BÁSQUET

Eduardo Fabián Tenti: “El Chino”

Jugador de Ciclista Juninense y múltiple campeón con las selecciones locales. Encabezó un proceso de crecimiento histórico como presidente del Ciclista de los ´90.

Nací en Junín en el barrio El Picaflor, en calle 25 de Mayo frente a lo que fue La Regional del Norte.
Fui a la escuela número 2 y luego al Colegio Nacional. Tuve de compañeros a chicos que jugaban al básquet en Los Indios y Ciclista, como Gustavo Carrón, Álvarez Rea, Raúl Scaglione.
En el barrio se jugaba al fútbol en lo que era la vereda de La Regional del Norte y al básquet en Ciclista o Los Indios.  En la temporada de verano íbamos todos al Newbery a hacer natación y también teníamos gimnasia.
Desde el mini arranqué a jugar en Ciclista Juninense. Estaba Polo Cárdenas de técnico. Y en la selección de Junín estaba Darío Racero.
Hice todas las inferiores en Ciclista y paralelamente participaba en los equipos seleccionados de la ciudad de Junín, hasta que me fui a la facultad en 1978. Igual allá no jugaba, seguía viajando a Junín para participar en la selección juvenil de 1978 que se hizo el provincial en nuestra ciudad.
Con las inferiores de Ciclista no pude salir campeón, pero sí con las selecciones de la ciudad. Logramos el primer título de mini de la historia, en un torneo que se hizo en San Nicolás.  Estuve en todas los equipos, preinfantiles, infantiles, menores, juveniles y mayores, donde jugamos el famoso provincial de 1977 en Pergamino.
En la primera de Ciclista debuté a los 15 años con el Pocho Abdala, Carlos Abadía, Hugo Codrini. Debuté contra el San Martín de los hermanos Sofía.
El básquet en ese tiempo era de mucho contacto físico. Había que entrenar bastante. En Ciclista íbamos todos los días, no nos daban tregua.
En 1984 me recibí de abogado, volví en 1985 a Junín y fue justo cuando llegó el furor de los americanos. La exigencia de entrenamiento era el doble, ya tenía mi estudio en marcha que me llevaba más tiempo y jugué un año con Sarmiento el campeonato de la Asociación Juninense y me retiré. En el Verde estaba el Cabezón Marchesi, Adrián Capelli en sus comienzos.
Dirigencialmente me involucro en Ciclista cuando me llamó Rodolfo Rossellini. Fui secretario del club. Invitaron a Ciclista a jugar el TNA y había que hacer una movida muy grande. Eran obras importantes que comenzaron a hacerse y al año siguiente se alejó Rodolfo y quedé como presidente durante 5 años, hasta el 2000.
Fueron años duros porque exigían de la AdC obras permanentemente. Tuvimos que hacer el piso flotante, cerrar perimetralmente la cancha para las publicidades, mesa de control, tablero electrónico, plataforma para la televisión, lugares específicos para la prensa escrita y radial. Realmente la obra fue grande en ese momento.
Durante el proceso de la “B” y primer año de TNA se alquilaban las sillas de chapa para cada partido. Traían 300, se pagaba el alquiler y al otro día se devolvían.
A partir del segundo año se hizo otra obra importante donde se instalaron 600 plateas fijas, de plástico, aproximándose a lo que es hoy en día.
Los extranjeros eran más caros porque en ese momento no valían menos de 4.000 dólares cada uno. Se jugaba con uno solo. Después había que traer jugadores. Vinieron Teodoro Miguel Michalópulos, el Griego, Diego Belvedere, Ramiro Carulla, Néstor Ibarra, el extranjero Keenan Jourdon.
Era un buen grupo humano, jugadores que pasaron por Junín y dejaron un antecedente muy lindo.
Me tocó vivir el escándalo con los  árbitros Sampietro y Firpo, en 1996. Sentíamos que no estaban dirigiendo bien, que eran intencionados, buscaban el conflicto y de eso los únicos que salen perjudicados son los clubes. Después de eso vienen las sanciones, las multas, los descuentos de puntos. Todo eso hacía mucho daño al club, que como todo club de barrio las cosas se hacen con el esfuerzo de toda la gente.
Lo bueno de esa época era que nosotros sacábamos entradas anticipadas, poníamos un cartel en el boulevard de la Avenida San Martín y vendíamos la totalidad antes del partido. Y eso que jugábamos para el descenso, no peleábamos arriba. Hemos jugado por el descenso dejando gente afuera.
Como todos los años la elección de presidente no es fácil, terminé en el 2000 muy cansado y agarró un grupo nuevo. Fueron cinco años y en el historial de los presidentes del club la mayoría dura uno o dos años como mucho. Es un gran desgaste la actividad dirigencial, más cuando la actividad no es sustentable y el club se tiene que hacer cargo de todo con mucho esfuerzo personal.
El básquet hoy es más atractivo, muy dinámico, de resolución inmediata. Lo que se ve mal es el tema del cambio de jugadores, que dentro de una misma liga empiecen jugando en un club y luego se vayan a otro. No tienen identidad con la camiseta. Eso le hace mal al básquet. El hincha va a la cancha un día, grita los goles de un jugador y a los meses lo tiene en contra.
¿Ginóbili? Sin duda un número uno. Ha demostrado ser un señor dentro y fuera de la cancha. Un caudillo en tierra ajena. Un ejemplo de persona.

COMENTARIOS