Cuando la NBA y la NBPA acordaron la reanudación de la temporada en la burbuja de Orlando, los jugadores no solo pretendían terminar con la accidentada campaña, sino también que la acción sirviera como vidriera y como estímulo en la lucha contra el racismo y la desigualdad en contra de la comunidad afroamericana. Todo parece indicar que los objetivos planteados van cumpliéndose.
El pasado lunes una delegación integrada por Kyle Korver, Sterling Brown, Jonathan Isaac, Anthony Tolliver y Marco Bellineli, junto con la directora ejecutiva de la asociación de jugadores, Michele Roberts, viajó hasta el Vaticano para llevar a cabo una reunión histórica nada menos que con el papa Francisco.
El cónclave cobró vida luego de que la semana pasada un enviado del sumo pontífice se comunicara con la NBPA para expresarles el deseo de Francisco por conocer de cerca los detalles de la lucha que los jugadores de la NBA están llevando a cabo contra el racismo.
“Ustedes son unos campeones. Pero además están dando el ejemplo de lo que es el trabajo en equipo conservando la humildad y manteniendo su propia humanidad”, les elogió el argentino.
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