BÁSQUET

Antoni Vicens Jaume Morey: Un español en Las Morochas

El último refuerzo de Argentino de Junín se presentó en sociedad y habló de su carrera, el básquetbol nacional y lo que fue contagiarse el Covid-19 en la Argentina.

Nací en Palma  de Mallorca. No había virus en ese entonces (risas). Una ciudad turística que creció constantemente. Es una isla que vive del turismo, pero cuando yo era chico no estaba tan masificado como ahora. Se multiplicaron los hoteles con el paso del tiempo y otros tipos de alojamiento y lugares de diversión.

De chico hice todos los deportes hasta que encontré mi amor por el básquet. Comencé haciendo Judo en el colegio. Luego pasé a hacer bádminton, handball, fútbol, tenis que fue mi último deporte antes del básquet.

Había ganado unos cuantos torneos de tenis pero necesitaba un deporte que me llenara más. Es un deporte muy psicológico.

Y con 13 años medía 1,93 metros y en el recreo de los colegios jugando con los amigos al básquet ya volcaba la pelota. Entonces mis amigos me inculcaron a probar con este deporte.

Comencé con 14 años y fue todo muy rápido. En dos meses me llamó la selección autonómica de Baleares para jugar un campeonato de España con chicos hasta un año más grandes que yo.

Terminó el verano y tuve ofertas del Barcelona, Madrid, Unicaja, Valencia y fui a varios campus con ellos. Estuve jugando un torneo en Grecia con la Selección Española sub 15.

Fiché en el Estudiantes de Madrid. Tengo muy buenos recuerdos aunque me  costó adaptarme. Era muy joven.  Donde yo vivía se estudiaba Catalán y en Madrid era todo castellano, el nivel era superior, la residencia era a dos horas del colegio y me tenía que levantar a las 6 de la mañana para luego volver a entrenar. Era un ritmo que me costó mucho. A pesar de todo me formé como jugador.

Volví a la Selección Española juvenil y con Ricky Rubio de entrenador y fuimos campeones de Europa sub 16. Fue todo muy rápido.

Estaba en el segundo equipo de Estudiantes donde hice los tres años que me habían prometido de contrato, luego me querían ceder a otro equipo y hubieron un par de discrepancias que me hicieron dar un paso al costado.

Me fui a Sabadell, Liga EBA, ocho años. Habían hecho un equipo de los que pasaban de juvenil a senior. Jugué con tres chicos del Barsa, había otro de Gran Canaria y estaba Jonatan Maldonado de Argentina que ahora está en San Lorenzo. El promedio de edad era 18-19 años y fuimos terceros en una temporada increíble.

Fui a jugar un mundial sub 19 con la Selección Española Sub 19. Enfrentamos a Argentina, Australia, Canadá y de ahí di el salto a la segunda división.

Volví a Mallorca en un proyecto de la LEB Plata para subir y logramos llegar a la LEB Oro.  Me llamó posteriormente Orense y subimos por segundo año consecutivo.

Regresé a Mallorca con el Palma dos años en la LEB Oro, me fui a Palencia, regresé y a partir de ahí comencé a tomar conocimiento que no me llenaba estar en España. No eran las condiciones que yo quería y decidí irme afuera.

Me fui a Austria al ABC Lions Dornbirn, fichado por un entrenador español.  Fue una experiencia muy buena. Pasé de ser un sexto hombre en España a ser una ficha extranjera con más de treinta minutos. Fui goleador de la Liga. Hice un año espectacular.

Me fui a Francia, a Colomiers. Fue un año complicado, hubieron lesiones, el equipo no iba muy bien. Había muy pocos entrenamientos.

Decidí irme a Islandia, al año siguiente, con otro entrenador español. Estuve dos meses solo. Los resultados no aparecieron y nos volvimos con el entrenador a España.

En el medio mi abuela se enfermó y decidí quedarme en Mallorca. Estuve en un equipo de segunda división. Paralelamente cursaba unos estudios a distancia.

Estando en Mallorca, LEB Plata, le había puesto una cláusula al contrato que si me llamaban de una Liga superior podía rescindir gratuitamente el contrato. Había sido MVP en la segunda jornada, el equipo ganando, todo sobre ruedas y vino el Covid 19. Nos suspendieron  algunos partidos porque no había burbujas, sino local y visitante.

Justo me llegó la oferta de Argentino de Junín y no lo dudé ni un instante. Hice valer la cláusula y acá estoy.
La verdad que la Liga Nacional es diferente a lo que he jugado en mi carrera.  Veo una Liga física. Hasta los árbitros son distintos. Acá te hablan durante el partido. Es distinto.

Pero la competencia es de un gran nivel. Con gente joven y que se nota que quieren vivir de esto, de jugar al básquetbol.

No me contagié allá y me contagié acá. Estuve ocho meses en Mallorca, lo tenían muy controlado al virus. Pero justamente venir aquí y a la semana contagiarme el virus es un poco chocante. Fue duro a nivel de estar encerrado 14 días en una habitación y no poder salir ni para ver el sol. El cuerpo se atrofia de no moverse, uno gana peso y psicológicamente es difícil. Pero ya estamos de vuelta y muy contento de haber recuperado la libertad.

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