Jorge Nelson Torres
Jorge Nelson Torres.
BÁSQUET

Jorge Nelson Torres: “Sea bienvenido el apoyo de las instituciones al básquetbol en silla de ruedas”

El exjugador juninense habló sobre los rumores de entidades gubernamentales que le darán un espaldarazo a este deporte nacional para el 2021.

Siempre me dijeron Jorgito como un sobrenombre porque mi abuela, de chiquito –y hasta que ella falleció-, me nombró de esa manera.  Hasta mi zapatería se llama Jorgito.

La verdad que me pone muy contento que el Estado y los entes oficiales de básquetbol apoyen a los discapacitados que quieran iniciarse en el deporte con las sillas de rueda.

Esto necesitaba y necesita un apoyo oficial. Hay que tener una buena silla, un buen lugar para poder desarrollarlo.

Es muy difícil que los chicos y chicas se integren con la discapacidad. Generalmente se inhiben para darse a un deporte y muchas veces es difícil apoyarlos porque no todos quieren hacer deporte. No todos aceptan la discapacidad.

En mi caso la acepté desde un primer momento. Igualmente a mí me gusta mucho el deporte, me salió la posibilidad de Newell´s Old Boys en su momento y el conjunto de cosas me llevó a practicarlo durante 19 años.

Era un poco complicado porque yo estaba en Junín y no había ningún club que hiciera esto, salvo en Rosario. Pero el Club Ciclista Juninense me abrió las puertas. Si hasta tiraba al aro Chuny Merlo, que era muy chico, cuando yo iba a practicar a Ciclista. Después del almuerzo me iba con una silla común.

Pero para esto se necesita una silla especial, que debe andar hoy arriba de los doscientos mil pesos. Las ruedas son especiales, con un botón en el medio que se aprieta para que salgan las mismas. Algunas son de antimonio y otras de aluminio que las hace más livianas.

Lógicamente que para tener una escuela de iniciación a este deporte se necesitan como mínimo doce sillas, para practicar, para los suplentes, es una inversión de dinero muy importante.

En Rosario, en ese momento cuando yo iba, Newell´s tenía el apoyo incondicional de la Asociación Rosarina de Deportes. Entonces conseguían las sillas importadas, que eran  alemanas.

Y a cada uno nos daban una silla que quedaba bajo nuestro cuidado. Eran casi sin respaldo, sin rayos, lo que las diferenciaba de las sillas comunes. Pero había que mantenerlas y eso era otro costo. Se pinchan, se doblan, un choque siempre hay. Y tienen que tener alguien que se dedique exclusivamente al mantenimiento de las mismas.

Otro de los respaldos era económico por los viajes. Se necesita una buena trafic, cómoda, grande, para llevar quince personas más los elementos de juego.

Igualmente el piso flotante necesita más cuidado que lo normal. Las sillas dañan la madera por más que no se quiera hacerlo. Van en velocidad con las sillas, se caen y se raya el piso. Hay muchas cositas.

Nosotros jugábamos en el estadio mundialista de Newell´s Old Boys, que  tenía piso de parquet y aguantaba mucho más el roce que los de ahora. 

Estaría bueno para practicarlo como un deporte local. Hay instituciones como Argentino que cierta vez trajo equipos de Mar del Plata, de Capital Federal, de Rosario, para un torneo que lo utilizó como para ver qué pasaba. Pero solo quedó en que fue un torneo. No prendió.

Insisto en que el apoyo oficial es fundamental. Por los propios medios, es muy difícil que lo puedan hacer.
Los viajes a Rosario
“Allá por el ´82-´83 empecé a jugar al básquet en silla de ruedas. Fue por intermedio de Jorge Vega, que es de La Matanza. Me hizo los contactos con la gente de Newell´s Old Boys de Rosario. Me conectó con el profesor Luis Pino, me fui a probar y quedé. Yo viajaba con la empresa Pullman General Belgrano los sábados a las 13. Cargaba la silla de rueda en el buche. Allá practicábamos el sábado en el estadio Mundialista y me venía el domingo a la noche. Un sacrificio bárbaro.
 
Campeón nacional
La categoría del equipo es única. Se jugó por zonas (norte y sur) y nos fuimos eliminando.

Quedamos 10 equipos y fuimos al Cenard donde salimos campeones, por dos puntos en la finalísima. Fue en el año 1989. Vino a jugar Mar del Plata, CeMeFir Club de La Matanza, La Pampa, Santa Fe, Entre Ríos.

Además fuimos varias veces campeones en los torneos zonales que se organizaban para poder tener una competencia más activa.

Cada jugador tiene un puesto. Eso va por lesión física. Por ejemplo yo tengo categoría uno, lesión medular. Está el dos que tuvo Poliomielitis. Al tres le falta una pierna, otros le faltan los dedos, y así sucesivamente.

Se tiene que sumar entre doce y catorce puntos entre todos los participantes del equipo. Yo por ejemplo, soy uno, está el tres, el dos y así se va armando. Uno de cada categoría para que no haya ventaja. Los recambios son uno por uno, tres por tres, etc. Esto lo regula la Federación  Argentina y está el mundial que son los Juegos Paralímpicos.

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