>ENCUESTA EXCLUSIVA DE DEMOCRACIA

La mayoría no recomendaría a un amigo de otra ciudad radicarse en Junín

>El 59.08 por ciento de los votantes consideró que en nuestro medio la calidad de vida no es la mejor como para sugerirle a un compañero que se mude a nuestra ciudad. El 40.92 por ciento afirmó que sí lo haría.

La mayoría de los votantes en la encuesta semanal de Democracia, que se publica en el sitio de Internet del diario (www.diariodemocracia.com) afirmó que “no” recomendaría a un amigo de otra ciudad radicarse en Junín.
En efecto, ante la pregunta “¿Recomendaría a un amigo de otra ciudad radicarse en Junín?”, el 59.08 por ciento se volcó por esta opción (192 votos), mientras que el 40.92 por ciento (133 votos) afirmó que “sí” lo haría.
En total, votaron 325 personas.

Claves
Para entender el descontento mayoritario de la sociedad juninense en lo que refiere a las condiciones de vida en nuestra ciudad, cabe recordar los resultados del sondeo anterior, publicado en la edición de Democracia del domingo 17 de agosto último.
Allí, ante la pregunta “¿Cuál es el problema más urgente en Junín?”, el 71.32 por ciento de los votantes (276 votos) consideró que el delito y la droga es el mayor flagelo, seguido por el ordenamiento del tránsito, con el 14.21 por ciento de los votos (55 votos). En tercer lugar aparece el desempleo, con el 9.30 por ciento (36 votos) y la falta de obras y servicios, con el 5.17 por ciento (20 votos).  
Recapitulando, entonces, la mayoría de los juninenses ubica los tres principales problemas de la ciudad en: 1) la inseguridad y la droga; 2) el caos de tránsito en las calles juninenses; 3) y el desempleo, que según la última encuesta elaborada por la provincia de Buenos Aires –que fue publicada por este diario- ya trepa al 9,7 por ciento.

La droga y el delito
Pero el principal flagelo, para la mayoría de los vecinos, es el delito y el narcotráfico. Un problema habitual para quienes combaten el accionar narco local –donde convergen fuerzas de seguridad provinciales y nacionales, como así también instancias judiciales bonaerenses y federales– es el no saber discernir en qué punto de la investigación termina la jurisdicción de una autoridad y dónde debe empezar a intervenir la otra.
De esta manera, una gran cantidad de investigaciones, muchas de ellas con detenciones concretadas, quedan nulas por falencias en los procedimientos o la falta de competencia de las autoridades que actuaron y los arrestados terminan siendo liberados.
El problema radica en la tipificación del delito. Y los “mercaderes de la muerte”, como se llama en la jerga a quienes comercian con estupefacientes, saben que si no son descubiertos con grandes dosis de alguna sustancia ilegal, su causa es caratulada como “tenencia simple”. Y según la ley, en el peor de los casos son derivados a un tratamiento para recuperarse de “sus adicciones”.
Es por esto que el modelo del narcomenudeo se instaló en la Argentina para quedarse.
Sólo cuando se establece el vínculo del narco con su cliente, es cuando la situación del vendedor se torna complicada. Y allí es donde debe actuar la Justicia Federal. Pero en muchas ocasiones, los casos llegan a esos tribunales en una instancia avanzada, aunque en vano, porque quien debía delegar la investigación no lo hizo a tiempo –seguro no mal intencionadamente– y todo debe volver a foja cero.
Las últimas estadísticas oficiales disponibles en materia criminal indican que en Junín el 5,06% de las causas iniciadas corresponden a la infracción de la ley de drogas 23.737. En 2012, se abrieron 430 investigaciones por distintos delitos que abarca esa normativa en torno al uso, tenencia y comercialización de estupefacientes.
La cifra pone a Junín por encima de otros departamentos judiciales como Pergamino y San Nicolás, en donde la cantidad de investigaciones en torno al narcotráfico es de apenas la mitad que en nuestra ciudad, en porcentaje y en cantidad.
No obstante, para los expertos en materia de narcotráfico, el hecho de tener más investigaciones, detenidos o droga secuestrada no implica que haya más circulación de estupefacientes, sino que “se trabaja más”. La misma teoría, sostiene que si hay pocos resultados, no es que el mercado de la droga es chico, sino que “no se trabaja por combatirlo”. <

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