos espectáculos que se televisaron por Space, uno que vino la Hiena Barrios. Después tuve la posibilidad de pelear por el campeonato Argentino amateur en el Cenard. Justo tuve la mala suerte que el sorteo entre 60 boxeadores me tocó justo contra el campeón y quedé eliminado en primera ronda.

Mi técnico siempre fue mi viejo. La preparación era de lunes a lunes, tres horas por día y a matarse entrenando. Parte física, correr para ganar resistencia, pegarle a la bolsa y hacer guantes.

Tuve la suerte de hacer guantes con el Roña Castro, la Hiena Barrios, Wilfredo Vilchez. Un entrenamiento sensacional. Eso te suma y además ellos te enseñan mucho más de lo que uno cree saber.

Tengo lindos recuerdos muy lindos de haber estado con verdaderos campeones del ring.

Hoy pensándolo en frío es complicado el boxeo. Será porque tengo a mi viejo postrado en la cama hace 20 años y cuando le hicimos distintas tomografías computadas, se ven las secuelas de los golpes en la cabeza que recibió durante toda su carrera. Tiene el cerebro demasiado golpeado.

Mis hijos algunos no hacen deportes, otro anda muy bien en el básquet y no sé qué va a hacer el chiquito. Pero si me dice del boxeo, no lo acompaño.  Que se dedique a cualquier otra cosa, menos al boxeo, porque todos los golpes se reciben en la cabeza. Y quedan secuelas con el paso del tiempo.

Yo creo que hoy con 46 años no lo volvería a hacer. Si bien cuando uno es chico la idea es ser campeón, poder vivir de este deporte. Pero después se me fueron abriendo otras puertas, otras posibilidades laborales. Tenía una empresa de seguridad nocturna y tuve que elegir. El box es un deporte que no te defiende nadie. Quedás solito arriba del ring. En el fútbol si te va mal, tenés diez compañeros que corren por vos. Acá no es así. Es bravo.

Mi viejo debe haber llegado a 600 peleas en su carrera y tiró mucha plata en su vida. Cuesta llegar, tener las condiciones físicas y alguien que te acompañe. Son los menos, contados con los dedos de una mano. Pero el que llega y la hace bien, se para para todo el viaje.

A los chicos de hoy les aconsejaría que hagan cualquier clase de deportes, que no se metan con la droga. Inclusive si quieren hacer la parte física del boxeo, sería espectacular.

Tienen que tener la mente ocupada en otra cosa. Hoy vivo de cerca por mi trabajo la cantidad de adicciones que hay y cómo sufren los padres y la familia (hermanos, tíos, primos). Sé bien de chicos de 11 y 12 años, cada vez con menos edad. Es muy triste.

¿Monzón el mejor? Sí, totalmente. Iba para adelante pegando y retrocedía pegando. Fue único en su época.

Igualmente a mí me gustaba el Roña Castro y de Junín, Miguel Medina Burgos. Miguel ponía las cosas arriba del ring y tenía mucho amor propio.

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