El Mercado Central trabajó al 10%

Ansioso como un chico que espera sus caramelos. Así lucía Jorge Mytiliños, un operador de 24 años de experiencia en el Mercado Central que, con un celular pegado en la oreja, caminaba de punta a punta del stand vacío monitoreando la trayectoria del primer camión que llegaría en 10 días.
"No entra nada; no tengo nada. Mis camiones están varados, uno en Ola-varría, los otros ni sé dónde. Van de piquete en piquete", dice. Espera que esta tarde llegue algo para empezar a trabajar. Desde el lunes, todo limpio. "El 60% perdimos de vender en estas semanas", contabiliza, y no quiere traducirlo en pérdidas económicas para no amargarse más.
Sabe que en el camino se perdió mercadería, pero quiere tenerla de una vez en el stand. "Seguro llegarán pasadas o podridas, porque deberían haber llegado el lunes", dice. "Ya estuve viendo que lo primero que entró hoy, zanahorias y uvas, estaban pasadas o podridas".
A pocos metros, su colega Juan Carlos Lázzaro, un operador con plantaciones de tomates en Corrientes, ya recibió algunos camiones y está decepcionado: "Nosotros no podemos traer nada y la mayoría de lo que llegó hoy estaba podrido".
Invita a pasar al fondo del stand donde aún quedan residuos rojos de la parva de 6.600 kilos de tomates que recién se lleva el camión de la limpieza. "Rescatamos aquellos -señala- pero todo está pasado. Se vende rebajado hoy o se tira todo mañana", dice, resignado, Lázzaro.
Ahora, como todos sus colegas, ruega en silencio que la promesa de levantamiento de los piquetes sea un hecho. Por ahora, según estiman los operadores consultados, sólo un 10% de los camiones logró zafar de los cortes.
"Estos que llegan son camiones que justo pasaron mientras hablaba Cristina", comenta Vicente Greco, de la empresa de frutas y verduras Don Pablo. Pero menea su cabeza de un lado a otro. "¿Quién va a comprar esto? Mercadería cargada el viernes pasado, para entregar el lunes que recién llega hoy a destino", relata.
Esta mañana estuvo repasando la mercadería. "Separamos lo que sirve de lo que no sirve directamente. Tiramos la mitad", contabiliza. Aclara que ya no tiene stock y agrega que, aunque hace memoria, no recuerda otro paro así.
El comprador y mayorista, Juan Crespo, de 18 años de experiencia en el rubro, recorría el mercado decepcionado. Tampoco vio nunca algo así. "La mayoría de la zanahoria llegó podrida, por eso, la que rescataron está carísima. Pasó de $7 la semana pasada a $40 hoy".
La papa negra se fue de 20 a 80 pesos; la naranja, de $10 a 28 pesos. "No hay nada, ya me voy porque no queda nada", protesta. "Poco y caro".
El operador Manuel Machado, con 20 años de actividad, tampoco recuerda algo así, también está decepcionado. "Imagínese que hasta vamos a venir a trabajar mañana sábado, algo histórico en el mercado", dice.
Busca entre sus papeles y muestra una carta firmada por el presidente del Mercado Central, Carlos Martínez, que informa que "debido al retraso en el ingreso de camiones se ha decidido que mañana el área transaccional funcione en forma extraordinaria. De esta manera, -agrega- se recuperará el abastecimiento normal de los habituales consumidores de nuestro mercado".
Machado acatará la medida. Más por supervivencia propia que por cumplir con los directivos. Pero no todos los operadores actuarán igual.