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QUEJAS VECINALES

El eterno dolor de cabeza de las calles de tierra en mal estado

Los problemas con las calles de tierra siguen despertando las quejas en distintos barrios juninenses.
 Los últimos reclamos fueron realizados por vecinos del barrio 11 de Julio, que tal como publicó Democracia en su edición de ayer, denuncian que en ese sector de Junín "más del 50 por ciento del vecindario" aún posee calles de tierra.
Pero más allá de la ausencia del asfalto, la dificultad con la que deben lidiar a diario los vecinos es la cantidad  de los pozos que se multiplican por la falta de tareas de mantenimiento.
"Se prometieron once cuadras de mejorado que no se hicieron", fue otro de los reclamos reflejado en la sección Recorriendo los Barrios.
Durante el verano y otoño pasados, este diario también dio cuenta de lo que ocurría
En el barrio San Martín también denunciaron, semanas atrás, la falta de asfalto o cordón cuneta en varias cuadras del barrio (alrededor del 40%), ya que las lluvias generan inundaciones en las calles de tierra, sobre todo en las inmediaciones Chile y Paraguay.
En el Prado Español, también hay inconvenientes con las zonas sin asfaltar. El mes pasado, el presidente de la Sociedad de Fomento del lugar, Osvaldo Giapor, reclamó “que se levanten los montículos en las calles de tierra porque los recolectores no pasan con la frecuencia que deberían”.
Las lluvias suelen ser un dolor de cabeza más para quienes tienen su casa en arterias donde aún no llegaron las obras de concreto, ya que al acumularse el agua, muchas zonas quedan intransitables.
En dichos lugares, según se desprende de varios testimonios de vecinos, la falta de obras hace que con las tormentas, los baches y las imperfecciones incrementen su tamaño.
La zona de Barrio Norte, desde avenida República hacia afuera, también registra problemas ya que cuando llueve los vecinos denuncian que se producen anegamientos.
Otra zona en donde el agua tiene problemas para drenar y vuelve inaccesible el ingreso o egreso para los residentes es Camino del Resero y Alberdi.
Con todo, muchos deben lidiar con el barro y las inundaciones sin contar con un vehículo propio, lo que vuelve aún más engorroso movilizarse. 

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