BÁSQUET

José Luis “Tatote” Pagella

Nacido en las entrañas del club 9 de Julio llegó a jugar en River Plate y la Selección Nacional.

Nací en el barrio del club 9 de Julio, calle Mitre 326. Todavía había calles de tierra, pocas casas. Hasta las plantas eran chicas, recién plantadas.

El club 9 de Julio tenía su sede en Saavedra y Alemania. La cancha de básquet estuvo siempre en el mismo lugar, pero sin el tinglado ni el edificio lógicamente. Era una cancha de cemento. Detrás del tablero que da espaldas a calle 9 de Julio había como cuatro metros de césped, la pared y la calle. Ahí se hacían los reducidos de fútbol famosos en la ciudad por aquel entonces, con Ale Toco, GyD. Impresionante la cantidad de gente que juntaban todas las noches.

Con los pibes del barrio era pasarla todo el día en el club, no había otra cosa. Alternábamos entre el Social y el 9 de Julio. Había campitos alrededor que íbamos a jugar al fútbol.

En realidad Salvador Chiaravino me llevó a jugar al fútbol a Defensa Argentina. Jugaba de seis. Por suerte dejé de jugar y eso que había fichado. Estuve hasta la sexta división.  Pero hacía las dos cosas al mismo tiempo, básquet y fútbol.

En 9 de Julio estaba de técnico Ives Sicardi. Después fue el Gallego Giménez, luego Quintanal que fue el que más tiempo estuvo con nosotros. Yo ya para ese tiempo estaba en juveniles y participaba con la Selección Nacional en los campeonatos Argentinos o con la selección de Provincia.

No pude salir campeón con las inferiores del “9”. Sí logramos un subcampeonato contra Ciclista Juninense. Fue una final en cancha de Los Indios que se armó un lío tremendo.  Alguien había llevado una bolsa con bombas de estruendo y uno de la hinchada contraria fue y le metió un fósforo.  Explotaron todas las bombas, se rompieron hasta los vidrios de las casas de los vecinos. Fue un escándalo, impresionante. Corría el año 1971.

Yo había jugado un campeonato Argentino en Tucumán y en 1972 fuimos a jugar otro a Córdoba que perdimos la final contra el local, en juveniles.

Después, en 1973, salimos campeones sudamericanos en Bahía Blanca con la selección argentina de juveniles.

De ahí pasé a mayores. Hice mi primer campeonato argentino en 1974 en La Rioja.

Acá en el básquet local jugaban menores con primera, en doble jornada el mismo día, y juveniles con segunda en otra jornada separada. Yo jugaba en las cuatro categorías, todos los partidos.

En primera entraba uno o dos minutos porque era muy chico, pero me ponían igual.

No es que los Pagella tomamos la manija en 9 de Julio. Si llegamos a primera y cambio el equipo. Jugamos una gran final en 1972, en cancha de Ciclista contra Argentino. Ese día cuatro horas antes del partido se habían cerrado las puertas del estadio porque no entraba un alfiler más.

Nosotros tuvimos que pasar poco más que por arriba de la gente. O sea que los protagonistas no podíamos llegar a la cancha. Esa noche el silbato nos perjudicó demasiado y perdimos. Éramos todos muy chicos. Había una diferencia de cómo siete años con los de Argentino y a la larga se notó. Fundamentalmente porque en esa época los chicos no tenían tanto crecimiento como en la actualidad. Hoy con 15 ó 16 años están totalmente hechos en el juego.

Temporada por medio salimos campeones nosotros en 1974, que fue el año donde jugué el Mundial con la selección en Puerto Rico. Después quedó el campeonato desierto, al año siguiente. Sucedió que yo y Quique Biurrun teníamos el número 12 en la camiseta.  Hubo una falta y no se sabe a quién se lo anotaron. Perdimos pero no se jugó nunca más la final. Fue en 1975 porque yo ya estaba enrolado en el Servicio Militar Obligatorio. Es más,  estando en instrucción me sacaron para practicar porque no se sabía si se jugaba o no.

Salí del servicio y me fui a Buenos Aires, a River Plate. Yo ya venía haciendo giras con River, me venían a buscar como refuerzo. Me sacaban del Cuartel con permiso de “arriba” y me llevaban a las giras por el norte del país o por el sur. Hasta  jugué un panamericano en México con la Selección. Estuve como dos meses fuera de servicio. Pero hice 14 meses y 7 días porque me agarró el golpe de estado y nos dejaron “pegados” más de la cuenta.

Junto con Martín y Raffaelli habíamos hecho una gira por China, que la había conseguido Perón por intercambio deportivo y cultural. Volviendo pasamos por Hong Kong integramos el equipo de mayores de Argentina. Volví a Junín y a la semana me llegó el telegrama que integraba la selección. Ahí empecé con los mayores y terminé en 1985. Comencé jugando con Cabrera, Froet, Herrmann y seguí con Raffaelli, Martín, Perazzo y terminé con Milanesio y  Campana. Pasé por tres generaciones de basquetbolistas.

En River me fue muy bien. Estuve 12 años. Prácticamente una vida. Cuando River me vino a buscar, yo estaba en el Servicio Militar. Entonces, un dirigente tenía que mandar un telegrama para que me inscriban en el básquet de Capital. 9 de Julio  no puso ningún reparo. Pero el dirigente en ves de firmarlo como si fuera yo, lo hizo en nombre de él.

Conclusión: estuve seis meses sin jugar oficial. Solamente estaba en los partidos amistosos.

Hice un paso por Gimnasia de Pergamino, en la Liga Nacional, con Marcelo Duffy, Carlos Spurio, Manzana Musso, Gandoy. Hicimos un buen torneo, llegamos a cuartos de final y perdimos con Olimpo de Bahía Blanca.

Luego me volví a Junín, más allá que me ofrecieron ser técnico en Pergamino. Acá jugamos el provincial de 1989 que perdimos la final con el Bahía de Montenegro.

Podría haber seguido jugando la Liga, pero no tenía ganas de hacer mudanzas, mi hijo tenía tres años, se juntó todo.

La primera vez que le ganamos a Rusia con la selección fue en la última pelota, con un toque mío. Hubo salto entre Pratto y Kachenko. Ganó Pratto, la pelota salió hacia un costado y la ganó Martín. Tiró a la canasta, pegó en el aro y salió hacia el otro lado. Yo estaba cerca, sabía que faltaba poco, no atiné a agarrarla y le pegué con la palma abierta. Entró, giré la cabeza y el reloj estaba en cero. Con el tiempo hicieron un estudio –Orcasitas con Figueras- de las secuencias de las fotos y realmente el cachetazo estaba dentro del tiempo permitido. Lógicamente los rusos reclamaron que no valía. Después fuimos a Rusia y nos ganaron por cuarenta. Era la Copa Intercontinental. Eran cuatro países de América y cuatro de Europa. Fuimos a Italia, Bélgica, Yugoslavia y Rusia. Ahí me tocó marcar nada menos que a Dražen Petrovic.

En ese interín los juveniles le ganaron a Rusia en el mundial de Brasil, con Aréjula y Duffy.

En 1980 fuimos a jugar el preolímpico de Puerto Rico y nos clasificamos para las olimpíadas. Pero como EE.UU. le había hecho un boicot a Rusia, no viajamos a jugar. Fue el único torneo que me faltó jugar.

En 1981 llevo a Daniel Aréjula, Marcelo Duffy y Aldo Yódice a River Plate. Vinimos en 1985 a jugar a Junín, teníamos un equipazo. Fuimos subcampeones argentinos, perdimos con Obras que tenía a los panameños, Cadillac, Raffaelli, Perazzo. Y en Tarija, Bolivia, perdimos la final con Corinthians de Brasil. Íbamos ganando por 17. Salimos subcampeones sin extranjeros. Después contrataron a Clifford y otro venezolano.

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