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GERARDO PIEGARI

San Martín, de Schiavoni a Miranda, con el respaldo de un líder.

El Lobo sabe por Lobo, pero más sabe por viejo. Estuvo siempre en el Club General José de San Martín. Acompañó todos los procesos de distintos mandatarios e incluso alternó la presidencia.

“Yo nací y me crié en el barrio Belgrano. Rivadavia al 900. La carnicería era de mi padre, mi casa materna, viví toda la vida acá. Cuando me casé en el año 1984 me fui cerquita, Rioja y Sáenz Peña porque alquilaba, pero después me hice la casa acá nomás cerca de la carnicería, en Libanesa 24. Nunca me moví de acá y creo que hasta me voy a morir en este barrio.
A los diez años empecé a jugar al básquetbol en San Martín. Estaban de técnicos Mario Rico y Miguel Muñoz en minibásquetbol. Salimos campeones del primer torneo de mini que se hizo en Junín en el año 1970 con Miguel Sofía, Sergio Chacarita Rizzi, Luis Sospicio, Armando Farina, Carlitos Rebechi, el Negrito López, Claudio Parapulo y el Gordito Zúcaro. Los monstruos eran Miguel Sofía y Chacarita Rizzi, ya Miguel medía como dos metros en esa época. Salimos campeones en la cancha de Ciclista Juninense. Fue un orgullo. Llegué a integrar el gran equipo de primera de los años  `76 `77 hasta el 80 que yo era juvenil con 18 años con “monstruos” como Mario Rico, Darío y Aníbal Sabelli, Sergio Spichialli, Jorge Viaño, entre otros. Yo era suplente. Jugué hasta 1985 en primera que me casé y dejé de jugar. Estaba Polo Cárdenas de entrenador.
Lógicamente la cancha era abierta. Jugué con las baldosas desparejas, pozos y bichos.  La cancha se llenaba. Era más chica que ahora, pero siempre con gente.  Fue una época buena donde la rivalidad era Argentino-San Martín. San Martín fue campeón en 1969, en el ´70 Argentino y luego surgió 9 de Julio donde hacíamos una terna que cuando chocábamos era partidazo asegurado. Acá venían los Biurrun contra los Rico-Sabelli, era garantía de buen partido. Dirigía Cárdenas, Sofía o Nieto. El árbitro Fortunato Costa fue anterior, pero igual en esa época ya vino a trabajar a las inferiores con San Martín junto con Manolo Viaño. Tenían muchos chicos e hicieron una actividad social excelente. Viajaron a Santa Fe, Córdoba, en fin, llevaban a los chicos a conocer todo el país.
 Originalmente yo tendría que haber ido al club Rivadavia porque mi padre y toda mi familia fueron siempre de ahí. Mi papá jugaba al fútbol y salió campeón varias veces con Rivadavia. A mí me llevaba siempre a la sede social. Me acuerdo crudos inviernos donde él jugaba a las cartas y yo correteaba por ahí.
Ojo que jugué al fútbol en Rivadavia con la quinta y fui suplente algunos partidos en primera. Pero siempre me tiró San Martín. Un día pasé por calle Siria, vi la puerta abierta, entré y no salí nunca más”.
 
Alcides Schiavoni
 “Una obra que siempre la llevó adelante Alcides Schiavoni. Él siempre estuvo aferrado a la idea que el club tenía que tener su gimnasio y con razón. En su principio le costó imponer su idea. A algunos dirigentes antiguos, conservadores, a ellos les costaba asimilar eso. Eran reacios.  Pero fue consiguiendo gente nueva, algunos de nosotros empezamos a hacer fuerza para ayudar, trabajábamos mucho en las fiestas. Él organizaba rifas importantes. Hacíamos cenas, almuerzos y con lo poco que recaudábamos él se las ingeniaba para hacer el gimnasio techado.
Un año, el club Rivadavia organizó el carnaval con comparsas de Entre Ríos y Corrientes. Fueron unos carnavales que nunca más los vi en Junín. Nos dieron una cantina en la intersección de Padre Ghío y Quintana donde la afluencia de gente era catastrófica.  Esa cantina nos dio unos frutos impresionantes. Vendimos gaseosas, cervezas y choripanes a granel. Con la ganancia de la cantina se compraron la mitad de las chapas que necesitábamos para cubrir el gimnasio.
Un grupo de amigos que teníamos una peña “de los ocho” que se hacía los lunes, sacamos un automóvil en plan de Ahorro Confort y le donamos una parte para que Alcides lo aproveche en el techado.
En 1992 se terminó de techar la cancha, luego se siguió con el piso de madera flotante, otra apuesta firme de Alcides Schiavoni. Le costó mucho sacrificio y acá está, vivito y coleando hasta el día de hoy”.
 
Juan Miranda
“Nueva generación de dirigentes. Le costó mucho. No tenía la experiencia que todos los dirigentes necesitan, más en la sociedad de hoy en día. Asumió con mucha entereza, pero se encontró con algunas realidades que tenés que tener un pecho y una espalda muy ancha para afrontarla.
Tal vez él no se lo esperaba, pero lo está sorteando con mucha entereza y los años subsiguientes le van a servir como experiencia para estar al frente del club. Va a estar en él si quiere seguir, si tiene la fuerza para seguir avanzando.
Son épocas muy difíciles. En nuestro caso el ingreso económico, sponsors, publicidad, etc., es lo mismo que cuatro o cinco años atrás prácticamente. Hoy los presupuestos son otros. Los gastos son otros. Inclusive hasta en las pequeñas cosas del club como la luz. Nosotros tendremos un diez por ciento más de ingresos contra una erogación de  más del noventa por ciento. Los sueldos se fueron por las nubes y todo se hace prácticamente inalcanzable”.
 
La obra
“Es un subsidio muy bueno que Acción Social de la Nación nos otorgó por tener los papeles del club al día.  Si algo tuvo San Martín en su historia es que presentó los libros como corresponde en cada balance.
El subsidio se empleó totalmente para el techado. No se tocó un peso para básquet ni nada que se le parezca. Tal es así que fuimos, hicimos un contrato con Viviendas Alegretti y le dejamos pago para cubrir el tinglado hasta calle General Paz inclusive. Hoy lo que se  ve son veinte metros por diecisiete, pero falta otro tanto igual que va a cubrir el gimnasio de pesas. Esto se hizo así para tener la opción el día de mañana de trasladar el gimnasio de pesas arriba, en la esquina, y dejar libre los salones abajo para alquiler, eventual sede o lo que sea”.
 
Deportivamente
 “Los primeros ascensos fueron cosa nueva para nosotros. San Martín tenía una rica historia pero mucha sequía en campeonatos. Le faltaban títulos, campeonatos. Había salido campeón en 1969. Lograr ascensos ganando el regional, la Liga “C”, luego la “B” y ascender al TNA, para nosotros fue otro mundo. La alegría fue inmensa. Festejamos semanas enteras. Hacíamos un asado y ese fuego duraba tres o cuatro días. Estábamos como locos.
Después se fue consolidando el básquet amateur, siempre tuvimos buenos equipos con los chicos que se iban volviendo al club y en el 2007 tuvimos otro título importante –bajo mi presidencia- donde uno de mis hijos integró ese plantel, así que fue otra alegría que repetimos en el 2010. Es una satisfacción ver que el club siempre está en el tapete del básquet local”.
 
El fracaso del TNA
“Hoy a la distancia fue un fracaso jugar el TNA. No teníamos la experiencia necesaria, no lo supimos manejar bien, hasta tuvimos pocos sponsors. Lo hicimos con mucho coraje, enfrentando una situación adversa. Hicimos rifas para solventar la competencia y no alcanzó. A su vez jugamos en Chacabuco que fue una locura. Yo debo aceptar que en ese momento pensaba que podía ser factible. La realidad nos mostró otra cosa. Fue un error haber ido a jugar allá”.
 
El nuevo equipo
“Interesante. Tiene la base de jugadores del año pasado. Hemos rescatado a Adriano Di Biaggio. Fue un jugador importante que pasó por el club y hace un año que no juega. Pero habló con Matías Huarte y se entusiasmó. Nos va a dar una mano importante. A su vez sumamos al chico Delgado de Argentino para reforzar el puesto de pivot y estamos cerrando el plantel. Yo creo que si los chicos se unen y ponen empeño junto al entrenador vamos a realizar un buen papel.
Vamos a sentir una ausencia como la de Mauro Araujo que la vamos a tratar de suplir poniéndole ganas. Yo creo que este equipo va a dar que hablar, siempre nuestra localía ha sido fuerte”. 

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