Marcilla junto a su compañero de competición Miguel Salem, de quien solo la muerte lo separaría.
Marcilla junto a su compañero de competición Miguel Salem, de quien solo la muerte lo separaría.
HOMENAJE A UN GRANDE

El eterno recuerdo del Caballero del Camino: a 70 años de la trágica muerte de Eusebio Marcilla

Se cumple un nuevo aniversario del accidente fatal de la Quinta Vuelta de Santa Fe, que le costó la vida al ídolo del automovilismo juninense. Un repaso por la trayectoria de un piloto que se ganó el respeto del mundo deportivo y un legado que aún perdura en el imaginario popular.

Cada 14 de marzo, el deporte y la comunidad de Junín se unen en el recuerdo de una de sus figuras más emblemáticas: Eusebio Marcilla. 

El trágico recuerdo de aquel día, pero de 1953, cuando el "Caballero del Camino" -apodo que se había ganado por su destacada reputación en el ámbito del automovilismo- perdió la vida en un accidente, mientras disputaba la Quinta Vuelta de Santa Fe, continúa enlutando a los argentinos amantes del deporte motor, al mismo tiempo que la leyenda del piloto nacido el 16 de julio de 1914, en calle Lebensohn 36, todavía perdura y hasta sigue agigantándose en el imaginario popular juninense. 

Hoy, a 70 años de su muerte, Eusebio Carmelo Marcilla volverá a ser recordado y homenajeado en su ciudad natal. Hijo del español Carmelo Marcilla y Carmen Balbi, Eusebio transitó su primera infancia en el preescolar del colegio "Roma", que funcionaba en aquellos años inaugurales del siglo XX en la sede de la Sociedad Italia Unita, en calle Belgrano 84.

En 1919, la familia Marcilla se mudó a Córdoba, pero regresaría a Junín unos años más tarde, en 1926. Apenas con 12, Eusebio comenzó a trabajar en un taller mecánico, ubicado en General Paz y Jorge Newbery, y fue testigo de carrera de automovilismo, que tuvo lugar en la calle Italia, cerca de donde hoy se encuentra la Ruta Nacional 188.

A los 15 años, Marcilla ingresó a trabajar a la Casa Buisán, concesionaria de Chevrolet, ubicada entonces en Ataliva Roca 49, en donde comenzó atendiendo el surtidor de nafta y luego pasó al área de repuestos, hasta llegar, finalmente, al taller.

En 1932, con 18 años, instaló un taller mecánico propio junto a su amigo Teodoro Baños. Más tarde, en sociedad con Juan Aio, se mudó a Coronel Suárez 121, en donde se dedicó a la fabricación de bombas diafragma. Seis años después, junto a Héctor Bozzetti, Marcilla comenzó a operar la línea de colectivos urbanos “El Obrero de Junín”. En 1939, ingresó como chofer a la empresa de ómnibus La Florida, en la que cubrió el trayecto Junín-Luján. 

Ese mismo año, el 17 de diciembre de 1939, disputó por primera vez una carrera de automovilismo, en Salto, en la categoría Fuerza Limitada, con un auto que había preparado en su casa, sobre la base de una cupé Chevrolet 27. La largada lo encontró en el puesto 32 y terminó clasificando cuarto. Al año siguiente, participó en otras dos competencias de Fuerza Limitada: el 10 de marzo, en Totoras, Santa Fe, en donde clasificó 4°; y el 8 de septiembre, en la pista del Aero Club de Junín; en donde clasificó 2°.

Con el anhelo de verlo en un Gran Premio, un grupo de seguidores de Eusebio conformó una “Comisión Pro Participación”, para recaudar fondos por medio de veladas, rifas y bailes. Así, consiguió hacerse de una cupé Chevrolet, con la que, el 27 de septiembre de 1940, participó del Gran Premio Internacional del Norte. 

En una etapa de la prueba, Marcilla se detuvo a auxiliar a los hermanos Oscar y Juan Gálvez, que habían desbarrancado en la montaña. Luego, entre Arequipa y La Paz, fue el propio piloto juninense el que volcó y debió abandonar. Su primera victoria llegó el 12 de enero de 1941, en las 12 horas de Rafaela. El 31 de agosto, también venció en la Vuelta de Añatuya. Su siguiente triunfo llegó el 18 de julio de 1948, en la Vuelta del Chaco.

En 1948, Marcilla disputó el Gran Premio de América del Sur, conocido como “la Buenos Aires - Caracas”, acompañado por Miguel Salem. El 29 de octubre, el multicampeón mundial Juan Manuel Fangio, junto a su acompañante Daniel Urrutia, sufrieron un grave accidente y Marcilla se encargó de socorrerlos. 

Aquella decisión impidió a Marcilla conseguir la que hubiese sido la mayor victoria deportiva de su carrera, pero le valió el reconocimiento como “el Caballero del Camino". Ente 1949 y 1952, registró 6 triunfos más: el 2 de octubre de 1949, en la Doble Vuelta de Rojas; el 11 de junio de 1950, en la Vuelta de La Pampa; el 2 de julio de 1950, en la Vuelta de Córdoba; el 2 de marzo de 1952, en la Vuelta de Santa Fe; el 6 de julio de 1952, en la Vuelta de Córdoba; y el 12 de julio de 1952, en la Vuelta del Oeste.

El inesperado final

El 14 de marzo de 1953, Marcilla y Salem lideraban la Quinta Vuelta de Santa Fe, cuando atravesaban la Ruta Nacional 166 (hoy Ruta Provincial 70). Al llegar al empalme con la Ruta Nacional 11, en la localidad de Recreo, el auto chocó de costado contra una columna de hormigón.

El accidente provocó la muerte de Marcilla, mientras que Salem resultó herido. La noticia conmovió a todo Junín, que se unió en un multitudinario sepelio, cuyo cortejo se extendió desde la Plaza 25 de Mayo hasta el Cementerio Central. Terminaba así la vida del ídolo deportivo y nacía la eterna leyenda del "Caballero del Camino".

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