>PINTURA CREATIVA

Madxis Bonafé, talentoso artista urbano que pinta graffitis y muros artísticos

>Este juninense autodidacta realiza trabajos destacados en la vía pública y también en el interior de locales, domicilios e instituciones que lo han convocado para pintar o enseñar. Sus obras han trascendido en el exterior pero él sigue eligiendo estar aquí.

Maximiliano Leonardo Bonafé (33) o “Madxis”, tal su nombre artístico, se dedica a hacer graffitis y murales urbanos y también en locales o casas particulares, además de enseñar su arte donde se lo convoque.

Este juninense autodidacta, que sin tener una educación formal para dibujar, hizo que el arte del graffiti trascendiera las fronteras. Más allá de sus logros, como fue el ser dos veces campeón argentino de este arte, y de haber trabajado exitosamente en Brasil durante meses, el pinta con pasión donde se presente. 

Debido a su talento, puede vivir de su trabajo, participando de experiencias sociales, enseñando su arte a chicos de barrio, siempre en lugares públicos.

Al ser entrevistado por DEMOCRACIA, Maximiliano contó cómo empezó a querer este arte y transformarse en un artista urbano.

“Yo no estudié dibujo, pero me gustaba y dibujaba siempre. Una vez, un amigo que hacía graffitis de la cultura hip hop me invitó a hacer ese trabajo, que yo ni conocía. Fue en 1997, cuando casi nadie tenía Internet, por entonces me mostró una revista vieja y unos videos que tenía y me gustó. Desde entonces no pude parar, desde el 2000 que estoy a full. Pinto todos los días. Aprendí mirando, practicando”, explicó.

Pasados 14 años desde que abrazó este oficio, dice hacerse cargo de todos sus gastos y vivir de lo que le gusta. “Los materiales los sustento todos yo. Tuve la suerte que a partir de mi tercer graffiti empecé mi primer trabajo pago, y cuando lo terminé, comencé con otro y así sucesivamente pude seguir con mi arte”, dijo.


Pintar y enseñar

Recordó que al principio pintaba como un hobby y que recién en el 2005-2006 vió su trabajo más seriamente. “Como no había parado nunca me di cuenta que no podía frenar, tenía que dedicarme a esto y comencé a enseñar lo que yo hacía. Acá, en Junín, fui el primero”, apuntó.

“Empezé a enseñar en la Escuela de Estética, después en el Punto Tecnocultural, y luego en Dadá, Espacio Cultural, también enseñaba en forma particular, dando clases por su cuenta. Ahora también estoy enseñando en CePLA (Centro de prevención de las adicciones dependiente de SEDRONAR), en el Barrio San Martín. Trabajamos en la calle, porque todavía no tenemos una institución, van muchos chicos, más de 40 son”, dijo.

Vale destacar que entre los trabajos más importantes, por sus dimensiones, realizados por Madxis está el del Bowling Sacate, de Junín, y otro realizado en Brasil, de 6 por 10 metros, en Bragança Paulista.

“Nuestros dibujos no tienen la intención de dar mensajes y si los tiene, lo escribimos, escribimos el mensaje en el muro o pared. En general, pintamos lo que surge en el momento. Gerardo Castillo, quien trabaja conmigo desde hace años, el pinta rostros, pero no son de nadie, la gente puede sacar sus conclusiones. A la mayoría le gusta, recibimos buena respuesta”, aclaró.


El body art painting

Para Madxis, el pintar sobre el cuerpo humano, cosa que también hace, es muy distinto al graffiti urbano. “Es una experiencia que a cualquier persona le gustaría vivir alguna vez. Es como que el cuerpo de transforma en lienzo y yo hago arte sobre él”, manifestó.

“Preferentemente pinto el cuerpo de la mujer porque es más liso. Una vez usé a un hombre y ¡¡lo tuve que depilar todo!! Cada vez se anima más gente, de más edad incluso”, acotó.

A la pregunta sobre qué es la pintura que simula desgarros, heridas, mutaciones sobre la piel del hombre, Maximiliano explicó que eso es “arte con efectos especiales ‘destructivos’, que parece que se lastima la piel o un órgano incluso”.

Es así que en cuatro o cinco horas, Madxis puede transformar un cuerpo en una verdadera obra de arte. 

Al respecto recordó que el año pasado, junto al trompetista Sergio Pérez Volpin hicieron un espectáculo (Chill Out), un combo de música y pintura sobre cuerpos, en vivo. “La gente se sorprendió, me preguntaba si éramos de Junín, hasta pensaban que veníamos de Estados Unidos. Nos fue bien, hicimos cinco shows, pero lo dejamos porque la gente no está acostumbrada a eso, pintábamos cuerpos desnudos y eso chocaba un poco”, apuntó.

“La gente juzga mucho en algunos casos, a mí mismo también, en un principio, creían que nosotros rayábamos las paredes, o los trenes incluso, pero nada que ver, yo hago arte graffiti, que tiene muchas ramas, está la vandálica, la semiartística y la artística. Yo hago artística, pero hice todo, incluso la vandálica hasta que comprendí que gastar dinero en aerosol para eso, no valía nada. Es mejor pintar un buen muro y pinté muchos, muchos y sigo pintando y restaurando. Los más viejos están en el barrio Metalúrgico, en Derqui, en avenida San Martín un graffiti muy conocido que se llama El comedor, en Paso y 25 de Mayo, pero hay muchos más, algunos ya gastados por el tiempo”, sostuvo.


En Brasil

“La experiencia en Brasil (2013) fue algo muy bueno para mí – recordó Maximiliano-. Digamos que todo lo que no me pasó acá hasta entonces, me pasó allá en tres meses. Se dio así: fui a un evento internacional en La Plata, había artistas urbanos de todo tipo, entre ellos algunos de Brasil cuyo grupo se llamaba ‘Vida crew’. Eligieron a varios artistas, al azar, entre ellos a mí. Me invitaron ir a Brasil, pero yo no tenía plata para ir. Un mes antes del viaje llegó uno de esos artistas a mi casa, no sé cómo pero me encontró. Se quedó una semana en mi casa y me consiguió un pasaje a Brasil, pero por entonces yo ya tenía la plata y nos fuimos a Bragança Paulista”.

“Me hicieron notas en el diario, en el canal, en la radio y pude pintar el mural más grande de mi vida, de 6 por 10 metros, aproximadamente. Para eso me dieron todos los materiales, salió 3 mil reales (aproximadamente 9 mil pesos argentinos). Me dieron trabajo ahí pero me tuve que venir porque se me vencía la Visa. Ahora estoy dentro del grupo Vida Crew”, apuntó.

En Junín, Madxis sigue haciendo su arte y su vida en pareja. Su novia está esperando un hijo y el hecho de ser un futuro padre de familia lo ha motivado aún más a expresarse. Siempre con su compañero de trabajo, Gerardo Castillo, él pinta muros, con graffitis artísticos, que llaman la atención en la ciudad.

Sus trabajos pueden apreciarse en su página de Facebook: Madxis Bonafe.<

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