SEMANA MUNDIAL DE LA LACTANCIA MATERNA

Leche materna: primera defensa del bebé

El equipo de profesionales en pediatría y obstetricia de la Clínica la Pequeña Familia recomiendan a las mamás alimentar a su bebé a través de la lactancia materna porque es una forma de proporcionar un alimento ideal para el crecimiento.

La Alianza Mundial Pro Lactancia Materna ha anunciado el lema de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2014: “Lactancia Materna: un triunfo para toda la vida”.  
El equipo de profesionales en pediatría y obstetricia de la Clínica la Pequeña Familia recomiendan a las mamás alimentar a su bebé a través de la lactancia materna porque es una forma de proporcionar un alimento ideal para el crecimiento y el desarrollo sano de los lactantes.
El examen de los datos científicos ha revelado que, a nivel poblacional, la lactancia materna exclusiva durante seis meses es la forma de alimentación óptima para los lactantes. Posteriormente deben empezar a recibir alimentos complementarios, pero sin abandonar la lactancia materna hasta los dos años o más.
Para que las madres puedan iniciar y mantener la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la OMS y el Unicef recomiendan: iniciar la lactancia en la primera hora de vida; que el lactante sólo reciba leche materna, sin ningún otro alimento ni bebida, incluido el agua; que la lactancia se haga a demanda, es decir, con la frecuencia que quiera el niño, tanto de día como de noche; que no se utilicen biberones, tetinas ni chupetes.
La lactancia materna tiene una extraordinaria gama de beneficios: consecuencias profundas sobre la supervivencia, la salud, la nutrición y el desarrollo infantil; la leche materna proporciona todos los nutrientes, vitaminas y minerales que un bebé necesita para el crecimiento durante los primeros seis meses de vida; el bebé no necesita ingerir ningún otro líquido o alimento; la leche materna lleva los anticuerpos de la madre, que ayudan a combatir las enfermedades. La leche materna aporta factores bioactivos que brindan al lactante protección inmune; el acto de la lactancia materna en sí estimula el crecimiento adecuado de la boca y la mandíbula, y la secreción de hormonas para la digestión y para que el bebé se sacie; la lactancia materna crea un vínculo especial entre la madre y el bebé y la interacción entre la madre y el niño tiene repercusiones positivas para la vida en lo que se refiere a la estimulación, la conducta, el habla, la sensación de bienestar y la seguridad, y la forma en que el niño se relaciona con otras personas; la lactancia materna también reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas más adelante en la vida, tales como la obesidad, el colesterol alto, la presión arterial alta, la diabetes, el asma infantil y las leucemias infantiles; los estudios han demostrado que los bebés alimentados con leche materna obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia y comportamiento en la edad adulta que los bebés alimentados con fórmula; la lactancia materna contribuye a la salud de la madre inmediatamente después del parto, ya que ayuda a reducir el riesgo de hemorragia posparto. A corto plazo, la lactancia materna retrasa el retorno a la fertilidad y a largo plazo reduce la diabetes tipo 2 y el cáncer de mama, de útero y de ovario; los estudios también han descubierto vínculos entre el cese temprano de la lactancia materna y la depresión posparto en las madres; cognitivos y emocionales: el acto de amamantar conlleva una proximidad y contacto estrecho y frecuente madre-hijo. Niños más equilibrados psicológicamente y con menos problemas de conducta, hiperactividad, depresión y ansiedad, incluso en la adolescencia.