EXIGENTE PRUEBA DE MONTAIN-BIKE EN VILLA DEL TOTORAL, CORDOBA

El juninense Javier Martín Iriarte se destacó en el "Desafío del Camino Real"

Participaron más de 550 pedalistas y nuestro representante finalizó noveno en la categoría Master A-1.

Con gran suceso, se disputó en Villa del Totoral, Córdoba, la primera edición del "Desafío del Camino Real" y hasta allí viajó el juninense Javier Martín Iriarte, quien terminó noveno, entre más de 50 exponentes, en la categoría Master A-1.
La carrera de mountain-bike, presentada hace unos meses en sociedad con una más que atractiva propuesta de premios en metálico, convocó nada menos que 550 corredores de diferentes puntos del país.
Las cifras -tanto de premiación como de inscriptos- no es habitual para una primera edición de cualquier carrera de mountain-bike en nuestro país.
Más aún si tenemos en cuenta que los 79 kilómetros del trazado imponían en la consideración previa de cada corredor, respeto e interrogantes.
Los rallyes regionales normalmente promedian 45/50 km en el mejor de los casos, y saltar a esa distancia implica muchas veces un reto. Claro, esta consideración es válida para la gran masa de corredores que integran el pelotón que corre fundamentalmente por la pasión de ser biker.
Ellos son los que hacen el número, los que hacen que las cifras cierren a la hora del balance de las organizaciones, con la suma de sus aportes por inscripciones. Y están los otros, la elite que cada categoría tiene, algunos inclusive profesionales consumados que viven de y para el ciclismo de montaña.
El primer Desafío del Camino Real tuvo todo, convocatoria y buen nivel, con la presencia de figuras de la actividad, entre ellos Luciano Caraccioli, Mariela Brizuela, Catriel Soto, Soledad Fernández, Ignacio Gili, Noelia Rodríguez, Ranquehué, Pereyra, Mallo, Facchín, Caparroz, Raffler, el juninense Iriarte, Diego Penedo (General Pinto) y muchos notables más.
Villa del Totoral es un pequeño pueblo de 11.500 almas. Tiene un río que proviene de vertientes de deshielos que emergen en la zona, y le dan una frescura particular al agua.
Y tiene el Camino Real. Transitando parte de él, se desarrolló la carrera. Es muy parecido a otros caminos cordobeses, sin embargo su origen e historia lo hacen diferente, ya que era parte del camino obligado para unir Buenos Aires con el Alto Perú, en épocas del Virreinato del Río de la Plata.
Se largó por categorías, en cortos intervalos de tiempo, imitando el estilo de Río Pinto.
Buena decisión. Corría viento, y eso planteó una carrera conservadora en todas las divisiones. Los primeros 20 kilómetros son un falso llano en leve ascenso y repechos cortos.
Al llegar a La Posta de Macha ya la primera selección de corredores quedaba hecha; se sucedían los ataques, esos que no por largos sino por repetidos van quitando piernas. Un largo círculo serrano de 38 kmts. con continuos desniveles volvía a empalmar la carrera con el tramo inicial, ahora con viento a favor y en leve descenso.
La carrera fue rapidísima, algo así como un rural bike con repechos. Caraccioli, Catriel y Juan Pablo Pereyra estuvieron en el orden de las dos horas veintitrés minutos para correr casi 80 kmts.
También "voló" Mariela Brizuela, quien ganó con amplio margen la general femenina.
La organización se dio tiempo para armar una muy buena manga de llegada, y una asistencia final a los corredores que incluyó chorizos y empanadas para cada uno de los 550 que se animaron esta primera vez.
Fue, en suma, la carrera de mountaín-bike que mayor cantidad de dinero en premiación ha otorgado hasta el momento el ciclismo de montaña argentino.
Ya en la línea de llegada, las promotoras lucían en sus remeras la inscripción "II Desafío del Camino Real, septiembre del 2011, $ 100.000 en premios".

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