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EL TANDILENSE CONFIRMÓ LA SEGUNDA MEDALLA PARA ARGENTINA

Del Potro sigue construyendo una gesta gloriosa

El tenista derrotó ayer al español Rafael Nadal en tres sets y hoy jugará la final por la presea de oro frente al escosés Andy Murray. El argentino volvió a cumplir una actuación extraordinaria frente a un rival de fuste, apoyado por el público “albiceleste”.

Juan Martín del Potro le ganó un épico partido a Rafael Nadal y hoy jugará la final del torneo de tenis de los Juegos de Río 2016 ante el escocés Andy Murray, con lo que aseguró otra medalla para el deporte argentino.
Del Potro le ganó a un “gladiador”, como Nadal, por 5-7, 6-4 y 7-6 (5), en un extraordinario partido que duró tres horas y ocho minutos y que tuvo todos los condimentos que hacen emotivo a este juego: alto nivel tenístico por parte de ambos, picos de dramatismo, un marco espectacular en las tribunas y un final para el infarto que se llevó el argentino porque en ese momento crítico apareció su poderoso servicio y su formidable derecha.
El tandilense, cualquiera sea el resultado de hoy ante el defensor del oro y número dos del mundo, volvió a jugar el tenis de su mejor época, antes de las lesiones, le ganó en una semana a dos número uno como el serbio Novak Djokovic y Nadal, y lució bien físicamente pese a que jugó muy poco en esta temporada.
Y en esta semana de retorno a los primeros planos jugó un papel preponderante su fortaleza mental para no desesperar en los momentos y el increíble sostén que le dio el público argentino, que aún minoría en el court central del Centro Olímpico de Tenis, igualó en el aliento a los espectadores locales, volcados masivamente del lado del español.
Del Potro arrancó el primer set quebrando al español y manteniendo su servicio se colocó 3-2 con su saque, pero Nadal aprovechó un quedo del tandilense, recuperó el saque y llegaron al cinco iguales.
Tuvo allí el argentino una magnífica oportunidad con dos chances de quiebre, no las aprovechó y Nadal, un jugador casi sin fisuras, conservó el servicio y quebró en el siguiente para ganar el set por 7 a 5 en 55 minutos.
Por entonces, ya estaba claro que el “negocio” de del Potro era su formidable servicio y los “palazos” de derecha desde el fondo, en tanto Nadal basaba lo suyo en variar el juego a los costados y pasar al argentino cada vez que iba la red (lo hizo en ese parcial las tres veces que lo intentó).
En el segundo set del Potro volvió a quebrar rápido, se puso 3-1, pero esta vez su servicio no declinó, el español no tuvo una sola chance de quiebre y se llevó el set por 6-4, en 48 minutos.
Se llegó así al tercer y decisivo set, y contra lo que muchos imaginaron, del Potro no sufrió una merma física. Más bien ambos sufrieron el stress de la definición tras el cuatro iguales.
Quebró el argentino para ubicarse 5-4 y cuando sirvió para partido lo perdió en cero. En el siguiente, del Potro tuvo tres oportunidades de quebrar, erró cinco tiros consecutivos y perdió el game pero, gran mérito, no se cayó anímicamente.
Jugó con calma su servicio y forzó el tie break, en el que se equivocó poco con su saque y jugó bien de fondo ante un especialista en el juego de base como el mallorquín.
Sacó ventaja de 3-0, se sucedieron tantos espectaculares, Nadal recuperó el quiebre y sacó 5-6 pero un derechazo del tandilense lo obligó a una devolución larga y se llegó al punto culminante: la victoria de del Potro y el acceso a la final de un jugador que no era tenido en cuenta al llegar a Río. 

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