Fabián Ramírez Barrios
Fabián Ramírez Barrios
BÁSQUET

Quimsa y San Lorenzo abren la finalísima

Hoy, a las 17, en Obras Sanitarias de la Nación se juega el primer punto por el título de la Liga Nacional de Básquetbol. Dirigen Pablo Estévez, Fabricio Vito y Pedro Hoyo.

San Lorenzo y Quimsa abren a las 17 la finalísima de la Liga Nacional de Básquetbol. El partido será controlado por los capitalinos Pablo Estévez y Pedro Hoyo y el platense Fabricio Vito.
Si bien ambos jugaron finales e incluso fueron campeones, nunca se enfrentaron entre sí en una serie definitiva. Sin embargo, hay dos antecedentes entre ellos en partido único: en la final del Súper 20 de 2018, la Fusión se impuso 76 a 70 ante el Ciclón, en el estadio Ciudad de Santiago del Estero. Al año siguiente, San Lorenzo se tomó revancha y, también en el duelo decisivo, le ganó 92 a 91 en Comodoro Rivadavia.
El historial favorece a los de Boedo: 6 victorias, contra 4 de los santiagueños.

Otros antecedentes
18/12/2020: Quimsa 78 - 71 San Lorenzo | Brandon Robinson: 18 puntos, Kevin Hernández: 18 puntos y 8 rebotes.
21/03/2021: San Lorenzo 81 - 88 Quimsa | Dar Tucker: 20 puntos, Brandon Robinson: 19 puntos, 8 rebotes, 6 asistencias.
 
La palabra de Ramírez Barrios
Fabián Ramírez Barrios es uno de los grandes artífices del éxito de Quimsa. A su carácter y experiencia ganadora que solo unos pocos jugadores tienen se suman a la importancia como jugador (7,7 puntos, 4,8 rebotes y 2,4 asistencias en 23 minutos). Previamente a que se suba el telón de estas apasionantes finales, el correntino dialogó con Prensa AdC para conocer en profundidad cómo espera tanto él como Quimsa esta vibrante definición a partir del jueves.
 
-En la antesala ya aparecían dos de los números puestos, de esos candidatos de cajón en el inicio de la Liga... ¿Cómo están viviendo estos días previos a la final y todo lo que se genera?
-Nosotros estamos disfrutando de este momento presente que nos toca vivir. Hicimos un esfuerzo gigante durante toda la temporada para lograr cosas importantes, para ser campeones de la Champions, del Súper 4 y quedar primeros en la fase regular. Hubo mucho sacrificio detrás de todo esto para que el equipo juegue en un gran nivel y hoy nos toca jugar una final que no siempre se da, contra un gran equipo con historia, y eso se disfruta el doble. Trataremos de hacer las cosas de la mejor manera posible para poder coronar un gran año.

-Entiendo que para surfear este año tan complejo en general trabajaron puntualmente con un psicólogo.
-Ricardo González Longo fue un pilar importante para nosotros. Desde que arrancó la temporada, y con un año tan atípico por la pandemia, trabajamos mucho con él. Nos ayudó a comprender la situación para tratar de estar de la mejor forma a pesar de todo esto e hicimos foco en un montón de cosas que nos llevaron a tener este nivel en el medio de un momento tan complejo. Pasamos situaciones personales dentro del grupo a través de este último tiempo y necesitábamos estar fuertes para encarar todo lo que nos pasó.
 
-¿En qué los ayudó?
-Pienso que el trabajo del psicólogo es muy importante en la vida y sobre todo en el deporte. La convivencia, en el día a día, en ese desgaste que existe... Sin esa ayuda sería todo más difícil. En esta realidad que a todos nos ha golpeado de alguna u otra forma, su trabajo fue fundamental. Nos dio las herramientas para poder sobrellevar las distintas situaciones, tanto personales como deportivas. Pasamos mucho tiempo encerrados en todos estos meses, lejos de la familia y sin poder compartirlo con ellos, fue duro. Hoy disfrutamos de nuestro presente gracias a él y a la fuerza de cada persona que integra este equipo. Cada uno tuvo su batalla personal para pelear y a nivel grupo nos acompañamos y fuimos ayudando . Nos conocimos mucho más, con todas esas cosas que a veces en el día a día se pasan un poco más por alto. Hicimos mucho trabajo de grupo, juntos, con charlas y debates, y eso también queda reflejado en que todos estos meses que pasamos juntos no hubo ningún problema. Eso fue lo que se terminó reflejando en este equipo y hacia dónde llegó, porque desde esa unión nos fuimos consolidando y porque, además del compromiso y la capacidad que ya de por sí tiene el plantel, necesitábamos acoplarnos así para afrontar un año tan difícil.
 
-¿De qué forma le gana este presente tan contundente de Quimsa a esa historia que tiene San Lorenzo?
-Lo más importante que no debemos perder es la esencia de este Quimsa, intenso en ambos costados, de siempre marcar el ritmo y jugar concentrados los 40 minutos. Sabemos que tenemos una buena rotación, que cada jugador que entra en la cancha rinde, que cada uno de nosotros puede aportarle cosas importantes al equipo. Creemos que si ajustamos un poco en algunas cosas, sobre todo en el scouting de San Lorenzo, y si no perdemos esa esencia, podemos ganar. Tenemos que imponer nuestro estilo de correr rápido, incomodarlos, dominarlos defensivamente y a partir de ahí también hacer nuestro juego de equipo adelante. Todo lo que hicimos durante el año tenemos que plasmarlo de la mejor manera, sabiendo que estamos acá gracias a todo ese esfuerzo que hemos hecho en toda la temporada, y creo que sería algo muy grande lograr el campeonato.

-Si bien ha ido mutando mucho porque arrancó la temporada sin varias de sus figuras y más allá de haber levantado su nivel con el paso de esos meses para volver a ser el protagonista de siempre, ¿ves esta versión de San Lorenzo algo más vulnerable respecto a otros años?
-Pienso que los partidos hay que jugarlos y que estas finales pueden darse para cualquiera de los dos. Creo que son dos grandísimos equipos los que van a jugarla. San Lorenzo va a ir a buscar ese pentacampeonato y nosotros trataremos de quitarles eso para poder coronar un gran año. Va a ser una final durísima, cerrada. Va a ganar el que se equivoque menos y cuide más los detalles, porque creo que en los detalles van a ser fundamentales para ganar este tipo de partidos. Ojalá nosotros podamos hacer las cosas bien y cerrar una temporada que sería excelente.
 
-Vos sumás otra final más a tu carrera y llegás a pleno después de haber pasado esta lesión que tuviste en los últimos meses y que te privó de varios partidos. ¿Desde lo personal cómo lo estás viviendo?
-Estoy pasando un momento muy hermoso en el que me siento muy bien, con muchas ganas y disfrutando cada momento. Lo vivo tranquilo porque afortunadamente hoy estoy al 100%, ya al nivel que puedo jugar y sumarle cosas importantes al equipo. Eso me pone muy feliz. No siempre se llega a una final y menos en nuestra Liga Nacional. Hoy estamos disfrutando nuestra cuarta final sobre cinco posibles y eso es maravilloso, para disfrutar plenamente sin dudas. El grupo está bien. Personalmente, tengo muchísima ilusión y nos estamos entrenando a full para estos juegos. Queremos el campeonato, pienso que nos merecemos terminar a lo grande esta temporada, pero tendremos adelante a un rival duro que se afianzó en los últimos meses y no por nada está en la final.
 
-Desde afuera da la sensación de que, a pesar de todo lo que vienen logrando y ganando, este Quimsa no conoce su techo todavía. ¿Adentro tienen ese mismo sentir?
-También lo sentimos sí, en muchos partidos. Sin ir más lejos, en la serie contra Boca por ejemplo, la hemos ganado 2-0 pero no terminamos los partidos con buen sabor, nos quedó un gusto a poco porque sabemos que podemos dar mucho más. Este es un equipo con muchísimo talento y experiencia, podemos dar mucho más y el techo no lo conocemos aún, incluso sé que podemos dar otro paso adelante en estas finales. Pienso que estamos para mucho más y trataremos de demostrarlo día a día, partido a partido.
 
Habla el Penka Aguirre
A los 33 años, es el Señor de los Anillos. Tiene una mano cubierta y quiere arrancar con la otra para alcanzar a Martín Leiva y Diego Osella y quedan a uno de los tres (Campana, Milanesio y Marcos Mata) que están detrás de Leo Gutiérrez (10). Pero, claro, antes de lograr estos hitos que quedarán en la historia, el Penka pasó por todas, las mejores y las peores, desde aquellos tiempos en su Santiago natal. Desde Prensa AdC reconstruimos su historia, con 11 testimonios que nos describen cómo ha sido el camino del base que ha dominado la competencia en los últimos años. 
Segundo (más grande) de cuatro hermanos, hijo de un oficial de Justicia y una maestra, Nicolás se crio en una familia de clase media, “que no le faltó nada pero tampoco le sobró nada”, como advierte su amigo Federico Robledo. De chico nomás, a los seis, se ganó el apodo por el que lo conocen todos. “Cada vez que me cortaban el pelo, me volvían a salir todos parados, como puntas de un cactus. Acá, en Santiago, a esa planta se le llama penka. Así me empezó a decir mi mamá y me quedó para siempre”, explica.
El barrio Jorge Newbery siempre fue su lugar en el mundo. Y ahí andaba, con su barra de amigos, practicando ambos deportes y empezando a sentir el cosquilleo de la competencia. En Santiago son muy famosos los torneos intercalles y allí, con vecinos de todas las edades, hay que jugar, a muerte, por el orgullo de la cuadra. “Yo no lo vi, pero escuché historias del equipo de Penka que era muy bueno y salía campeón seguido. Sé que él jugaba con sus hermanos, el padre y algunos vecinos, que los terceros tiempos eran muy divertidos…”, adelanta Enzo.

Víctor Cajal, otro de los bases de esa camada que terminó como amigo íntimo de Penka por compartir selecciones provinciales, no tiene dudas de que allí se formó Aguirre, un poco en el juego y también en su personalidad. “En esos torneos tenés que hacerte hombre. Ahí Penka se hizo mañoso, su juego de potrero viene esos picados. Por eso ahora puede jugar con 5.000 personas en contra y no se pone nervioso”, compara. Aguirre acepta que aprendió mucho en esos torneítos. “Y sí, algunas mañas sumás cuando uno tiene 12 o 13 años y juega contra adultos que no saben perder... Yo tuve duelos picantes, con líos, pero ahora sé que está más controlado, con árbitros y policías. Es un evento lindo, se llena el estadio y va toda la familia, desde los más chicos hasta los más grandes. Tengo los mejores recuerdos”, describe Nico.
En el barrio o en los clubes por los que pasó, Penka ya mostraba condiciones, aunque había una virtud que estaba por encima de todas, quizá como pasa hoy. “Impresionaba por su carácter. Recuerdo que con 11 años dirigía todo. El jugaba en Juventud BBC y cuando lo teníamos que enfrentar, en vez de decir el nombre del club, decíamos ‘la próxima fecha nos toca Penka’. Con el temperamento que ya mostraba era imposible pensar que no alcanzaría lo que se propusiera…”, asegura Enzo, quien luego lo tendría de compañero en Independiente (hoy compite en el TNA), cuando Nicolás decidió cambiarse.

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