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ARTISTA Y DOCENTE POR ELECCIÓN

“Sin la mirada del otro, el arte no es arte”, dijo Carolina Ferrari, actriz y directora

Descubrió su vocación en Junín y se formó en Buenos Aires, en el Centro de Investigación Cinematográfica, y también en teatros porteños y con grandes maestros como Santiago Doria. Esta es su historia.

María Carolina Ferrari es actriz, directora, coreógrafa y docente, destacándose como actriz y directora de obras infantiles, que –como ella misma asegura- llegan al alma de chicos y grandes.
Nació en Junín, estudió la primaria en la Escuela 2 “General San Martín”, el secundario, en la ex escuela comercial. Luego decidió seguir como docente, profesión que la atrajo desde chica.
En diálogo con Democracia, manifestó que en el transcurso de su carrera apareció en ella una gran necesidad de querer fusionar todas las carreras artísticas que había estudiado y vivido de chica. “Mis padres siempre me incentivaron, y me apoyaron, en las diferentes disciplinas que me entusiasmaban. La forma de fusionar, canto, danza, pintura, escritura, fue el  teatro y ahí comencé de la mano de Marcela Rotelli, en Junín”, explicó.

Ser chico hoy

“Me parece significativo agregar que es muy importante que los padres abran puertas a sus hijos y que puedan concurrir a distintas actividades, quizás para descubrir cuál es su vocación en el futuro. Yo también fui a destreza, a patín, a vóley, a jockey, a natación, y algunas más”, recordó.
“Los niños hoy permanecen muchas horas frente a la televisión o frente a la computadora, de esta manera intelectualmente pueden desarrollar mucho, pero también es necesaria la actividad física, la creatividad, el tener normas de un equipo al cual se pertenece para respetar, darles un lugar a la energía, cumplir un horario, preparar jugadas, llevar elementos, que de esta forma también se pone en juego la responsabilidad y el compromiso, entre muchas otras cosas también”, opinó más como docente que como artista.

La actriz

“Luego de hacer algunas obras muy  bellas de la mano de Marcela Rotelli,  y después de recibirme de profesora de Educación General Básica, decidí ir a estudiar a Buenos Aires, me recibí de Actor  y Director de Artes  Escénicas, en el Centro de Investigación Cinematográfica título con validez nacional”, dijo.
Carolina recordó a quienes fueron sus profesores: Guillermo Flores, Norberto Díaz, Diana Álvarez, entre otros. Y también destacó que se formó con Santiago Doria, durante su estadía en Buenos Aires. “Mi gran maestro”, apuntó.
Su formación en Buenos Aires fue complementada por cursos en el Teatro Rojas y San Martín.
Algunas de las obras que realizó son: 2014 “Sin bosques, no hay cuentos”, obra infantil, autora y directora Carolina Ferrari, en el Teatro de la Ranchería, Junín. En el 2013, Teatro para reír y disfrutar, directora Carolina Ferrari, en el Teatro de la Ranchería. En el 2012, auspiciados por la Comedia de la Provincia de Buenos Aires, “La nueva Argentina” (drama), dirección: Eduardo Aubert. “Fono mímicas internacionales”, dirección: Carolina Ferrari, en Chiqué Junín.  “La liebre y el tortugo”, adaptación, dirección y presentación en Centro Cultural Osvaldo Soriano, en Mar del Plata, participación en los premios Estrella de Mar. “Tus Hadas Madrinas”, dirección: Alejandro Borgatello y Osiris, y otros como Music Hall, Burkina Faso, Dalmaroni, y fue actriz de la obra Extraña pareja, y protagónica en “Loco, la fórmula de la felicidad”, junto a E. Mellino, dirigido por él. Fue también actriz  de “El Ángel” en el Museo La Botica del Ángel de Bergara Leumann, dirigido por éste.
“Siempre durante toda mi carrera, elegí las obras en las que trabajé, hace un año tuve una posibilidad muy interesante para giras nacionales que rechace por el texto teatral que no tenía que ver con mis valores, ni principios, siempre que tome algo estuve completamente convencida que dejaría un buen mensaje en los espectadores, aportar mi granito de arena, para tener un mundo mejor, que es posible”, dijo.
“Se trata también de dejar una enseñanza, una moraleja, que lo bueno, no está pasado de moda, dejar un trozo de nuestra historia, etc. Yo creo que al abordar una obra, uno como actor debe plantearse interrogantes elementales a la hora de afrontar un texto, y siempre pensando en el espectador, que sin ellos, sin la mirada del otro, el arte no es arte”, apuntó.

El actor

Para Carolina, actuación es el proceso de investigación personal que hace el actor para descubrir a un futuro personaje a representar. “Dicho proceso comienza desde una interiorización para conocer el principio de dicho personaje y traerlo desde lo más profundo y transformarlo en un personaje integrado. La actuación es descrita como acciones hechas por un personaje dentro de la representación teatral. Aunque dichas acciones son auténticas, deberían por lo menos estar cargadas de una intención que permita que el observador se estimule y logre recibir el mensaje en su totalidad. El actor es quien ejecuta la acción”, asegura.

El niño espectador

“Estamos trabajando hace algunos años el grupo Leit MotivARTE, realizando diferentes propuestas, me encanta el público infantil, por su ingenuidad, por su transparencia, por sus reacciones, por su amor, su participación, porque son nuestro futuro, porque no tienen prejuicios, por su humildad, porque ellos pueden mejorar todo lo que viene y porque El adulto, que se hace niño, es ‘sencillo de corazón’ y, no tiene dobleces en el alma”, manifestó.
La entrevistada asegura que los niños son un público muy exigente, ya que todo el tiempo piden que se generen cosas nuevas, sorpresas en el escenario, cambios de ritmos, nuevas propuestas. “Si uno de ellos se empieza a aburrir, o no le entusiasma, comienzan a pararse, a conversar, a llorar, a querer ir al baño, y esto es contagioso entre ellos, como sucede en la escuela, y de esta forma manifiestan que no les llega, así que reafirmo que es un público muy exigente, como decía Santiago Doria”, destacó.
“En nuestra última puesta en escena ‘Sin bosques,  no hay cuentos’ se implementan canciones, utilización de títeres,  objetos animados, gran cantidad de escenografía y  variada utilería, entre otros recursos (uso de material reciclable)”, señaló.
Para motivar e incrementar la lectura, se entregó al ingreso de la sala, el programa con la letra de las canciones para que los niños puedan seguirla con la vista y cantarlas acompañando a los personajes, ya que las estrofas se reiteraban dos veces.  Esta obra estaba vinculada con la toma de conciencia del cuidado del medio ambiente, llegar al publico a través de la reflexión sobre lo que nos esta sucediendo como planeta, como seres humanos, y que nuestro mismo proceder va en desmedro de nuestro futuro y nuestra subsistencia, además de sumarle en forma significativa los valores: la amistad, las buenas acciones, el amor, las nuevas oportunidades y el perdón, a modo de reflexión como ejes transversales a lo largo de toda la obra.
“Me quedan muchos temas por abordar: tragedia, me encanta la comedia, el drama… ¡Se escuchan propuestas!…jajaja. Por mi parte seguiré con la producción. Me exige mucho, hay muchísimo trabajo y tiempo detrás de todo esto, la gente ni se imagina, pero es lo que a mi  me llena de satisfacciones y me llena de felicidad, me encanta estar en el espacio teatral, todo lo previo a las funciones, el desarrollo de la obra y el después, los aplausos y los besos de la gente, y la alegría de haber actuado, de haber dejado algo, dicho de otra manera, ‘actuando’ disfruto cada segundo, Dios me dio este don y me acompaña en cada paso”, concluyó. 

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