LIGA FEDERAL

Moustapha Fall, el hombre que dejó la venta ambulante para jugar al básquet

Mousthapa Fall vio que la venta ambulante estaba muy complicada de explotar en Buenos Aires, si bien tenía más oportunidades que en su Senegal natal, no estaba del todo bien la situación, sobre todo con el gobierno de turno allá por el 2016 cuando los manteros eran corridos de todas partes en la ciudad.
Y como cuando no se puede, no hay que forzar, por expreso pedido de su tío que estaba afincado en La Rioja, Mousta viajó hacía allá sin saber que lo estaba esperando una realidad ligada al deporte.
Senegal es un país, reconocido últimamente por las buenas actuaciones futbolísticas, de hecho ganó su primera Copa África hace menos de un mes, también por el rally Dakar y en cuanto al básquet está creciendo de a poco, aunque su población empieza a prestarle importancia
La historia de Fall con el baloncesto nace en África, jugándolo de manera informal en la calle con un dos por dos o tres por tres y en La Rioja se reencontró con esa pasión perdida. En diálogo con basquetplus el jugador dijo: “En realidad acá en Argentina empecé a jugar al básquet más en serio, en Senegal jugaba dos contra dos o tres por tres en la calle así nomás, pero nunca había jugado en un equipo. Después me vine a Buenos Aires a trabajar, luego a La Rioja y acá me hice un amigo, Agustín Mebar. A él lo conocí en la calle y me hablaba de que era muy alto, que acá no había tanta altura  y que podía jugar al básquet en serio y me llevó a Amancay. Ahí empecé a entrenar y me gustó mucho”
La globalización de la NBA no iba a quedar afuera en Senegal y a pesar de que juegan de distinta posición, Stephen Curry era a quien admiraba, mientras jugaba un básquet ultra callejero en su ciudad, Dakar: “Siempre me gustó el básquet, miraba NBA, soy fan de Stephen de Curry. Allá no jugaba con reglas, acá las aprendí, en Senegal jugaba como nos parecía a nosotros en la calle con el tema faltas y eso”
En una familia numerosa, siendo el mayor, ayudar a los padres es ley: “Decidí salir de Senegal debido a que en África no hay muchas oportunidades, no hay mucho trabajo. Tenía un tío que estaba acá en Argentina y me decía que estaba bien, que me viniera para acá. Tengo siete hermanos y mi papá y mi mamá en  Senegal, como quería ayudar a mi familia opté por venir a la Argentina a trabajar”.
“Mis hermanos están todos en África. Llegué en 2016 y con ese quilombo (sic) de Macri que no dejaba vender a los vendedores ambulantes en la calle, me tuve que ir a otro lado. Así fue que me contacté con mi tío que estaba en La Rioja y me dijo que vaya que ahí era más tranquilo el trabajo”.
A veces dar con el deporte que a uno lo llena es una cuestión de suerte y para Moustapha haber ido a La Rioja fue casi como una bendición. Su altura no pasó inadvertida por su amigo, ni por los entrenadores de Amancay, quienes vieron en ese chico alto senegalés alguien a quien podían ayudar más no sea enseñándole a jugar al básquet. “Me sorprendió la idea de estar jugando al básquet, cuando salí de Senegal era para trabajar, por ese lado me sorprendió. Después cuando fui a Amancay, los profes me dijeron que en uno o dos años podía jugar en un buen nivel, con entrenamiento podía mejorar mucho y así que fue que arranqué con todo“.
Amancay es un equipo de la capital de La Rioja y que a nivel provincial siempre está en los primeros planos, ganando tres campeonatos locales seguidos con la partición estelar de Mousta, como le dicen en el club. “Acá en La Rioja salimos campeones tres años seguidos y la verdad que estoy muy bien en el club, me pagan por jugar, me dan casa. Estoy muy feliz en Amancay, la gente es muy amable, son todos muy buenos conmigo”.

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