BÁSQUET

Facundo “Coco” Zárate

Fue campeón con Ciclista Juninense y pasó por Argentino. Jugó en Ferro Carril Oeste y Lanús. Estuvo en Suecia y ahora se va a Italia.

Muy de chico mi papá, mi mamá y mi hermano me decían Coi. Después la hija de mi primo me empezó a decir Coco, así que mi familia posteriormente, me comenzó a llamar de esa manera y quedó nomás.

Nací en el barrio porteño de Caballito y, a los tres años, nos trasladamos a la ciudad de Pilar. Allí viví hasta los catorce años, donde nuevamente me mudé a Capital Federal.

Pilar es una ciudad muy parecida a Junín. Ahí comencé a  jugar al básquetbol en el club Sportivo, donde hice hasta preinfantiles. 
Me la pasaba todo el día en el club, más en esa época hace 20 años atrás cuando la tecnología todavía no estaba tan desarrollada como hoy en día.

Antes de ir a Sportivo, con los chicos del barrio íbamos a Atlético. Pero como mi viejo se identificaba con Sportivo, cuando se enteró, habló con mi mamá que tampoco sabía absolutamente nada… y bueno ¡me cambiaron de club! Sportivo es el club de la Avenida, el Rojo, el que se identifica más con la gente.

Salí campeón con Sportivo en la categoría preinfantiles. Allá estaban inscriptos en la Asociación de Básquet de Zárate-Campana que, en ese momento, era muy grande y abarcaba muchos clubes. La competencia era muy buena y nos la pasábamos viajando para poder jugar.

Jugué con Gustavo Parodi, Mauro Sicardi y Memo Rodríguez, que después jugo el Federal y el TNA.

Había dejado un tiempo pero volví enseguida. Llegué a Boca Juniors a los 16 años, previo paso por el Club Harrods Gath & Chaves, donde completé las inferiores.

Luego comencé mi era profesional en el club Atlético Banco Nación de Vicente López y de ahí no paré más.

Pasé a Hispano Americano de Río Gallegos por dos años, posteriormente me contrató una temporada el club Reconquista y recalé en Junín.

Fue Ciclista Juninense, que me contrató para el Torneo Nacional de Ascenso. Estuve tres temporadas. En el primer año me lastimé la rodilla a mitad de temporada, quedamos afuera de los play off y yo me quedé sin poder cerrar el campeonato. 

Al año siguiente renové el contrato con Julián Pagura como entrenador. Nos habíamos armado como para no descender y terminamos ganando el campeonato. Salimos campeones y ascendimos a la Liga Nacional “A”. Fue hermoso.

Al año siguiente renové el contrato y jugué la Liga Nacional. Así que Ciclista Juninense fue importante en mi carrera, como posteriormente lo fue Argentino donde tuve un trampolín importante para desarrollar mi juego y que me afirmara en la Liga Nacional. Siempre quise jugar en los dos clubes de Junín y se me dio. Yo veía a la ciudad de Junín como una plaza fuerte por como se vivía el básquet allí. Me hacía acordar un poco a mi infancia en Pilar, donde había mucha pasión en cada choque.

Fue un orgullo haber pertenecido a la historia de ambos clubes de la ciudad de Junín. Estoy muy contento por ello.

Posteriormente pasé a Lanús y, de ahí, me contrató Ferro Carril Oeste.

Tras cartón me llamaron de Argentino de Junín, luego me fui un año a jugar a Europa. Estuve en Suecia.

Suecia es un país demasiado frío. De este lado del mundo no estamos acostumbrados a temperaturas tan bajas.  Además hay muy poca luz. Allá en el invierno a las tres de la tarde es de noche.  

Entonces levantarse de la siesta para ir a entrenar era como salir a practicar a las tres de la mañana, más o menos. 

Es demasiado duro hasta acostumbrarse. Pero fue una experiencia -que no la volvería a repetir-, aunque me gustó. La viví bien, conocí otras culturas y aprendí mucho.

Volví a Argentino, pasé nuevamente por Ferro Carril Oeste y ahora me voy al Basket Caorle de Italia.

Estoy muy entusiasmado de esta nueva etapa que me toca en Italia. Es un pueblo muy cerca de Venecia. Siempre me gustó viajar y esas cosas. Lo tomo como un desafío no solo a través del básquet, sino conocer otras culturas y seguir expandiéndome.

Tuve la suerte de ir de chico a Roma, Florencia, Nápoles, y es un país hermoso. Tienen un idioma dentro de todo parecido –no igual-. Yo vengo de ahí, de hacer todos los papeles.

Esto es poner un pie allá. La idea es jugar una temporada. Son ocho meses y después ver si puedo seguir consiguiendo otros clubes. Tengo que aprovechar el pasaporte y la ciudadanía europea. La idea es hacer algo parecido a lo que hice en Argentina. Creo me llega en un buen momento personal. Tengo 32 años y voy a seguir explorando. Me voy el 27 de agosto.

No es que me cansé del básquet de acá. Pero jugué cuatro años en el Federal, cuatro años en el TNA y otros cuatro en la Liga Nacional. Fui cumpliendo objetivos, metas. Y siento que mi momento terminó acá. 

¿Ginóbili? Guau. Más allá de ser el mejor de todos los tiempos, como persona es un señor. El legado que dejó para el basquetbol nacional fue mayúsculo.

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