En cualquier deporte, cuando un equipo tiene un jugador menos en la cancha, generalmente pierde. El básquet no es las excepción a las reglas del juego.
Ese equipo fue Argentino. Llevaba una jugosa ventaja en el tercer cuarto y con Anthony Kent en la cancha Weber Bahía se hizo un pic-nic.
Recuperó la diferencia y alcanzó numéricamente a su rival.
Fue lo más parecido al cuento de la tortuga y la liebre.
Y caballo que alcanza, ganar quiere.
Ese fue Weber que aprovechó el propio estado de desconcierto de Argentino –que tenía el partido dominado y le cedió la posta- para poder cerrar el juego a su favor.
Un trabajo impecable del base Luciano Parodi –a quien Argentino miró tirar casi toda la noche- le dio la posibilidad a la visita de levantarse una y otra vez en el juego, hasta consolidar la victoria con un triplazo a falta de 1´14” produciendo el quiebre del partido.
Otros dos valores sobresalientes fueron el juninense Facundo Corvalán –que le aguantó el partido en el medio juego- y Máximo Fjellerup, brillante en el cierre.
Argentino regaló demasiado, en el comienzo y en el final. Sumó su segunda derrota consecutiva como local.
Marcos Saglietti tuvo una gran noche en Las Morochas.
Ahora el Turco enfrenta una gira dura, en el sur, el domingo ante Hispano Americano de Río Gallegos (el sábado) y en capital el lunes contra San Lorenzo de Almagro, partido cuya televisación está confirmada a través de la pantalla chica por la empresa TyC Sport.
Luego se queda en capital federal para enfrentar a Boca Juniors.
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