No de casualidad fue elegido como el MVP. Importante en el cierre de los partidos. Importante en las finales. Hombre de mayor valoración del Súper 20 (21,8 por juego). Sexto goleador (16,4 por partido) y rebotero (8,3, tercero defensa con 7,6). Y una mentalidad, un coraje y una determinación que no se pueden medir en las estadísticas. Nicolás Romano volvió a Instituto para continuar en la cima luego del campeonato logrado con San Lorenzo en la última Liga Nacional, y en su primer torneo con la vestimenta albirroja, ya alcanzó la Gloria.
El juninense ya conocía la sensación de jugar finales, pero más importante, de colgarse las redes del aro. Fue campeón de la Liga de las Américas 2011, del Súper 8 de 2012 y de la Liga Nacional 2012/13 con Regatas de Corrientes, antes de su arribo a Boedo.
Sin embargo, a pesar de este palmarés, y de tantos años de trayectoria, sigue sin poder encontrar las palabras para describir eso que se siente al ser campeón con Instituto. "Es algo que no se puede explicar. Habría que preguntarles a los hinchas. Sabemos que el club está pasando por un mal momento, más que nada el fútbol, y poder sacarles una sonrisa nosotros a tanta gente significa un montón. Como equipo te puedo decir que es una satisfacción muy grande porque trabajamos muchísimo desde el primer día para lograr esto", comentó, sabiendo lo importante que era ganar para la institución y para este grupo de trabajo. "Si no se nos daba creo que iba a ser un golpe bastante duro. Por suerte se nos dio. Estuvimos con una mentalidad muy ganadora desde el primer día, y trabajando fuerte. Creo que está a la vista que somos un gran equipo, y eso nos llevó a quedarnos el campeonato", añadió.
- Te fuiste de San Lorenzo siendo campeón, y ahora llegas a Instituto y repetís. ¿Por qué?
- Soy consciente de que pocas veces pasa esto en la carrera de un profesional. Uno siempre busca, trata de luchar, de esforzarse y trabajar, apunta a esto, pero se tienen que dar un montón de cosas a veces para que se logren este tipo de objetivos. Lo primero es que en Córdoba me siento en casa. Instituto es mi casa, desde el primer momento que llegué, no ahora, sino el primer día que llegué hace dos años. Y después es laburo, de todos los días.
Soy consciente que vengo trabajando muy duro desde que arrancó la pretemporada, prácticamente no paré ningún día, y los resultados están a la vista.
Hice un muy buen trabajo de técnica individual con Facundo Sucatzky y físico con Gastón Rey, porque quería seguir mejorando cosas. Realmente, no hay demasiado para pensar. Es trabajar, tener la cabeza dura y colaborar con el equipo en lo que sea para lograr los objetivos.
Para Nico fue especial porque, además del título, se llevó el primer MVP de su vida. "Este premio lo tomo como un regalo para mi señora, para mis hijos, porque hacen un esfuerzo muy grande por darme lo mejor y darme todo para que yo pueda trabajar, me pueda desempeñar al 100% con mi trabajo. Solamente lo tomo como eso. Lo voy a poner en la pieza de mis hijos para que lo vean, para que lo tengan de ejemplo, que uno sacrificándose y trabajando todos los días, las cosas al fin y al cabo llegan”, destacó.
Por último, Romano remarcó que fueron un equipo con todas las letras, no solamente los 12 jugadores, sino también el cuerpo técnico y los utileros, que brindaron todo para que ellos puedan dedicarse al 100%, y al ser consultado por el triple que convirtió sobre el cierre y el dejavú de aquel del Juego 7 de la última final de Liga contra Quimsa, respondió: "Ese triple, como pudo haber sido el de San Lorenzo, significa tranquilidad, alegría, saber que estamos ahí de lograr lo tan deseado. Pero esto ahora sigue. Ahora a festejar, a tomarse un buen fernet, y a pensar en lo que sigue. Tenemos una Liga muy larga, y con muchas chances de poder pelearla".
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