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Belgrano de Morse: Pueblo chico, sentimiento enorme

El actual presidente de la institución, Horacio Balbino Fernández, detalló el trabajo que se viene realizando y explicó el gran esfuerzo que se realiza para mantener al club de pie

Horacio Balbino Fernández (69) es el actual presidente del Club Atlético Belgrano de Morse y en diálogo con Democracia recordó que hace 57 años que está en el club de sus amores. 
Primero fue jugador y después dirigente. Lleva los colores en la sangre y expresa como pocos un sentimiento enorme. Ama el fútbol pero mucha más satisfacción le genera ver crecer a su querido Belgrano. 
En una charla exclusiva, Horacio repasó su historia y la de un club que ocupa un lugar irremplazable en su vida. 

- ¿Cómo y cuándo se relaciona con el club?
- Cuando tenía 12 años empecé a jugar y a partir de ahí nunca más dejé de estar. Tuve la posibilidad de jugar, luego de ser dirigente, fui tesorero y finalmente presidente hasta el día de hoy. Ya van 57 años que estoy en el club. La cuestión del rol es relativa, porque en algunos tiempos fuimos muy pocos y cada uno cumplía muchos roles. Si había que hacer de utilero lo hacíamos. En los clubes como los nuestros hay que hacer de todo. 
 

- ¿Qué recuerda de su etapa como jugador?
- Me gustaba mucho y no tenía problemas en jugar de cualquier puesto. Me acuerdo que un par de veces atajé para la reserva y en la primera jugaba de delantero. Todo el mismo domingo. El puesto que más me gustaba era de delantero pero jugué de volante y también de defensor. En Belgrano nunca nos sobraron los jugadores, entonces había que hacer el sacrificio de jugar donde nos necesitábamos.

- Se jugaba otro fútbol, ¿no?
- Sí, claro. No había la preparación física que hay hoy. Es decir, directamente no existía la preparación física y se jugaba de otra manera, con menos ritmo, no se corría tanto. Belgrano jugó mucho tiempo en la liga de Junín pero después nos pasamos a la de Los Toldos, que es donde hoy estamos. En realidad la liga de Junín nos queda más a mano, pero el problema más grande que tenemos es que no completamos las inferiores. Entonces por eso jugamos en Los Toldos. Morse es un lugar chico y no completamos. Nosotros tenemos primera, cuarta y una escuelita de fútbol que tendrá unos cuarenta chicos. 

- ¿Qué balance realiza del 2016, en cuanto a lo deportivo?
- A nosotros todo nos cuesta mucho. A veces nos cuesta armar la reserva y siempre en la primera tratamos de tener cuatro o cinco refuerzos. Siempre la idea es hacer un buen papel, pero a veces las cosas no se dan. El año pasado, en primera decidimos darle rodaje a seis o siete chicos del club, sabiendo que los resultados no iban a ser los mejores. En la tabla nos fuimos cayendo cada vez más pero el balance es bueno porque pudimos sumarles experiencia a muchos chicos. Este año la idea es armar un equipo más competitivo, acoplando estos chicos que jugaron el año pasado con algunos refuerzos. 

- ¿Cómo se las ingenian para recaudar fondos?
- Todos los años hacemos un campeonato de fútbol reducido que es muy conocido en la zona. Es de seis jugadores, cinco y un arquero. Y con lo que recaudamos de este torneo tiramos todo el año. Cobramos una inscripción y tenemos un buen servicio de cantina. Participan más de treinta equipos todos los años. Después tenemos unos 120 socios que cada unos paga quince pesos. Todo suma, pero lo que más ingreso nos genera es este campeonato, que comienza en enero y se juega hasta marzo. En los pueblos pasa que la misma gente que está en el club, organizando una rifa, por ejemplo, es la misma gente que colabora con la sociedad de fomento, con la escuela y los bomberos. Así se hace difícil porque a la gente no le alcanza para todo, entonces nosotros con el torneo ya estamos bien.     

- ¿Reciben ayuda desde la Municipalidad?
- Por ahora no, pero tenemos una buena relación. Estamos trabajando con el tema de la personería jurídica para poder ingresar a muchos beneficios. Daniel Pueyo nos ayudó bastante en este sentido y nosotros estamos dispuestos a trabajar para tener todo en condiciones. Ahora estamos anotados para recibir unos siete mil pesos por mes, que ese beneficio lo vamos a empezar a recibir este año y que lógicamente nos viene al pelo.   

- ¿Qué situaciones lo reconfortan como presidente?
- Muchos me dicen que estoy loco. Y un poco es eso. Me ha pasado tener que sacarle horas a mi familia por el club. Lo hago porque lo siento y ellos me entienden, pero es una realidad, un club como el nuestro necesita de nuestra presencia y, si me pongo a pensar, he faltado muy pocas veces a la cancha. Tengo cincuenta mil anécdotas con el fútbol.

- Donde juega Belgrano, usted está.
- Sí, además de ser mi obligación es algo que me gusta, que lo llevo adentro. Un domingo sin fútbol para mí es raro. Me pongo mal. 

- ¿Qué es lo mejor que la ha dado el fútbol?
- Las amistades. Conozco y me conoce mucha gente. Como jugador y dirigente de Belgrano estoy más acostumbrado a perder que a ganar, pero el tema de las amistades es algo que no tiene precio. Hoy por hoy, donde voy me conocen o conozco a alguien. Y eso es algo muy lindo, reconforta, porque es realmente lo que a uno le queda.

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