Estamos totalmente desprotegidos, somos vulnerables ante la violencia de cada día. No está bien hacer justicia por mano propia, pero menos bien está quedarse de brazos cruzados y mirar como "gracias" a las malas politicas del gobierno: llámense de seguridad, de planes sociales que ya no alcanzan, o corrupción al por mayor. Alguien algo hay tiene que hacer. Nuestros abuelos salvajemente golpeados (con suerte, sino muertos a golpes) nuestros hijos que salen y no sabemos si vuelven, los de más de 55 años, como es mi caso, si vamos a cenar afuera, desde vigilar la cartera, mirar quien entra y sale del lugar porque nunca se sabe. Y así estamos viviendo en nuetra argentina querida, o lo que está quedando de ella.
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